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Millones de zombies no tan tontos como parece

  • La cinta World War Z se enfrentó al reto de animar miles de zombis digitales
  • En las escenas más complejas se usaron hasta 5.000 zombies a la vez
  • Cada uno de ellos se comportaba como un 'agente de inteligencia artificial'
  • Variando parámetros se conseguía modificar ligeramente su comportamiento

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Cuando los artistas de los efectos especiales se enfrentan a retos como el fin del mundo en una guerra global contra los zombies, más vale que le echen imaginación al asunto porque dibujarlo todo a mano supondría una eternidad.

¿La solución? Crear un software especial de inteligencia artificial a medida de los personajes, de modo que baste replicarlo miles y miles de veces para conseguir una simulación realista.

Mike Seymour de FXGuide.com ha tenido acceso a los detalles del desarrollo de World War Z, la última superproducción de Hollywood con Brad Pitt en la que la humanidad lucha contra millones de zombies (o infectados, que nunca se sabe).

Como sucede últimamente en películas de este tipo, ya sean las batallas de El Señor de los Anillos o de los ejércitos de John Carter en Marte, cuando finaliza el trabajo con los actores 'reales' la trastienda de la post-producción implica miles y miles de horas de trabajo de artistas y programadores.

Guerra simulada de zombies con ejércitos

En este caso la situación planteada a MPC, el estudio digital que desarrolló esas escenas, era cómo simular los combates entre hordas de zombies de comportamiento relativamente tosco pero hostil y los ejércitos del mundo. El problema: en algunas escenas se necesitaban tomas con varios miles de zombies asaltando muros, ciudades, esquivando objetos y pisoteándose los unos a los otros para acabar con los humanos.

La solución fue cambiar el cerebro de cada zombie por un agente de inteligencia artificial. Algo que en la película nadie ve excepto porque el comportamiento de los zombies resulta ser bastante realista. Tal y como explican los expertos, el trabajo comenzó por crear una gigantesca base de datos con miles de tipos de zombies y movimientos pregrabados con actores. Luego se añadieron pequeñas variaciones aleatorias entre sus comportamientos.

Finalmente se utilizó un software de inteligencia artificial llamado Alice con el que cuenta la empresa para este tipo de escenas. Cada zombie se adaptaba para un comportamiento ligeramente diferente pero con un "objetivo" común en su corta vida digital. Y se les soltaba en masa en el campo de batalla.

Las simulaciones físicas hacían el resto: gravedad, caídas, choques… Los zombies tropezaban torpemente los unos con los otros, se amontonaban y a veces conseguían trepar o circular por las calles. Lo divertido es que ni siquiera sus creadores sabían con seguridad si lograrían su objetivo: a veces tenían que variar los parámetros ligeramente para lograr diferentes tomas: les hicieron repetir unas cuantas escenas, en otras palabras.

El resto resultó ser trabajo gráfico más o menos convencional, tratado con sumo detalle: una recreación realista de la simulación con texturas, modelos para los edificios, vehículos e incluso fórmulas para simular el fuego, humo y agua, en pos de conseguir los mejores detalles. Eso sí: para los miles de 'extras' cuyo cerebro quedó preprogramado de antemano -y que no eran tan tontos como podría parecer- seguramente no haya un Oscar al mejor actor secundario.