El presidente portugués renuncia al gobierno de unidad y confirma a la coalición conservadora
- Cavaco Silva acepta el pacto entre los dos partidos del actual gobierno
- El viernes fracasaron las negociaciones con el Partido Socialista
- Los socialistas piden elecciones y un cambio de política económica
El presidente de Portugal, Anibal Cavaco Silva, ha tenido que ceder en su intención de lograr un gobierno de salvación nacional después de que los dos partidos conservadores y el socialista no hayan podido ponerse de acuerdo. Así, Cavaco Silva ha tenido que aceptar la continuidad de la coalición de los conservadores que estuvo a punto de naufragar hace más de dos semanas y que se salvó tras la concesión del primer ministro, Pedro Passos Coelho, ante el líder democristiano, que salió reforzado de la crisis. Eso sí, el presidente portugués ha marcado ciertos límites a la dura política de austeridad de los dos últimos años.
El presidente luso ha anunciado su decisión en un discurso a la nación, donde señaló que el Partido Socialdemócrata (PSD, centroderecha) y el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP, democristiano) le han ofrecido garantías de la solidez de su pacto.
Cavaco Silva -que pertenece al PSD- ha recordado que el Ejecutivo cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento, pero le pidió "un mayor esfuerzo para preservar las vías de diálogo abiertas ahora" y ha anunciado que el nuevo gabinete se someterá a una moción de confianza.
En esa sesión, el Ejecutivo de Passos Coelho -que esta semana superó sin problemas su quinta moción de censura- tendrá que explicar las líneas principales de su política económica y social hasta el final de la legislatura, en 2015.
Pide sintonización en el Ejecutivo
Con la confirmación del Gobierno de Passos Coelho, Cavaco cierra la crisis política desatada por la renuncia como ministro de Exteriores del líder democristiano, Paulo Portas.
El presidente luso ha recordado que el Ejecutivo "siempre se mantuvo en plenitud de funciones" y su mayoría "inequívoca" debe dejar claro a los ojos de los portugueses y de los socios europeos "que Portugal es un país gobernable".
Pese a su respaldo, Cavaco ha advertido que los dos partidos del Ejecutivo deben estar "sintonizados de forma duradera e inequívoca" para lograr concluir con éxito el programa de rescate financiero de Portugal, cuya expiración está frijada para junio de 2014.
El PSD y el CDS-PP resolvieron sus diferencias pocos días después de la dimisión de Portas, pero Cavaco no aceptó la remodelación ministerial propuesta por Passos Coelho -que hacía viceprimer ministro al líder democristiano- y llamó a todos los partidos a formar un gobierno de unidad nacional.
El PS pide elecciones anticipadas
Después del discurso del presidente, el Partido Socialista portugués (PS), el principal de la oposición, ha manifestado su desacuerdo con la decisión del jefe de Estado y ha exigido elecciones anticipadas.
El dirigente socialista, Alberto Martins, ha expresado el respeto "institucional" a la decisión de Cavaco, pero ha subrayado que su partido no está de acuerdo y considera insuficiente la petición de una moción de confianza al Ejecutivo en el Parlamento.
El PS, que encabeza las encuestas electorales, dio por acabado el viernes el diálogo con los conservadores. Martins ha explicado que el país necesita un nuevo rumbo en las políticas económicas para salir de la crisis y no una repetición de las medidas de austeridad de los últimos dos años.
Según el PS, las soluciones pasan por apoyar a las pequeñas y medianas empresas, dar prioridad al empleo, reactivar la economía y conseguir así el equilibrio de las cuentas públicas.
"Continuaremos luchando para que nuestras propuestas sean aprobadas y para atenuar las dificultades de los portugueses", ha afirmado el dirigente socialista.
Desacuerdo en otros grupos
El Partido Comunista de Portugal (PCP), que no participó en las negociaciones con los conservadores, también ha censurado la decisión presidencial y ha reclamado elecciones anticipadas.
El líder de los comunistas, Jerónimo de Sousa, considera que la coalición conservadora es un Gobierno "muerto" y responsabiliza al presidente Cavaco Silva de llevar al país "al abismo".
De Sousa ha avisado que la llamada a las urnas es un "imperativo nacional" y que la decisión del presidente de mantener el Gobierno conservador no está justificada.