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Los peregrinos dedican su Camino de Santiago a las víctimas: "Aquí no acaba vuestro viaje"

  • Desde el miércoles el Camino de Santiago ya no es igual para los peregrinos
  • Todos cuentan que la tristeza invadió los albergues y los puntos del camino
  • Depositan flores, velas y mensajes en honor de los 78 fallecidos
  • Algunos incluso les ofrecen sus bordones, conchas de vieira y compostelas

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Amargo sentimiento de llegada para los peregrinos en Santiago

"Todo el mundo hace el Camino de Santiago con un motivo y yo tenía mi motivo personal. El miércoles, tras enterarme de lo ocurrido, mi camino cambió y creo que el de todos los que lo hacíamos".

Roberto es un joven de Plasencia que junto con otros 76 estudiantes ha llegado a la Catedral de Santiago después de hacer el camino. "Para todos los peregrinos ha sido muy difícil caminar sabiendo lo que se vivía a pocos kilómetros de nuestro destino final,  justo en un lugar que para nosotros es la meta", ha explicado a RTVE.es.

Este grupo quedó "especialmente impactado" por la casi coincidencia entre el número de fallecidos en el accidente de tren y los que formaban parte de esta diócesis.

Muchos peregrinos habían viajado, con distinta suerte que las 78 personas fallecidas, en ese mismo ALVIA Madrid-Ferrol para llegar hasta Galicia con el fin de iniciar una experiencia que les dejará marcados de por vida.

Homenajes espontáneos en Obradoiro

Todos los peregrinos que llegan a la plaza de Obradoiro rinden homenaje a las víctimas del accidente de tren poniendo velas, flores y mensajes a la entrada de la catedral, convertida ya en santuario improvisado. Algunos caminantes entregan en honor a las víctimas los objetos simbólicos más preciados del camino: el bordón o bastón, su concha de vieira y la compostela.

"Vuestro viaje no termina aquí", "por los que han perdido la vida" y "no os olvidaremos" son algunos de los mensajes que depositan en la catedral. Desde el miércoles los peregrinos también portan en sus mochilas y ropa lazos negros y muchos cantan y rezan por las víctimas al llegar a la famosa plaza.

Todos coindicen estos días en el fin de la travesía en que les invade una sensación agridulce. "Cuando uno llega al final del camino se siente feliz, con fuerzas, pero esta tragedia hace que se sienta también una gran tristeza", cuenta a RTVE.es, nada más terminar el camino, Cristina, una joven canaria.

Algunos peregrinos habían elegido esta semana grande en Santiago por la fiesta del Apóstol precisamente por el ambiente festivo que recorre la ciudad cada año. Lo que se han encontrado es bien distinto.

La noticia cayó como una losa en los albergues

A las 20:40 del miércoles, la hora de la tragedia, los peregrinos cenaban. Muchos estaban ya acostados y descansaban para la siguiente etapa.

"Empezamos a oir gritos y vimos gente mirando aterrada la televisión, nos acercamos corriendo y vimos lo que estaba ocurriendo", relata un toledano, quien asegura que a partir de ese momento ya no hubo otro tema de conversación en albergues, mesones, posadas y demás lugares de paso en el camino.

"Los móviles empezaron a sonar con llamadas de familiares preocupados. Sabían que no estábamos en ese tren pero la sola cercanía al lugar del accidente les aterraba", asegura una peregrina madrileña.

Los vendedores de la plaza de Obradoiro llevan años asistiendo a los rituales del Camino de Santiago. Todos coindicen en que estos días hay más silencio y otra actitud. También en que la alegría del caminante al alcanzar su destino debe volver y debe hacerlo para brindársela a ellos, a los que ya no están.