El primer ministro de Túnez anuncia elecciones para el 17 de diciembre
- Los islamistas dicen que seguirán gobernando y aprobarán la Constitución
- El gobierno, frente a una creciente presión tras el asesinato de un líder opositor
El primer ministro tunecino, Ali Laridi, ha propuesto la convocatoria de elecciones legislativas para el próximo 17 de diciembre y ha dicho que los islamistas seguirán gobernando hasta entonces, a pesar de las crecientes presiones para su renuncia.
El país vive una nueva crisis política agudizada por el asesinato a tiros del dirigente opositor Mohamed Al Brahmi hace cinco días, el segundo líder político crítico con el Gobierno que fallece de este modo en medio año.
Para cumplir con el calendario anunciado, el primer ministro, del partido Al Nahda, ha asegurado que la nueva Constitución estará finalizada antes de septiembre y que la ley electoral estará lista el 23 de octubre, a pesar de que la redacción de la ley fundamental lleva meses bloqueada.
"Nuestra determinación no es permanecer en el Gobierno, pero tenemos un deber y en el momento en el que asumimos la responsabilidad la asumimos del todo y hasta el final. Hasta el último momento", ha dicho Laridi, citado por Efe.
El país está sumido en un complejo proceso político desde que una revuelta popular hiciera caer el régimen de Bel Alí en enero de 2011, primer hito de lo que se conoció como Primavera árabe. Los islamistas ganaron las elecciones celebradas ese mismo año, pero no cuentan con mayoría absoluta en la Asamblea Constituyente.
Debate entre diputados
Horas antes de este anuncio, el partido Takatol, socio minoritario en la coalición liderada por los islamistas de Al Nahda, había instado al primer ministro a formar un gobierno de concentración. En caso contrario, uno de los líderes de esta formación, Lobni Jribi, anunciaba a la agencia Reuters que se retiraría del Ejecutivo, aunque no ha precisado el plazo.
En ese partido milita el presidente del Parlamento, Mustafa Ben Yafaar, que no obstante había llamado por su parte a los diputados que han secundado las protestas de los últimos días, algo más de medio cententar sobre un total de 217, a que volviesen a sus escaños para concluir la redacción de la Constitución, informa AFP.
Este lunes por la noche también está previsto que el importante sindicato UGTT, con medio millón de afiliados, tome una postura sobre esta crisis, después de que el pasado viernes ya convocase una huelga general que paralizó parte de la economía nacional, según la misma agencia.
Por su parte, fuerzas militares han sellado con alambradas y cercas los accesos a la plaza El Bardo de la capital, donde se encuentra el Parlamento, tras los enfrentamientos que se han producido durante la madrugada entre partidario y detractores de Al Nahda.
Mientras, en la sureña ciudad de Sidi Bouzid, manifestantes han intentado asaltar las oficinas municipales para evitar que los empleados accedieran a sus puestos de trabajo, lo que ha provocado enfrentamientos con los islamistas, que ganaron las elecciones en 2011.
En su comparecencia televisada, el primer ministro ha calificado la muerte de Al Brahmi como "una agresión contra el país y contra el pueblo tunecino" y ha dicho que la manera de vencer el terrorismo era "la paciencia y la perseverancia" y no "las pujas políticas". Sin nombrarlos, ha criticado a "aquellos que aprovecharon el drama de Túnez para fines personales y de partido" llamando a la caída del Gobierno, a la disolución del Parlamento o a la desobediencia civil; unos métodos de protesta que ha calificado de antidemocráticos, informa Efe.
Mirando a Egipto
Las tensiones se han incrementado en Túnez tras el asesinato del opositor Mohamed Al Brahmi, que fue tiroteado el pasado jueves pasado delante de su casa. Aquello generó una oleada de protestas, que fue seguida el pasado viernes por la convocatoria de una huelga general y el inicio de acampadas tanto de los grupos opositores como de los seguidores de Al Nahda en la plaza de Bardo.
Este domingo, varios miles de personas participaron en el funeral del político opositor, que se inspiraba en la idelogía socialista y panarabista. Las autoridades tunecinas informaron de que el principal sospechoso ha sido identificado como Bubacar Hakim, un militante salafista dado a la fuga, e informó que en el asesinato se utilizó el mismo arma que se utilizó para matar al dirigente opositor Chukri Bel Aid el pasado 6 de febrero.
A diferencia de Al Brahmi, que era musulmán, Bel Aid ejercía como el líder de la oposición laica y era una figura muy crítica con el Gobierno islamista y muy poopular. Su asesinato también generó una oleada de protestas y llevó a la dimisión del entonces primer ministro, que fue reemplazado por otro dirigente de Al Nahda, Laridi, tras fracasar en su intento personal de formar ya entonces un gobierno de unidad.
El derrocamiento de Mohamed Morsi en el vecino Egipto fue considerado una llamada de atención para el Gobierno tunecino, que también cuenta con movimientos juveniles y sociales opuestos a su "deriva islamista". Al Nahda puede considerarse la rama tunenica de los Hermanos Musulmanes.
Choque en la frontera argelina
Por otra parte, ocho militares han muerto en un tiroteo con un grupo "terrorista" en los montes Chaambi, en la provincia de Kaserín, fronteriza con Argelia, según ha informado la televisión estatal. En esa zona hace meses que se enfrentan las fuerzas armadas con un grupo de militantes ligados a Al Qaeda, informa AFP.
Según la radio Mosaique, que ha rebajado a siete el número de víctimas mortales, otros tres soldados han resultado heridos por la explosión de una mina. La emisora informa de que los asaltantes degollaron a varios de los soldados y se llevaron sus armas
Desde el pasado mes de diciembre los distintos cuerpos de seguridad tunecinos realizan operaciones de rastreo en esa región, para intentar capturar a supuestos miembros del grupo terrorista Al Qaeda y a extremistas islámicos, simpatizantes del grupo Ansar al Sharía, según fuentes oficiales.