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James Comey es confirmado como nuevo director del FBI para los próximos diez años

  • El subsecretario de Justicia con Bush logra una abrumadora mayoría
  • El Senado aprueba por 93 a 1 al candidato propuesto por Obama

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El Senado de Estados Unidos ha confirmado por abrumadora mayoría a James Comey como nuevo director del Buró Federal de Investigación (FBI) para los próximos diez años, en sustitución de Robert Mueller, director de la agencia desde una semana antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, y a quien el propio presidente Obama había mantenido dos años más en su puesto.

La aprobación se ha producido por 93 votos a favor y uno en contra y tras el retraso de un mes que provocó el senador Rand Paul, un republicano opuesto a los controles del gobierno federal que protestaba por los programas de aviones no tripulados o "drones" en el ámbito doméstico y había pedido al FBI que le respondiera a preguntas sobre estas cuestiones.

El anuncio supone un paso para la agenda de confirmaciones de los nominados del presidente Obama, después de que el Senado consiguiera destrabar el proceso de obstruccionismo -filibusterismo-, que había retrasado la confirmación de varios cargos relevantes.

El presidente de EEUU, Barack Obama, nominó el mes pasado a James Comey, de 52 años y reconocido republicano, subsecretario de Justicia entre 2003 y 2005, durante el Gobierno de George W. Bush, y que contaba con un gran apoyo dentro de las filas de la oposición.

Con un gobierno republicano, se ganó la confianza democráta

Comey ganó relevancia pública cuando desafió a quienes reclamaban que el Departamento de Justicia renovara un programa dentro de la estrategia de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), que autorizaba escuchas de llamadas telefónicas y correos electróncios sin orden judicial, lo que le granjeó el apoyo de los demócratas, que ahora han aupado su candidatura.

Durante sus audiencias de confirmación ante el Senado, Comey ha dicho que su objetivo será convertir al FBI "tanto en una agencia de inteligencia como en una agencia que combata el crimen" y poner el foco en "amenazas de ciberespionaje y ciberterrorismo".

Asimismo, subrayó que cuando conoció técnicas de interrogatorio como el ahogamiento simulado o la privación de sueño practicadas en la guerra contra el terrorismo en los años de Bush, inmediatamente las consideró tortura e ilegales, pero no pudo impedirlas.

Tras dejar el Departamento de Justicia, trabajó entre 2005 y 2010 como consejero en el gigante de la industria aeroespacial Lockheed Martin. Ahora ocupará el cargo de director del FBI en medio de la polémica por los programas clasificados de espionaje y vigilancia que se usan en los servicios de inteligencia estadounidense.

A su cargo estarán los 36.000 empleados del FBI, entre los que se incluyen 13.785 agentes especiales que investigan casos que abarcan desde el terrorismo doméstico e internacional a la lucha antidroga, el crimen de cuello blanco o la corrupción pública.