El cómic El Senyor Romaní reivindica los cuentos de antaño con una historia de música y plantas
- Con guión de Carme Pons e ilustraciones de Miguel Bustos
- Un cómic ganador de la IV Beca Carnet Jove Connecta't al Còmic 2012
El cómic El Senyor Romaní (Editores de Tebeos), ganador de la IV Beca Carnet Jove Connecta't al Còmic 2012, reivindica los cuentos de toda la vida con la dulce historia de un anciano de montaña que lucha por hacer música con las plantas, ante la incomprensión del vecindario del pueblo más cercano.
Con guión de Carme Pons e ilustraciones de Miguel Bustos, la obra parte de la explicación alrededor de un fuego de montaña que realiza una abuela de pelo blanco y con una trenza larga, convencida de que cuando cuenta cuentos habla a "niños de 3, de 2, de 10, de 20, de 50 o, incluso, niños de 80 años".
La joven diseñadora gráfica y guionista del cuento, de 26 años, se ha confesado una "apasionada de los cuentos" desde pequeña, en que se acercaba a sus abuelos ávida de historietas de la juventud de sus ascendentes.
La figura de la persona mayor siempre ocupa un lugar destacado en sus cuentos, con los que quiere "sacar el tópico de que el cuento es para niños", ha explicado Pons.
Música y plantas
Sobre el hecho de conjugar música y mundo vegetal es porque "las dos cosas son muy mágicas", y existe una voluntad de reclamar un retorno a la naturaleza, a las historias explicadas en el bosque alrededor del fuego con distintas generaciones presentes.
El ilustrador, también diseñador gráfico y de 28 años, ha realizado todo el trabajo a mano, incluso la letra, con trazos nítidos y sólidos en tinta bicolor roja y verde.
Es la primera vez que se atreve con un cuento, pero explica que no será la última, dada la buena experiencia alcanzada, que ahora le ha llevado a publicar tiras cómicas en el El Jueves y otras colaboraciones en revistas del grupo Medigrup con "humor absurdo", que recoge también en la página http://humorseescribeconlapiz.tumblr.com/
Entre sus referentes como ilustradores se encuentran el ilustrador catalán Arnau Ballester y el francés Blexbolex, al que recuerdan mucho sus trabajos.