El tribunal condena a cadena perpetua al 'monstruo de Cleveland'
- La sentencia no le concede la posibilidad de optar a la libertad condicional
- Además, se le han condenado a otros 1.000 años por el resto de cargos
- Ariel Castro se ha declarado culpable para evitar la pena de muerte
- En la vista también ha testificado una de sus víctimas, Michelle Knight
Ariel Castro, que se ha declarado culpable de violar, maltratar y secuestrar durante una década a tres mujeres de Cleveland (Ohio, EEUU), ha sido sentenciado este jueves a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, según informa Efe. Castro, de origen puertorriqueño, se enfrentaba a casi mil cargos, entre ellos dos de homicidio agravado por supuestamente golpear a una de las mujeres durante el cautiverio hasta causarle un aborto.
Castro, de 53 años y origen puertorriqueño, ha recibido la condena a cadena perpetua por el cargo más grave al que se enfrentaba, el de homicidio agravado, por supuestamente golpear a una de las mujeres durante el cautiverio hasta causarle un aborto.Por el resto de los casi 1.000 cargos, entre ellos cientos por violación, Castro ha recibido varias condenas consecutivas que suman otros 1.000 años más en prisión.
"Usted separó a tres mujeres de sus familias y sus comunidades, las hizo esclavas y las trató como si no fueran personas", ha dicho el juez Michael J. Russo a Castro al anunciar la sentencia y considerarla "proporcional" al "daño" realizado por el exconductor de un autobús escolar.
Declaración de Castro
La sentencia responde al acuerdo de culpabilidad que su defensa acordó la semana pasada con la fiscalía para que Castro evitara la pena de muerte. Durante la vista, el autor de la violación y secuestro durante una década de tres mujeres ha leído una declaración en la que ha rechazado que se le considere un monstruo. "Creo que yo soy también una víctima", ha dicho sin reparos en una vista en la que también se ha escuchado el desgarrador testimonio de una sus víctimas, Michelle Knight.
"Soy una personas enferma. Tengo una adiccion, igual que un alcoholico tiene una adicción"; ha dico Castro ha comparecido vestido con un mono naranja y con una crecida barba.
El acusado ha matizado que no se considera “un monstruo”. Durante la mañana de este jueves, Castro, que se declarado culpable de violar, maltratar y secuestrar durante una década a tres mujeres, ha pedido perdón a sus víctimas al inicio de una audiencia. "Me gustaría pedir perdón", ha manifestado escuetamente Castro ante el juez Michael J. Russo.
“Me robó 11 años de mi vida”
La sala también ha escuchado el testimonio de Michelle Knight, una de las mujeres que estuvieron cautivas quien entre lágrimas de dolor ha recordado algunas de las escenas. "Recuerdo cuando Ariel Castro regresaba a casa y hablaba de cómo se equivocaban los demás y decía, al menos, no te he matado", ha declarado Michelle Knight. "Lloré cada noche, los años se volvieron una eternidad", ha añadido entre sollozos.
La joven ha manifestado que puede perdonar pero “nunca olvidar” y que Castro “merece pasar el resto de su vida en prisión”, porque le robó 11 años de su vida. Knight instó a Castro a que piense en las "atrocidades" que les hizo a ella y a las otras dos mujeres, Amanda Berry y Gina DeJesús, todas ellas secuestradas entre 2002 y 2004.
También ha hablado una familiar de DeJesús, que ha dicho de ella que es "una superviviente" y en español, dirigiéndose a Castro directamente, señaló: "Que Dios se apiade de tu alma".
Detalles del secuestro
Castro, de origen puertorriqueño, se declaró culpable de 937 cargos de los casi 1.000 que enfrentaba después de que su defensa llegase a un acuerdo con la fiscalía para evitar la pena de muerte y puede ser condenado hoy a cadena perpetua sin opción a libertad condicional.
Horas antes de esta audiencia salieron a la luz nuevos detalles de los malos tratos a los que Castro sometió a sus víctimas, en un memorando publicado por la Fiscalía. Según ese memorando, entre otras cosas, Knight, Berry y DeJesús estuvieron encadenadas por los tobillos, solo tenían acceso a inodoros de plástico colocados en los dormitorios "que rara vez se vaciaban" y las alimentaba una sola vez al día.
El pasado 6 de mayo, en un descuido de su captor, Berry logró escapar y pedir auxilio a gritos y un vecino, Charles Ramsey, ayudó a la joven a romper la puerta de la casa, tras lo que también fueron rescatadas las otras dos mujeres y la hija de una de ellas, de seis años, fruto de los abusos de Castro.