Los cromos de nuestra infancia
- Javier Matesanz repasa la historia de los álbumes de cromos
- "La vida es una colección de recuerdos, y cada cromo es un recuerdo", asegura
Quién no recuerda con cariño las colecciones de cromos de su niñez, una afición que no pasa de moda. Los cromos de las películas, de las series de dibujos y, por supuesto, los de la liga de fútbol. Objetos pensados para niños pero que acaban siendo objeto de deseo para coleccionistas adultos dispuestos a pagar lo que sea por un cromo raro. Javier Matesanz repasa la historia de esas pequeñas estampitas, en el libro La vida en cromos. Los álbumes de nuestra infancia (Dolmen)
Es un libro nostálgico que intenta recuperar las sensaciones y las emociones, hoy dormidas en nuestra memoria, pero que un día marcaron nuestro día a día -asegura Javier-. Las de toda una generación. La vida es una colección de recuerdos, y cada uno de aquellos cromos es uno de esos recuerdos. De ahí el título de La vida en cromos. Si he conseguido despertar en el lector o transmitirle alguna de aquellas sensaciones compartidas, entonces el objetivo del libro estará cumplido, pues pretende ser un antídoto contra la melancolía y el envejecimiento propio de quien deja diluir sus recuerdos en el olvido".
"Es un libro esencialmente visual. Repasa la historia del cromo en España, pero sobre todo recupera en imágenes aquellos álbumes de nuestra infancia, que nos harán viajar en el tiempo y evocar momentos inolvidables de juventud".
Un siglo de cromos
"Los cromos entraron en España a través de importaciones comerciales de mercancías alimenticias, principalmente procedentes de Francia, a principios del siglo XX -nos comenta Javier-, y enseguida se propagó está técnica promocional entre las marcas nacionales, que empezaron a ofrecer estampas con sus productos. No obstante, el coleccionismo comenzó a adquirir cierta importancia a partir de mediados de la década de los 40".
"La evolución de las temáticas dependía de las modas y de los intereses comerciales, alternando contenidos culturales y artísticos con otros de índole más propagandístico y de pretensiones educativas".
"Actualmente -asegura Javier- Los cromos siguen siendo tremendamente populares entre la juventud y son muchas las colecciones que se publican con éxito cada año. Los lugares de intercambio siguen siendo los mismos de siempre: en el patio del colegio o los parques donde se reúnen los amigos, además de los puntos de encuentro tradicionales de toda la vida como lo es el Rastro madrileño. El más emblemático del país".
Regalos y pastelitos
Quién no se acuerda de la famosa frase "Regalos y pastelitos". "En los años setenta y ochenta casi todas las colecciones se distribuían a través de marcas alimenticias - nos recuerda Javier-. Sobre todo bollería y yogures. Pero cambió el mercado y la fórmula comercial, ya que ahora la editorial que adquiere los derechos de una colección quiere explotarla ella y no que se regalen los cromos con un pastelito, como ocurría antes. Nadie compraría un sobre en un quiosco si en la tienda te lo regalan con un yogurt".
"El cine y la televisión, a parte del fútbol, ha sido la fuente más importante de temas para el mundo del cromo. Pocos superéxitos de taquilla se han quedado sin su correspondiente colección. Es una manera de prolongar la relación de los fans con su película más allá de la pantalla. Algunas de las colecciones con más éxito de la historia han sido: Mazinger Z, Superman, Star Wars, Spiderman, V, La abeja Maya, Marco, La bella y la bestia…"
A pesar de sus conocimientos en el tema, Javier asegura que: "No tengo demasiados ábumes de cromos. Solo guardé mis preferidos, entre los que se encuentra El álbum del buen humor (de productos Potax), al que le tengo un aprecio especial. Pero para hacer el libro trabajé con varios cientos de álbumes pertenecientes a Vicente García de la Editorial Dolmen, que fue quien me encargó el libro y es un auténtico apasionado del tema".
Los cromos más raros
Muchos aficionados también tenemos álbumes a los que les faltan cuatro o cinco cromos que nunca conseguimos. Pero según Javier, de todos se imprimían los mismos ejemplares: "Por lo general sí, aunque eso no significa que sea una leyenda lo del cromo difícil que nunca salía, pues los caprichos de la distribución hacían que el más difícil de encontrar en Baleares, fuera de los más repetidos en Galicia, por ejemplo. Pero siempre quedaba la opción de pedirlo por correo a la casa".
También hemos preguntado a Javier cuál es el cromo más difícil de conseguir: "Depende mucho de las colecciones, pero cuanto más antigua es la colección, más complicado y más caro resulta conseguir cromos pendientes. Uno de los cromos más caros de los últimos años fue el de Javier Clemente, cuando era jugador del Atlético de Bilbao, que se pagó en Ebay a 280€".
El cromo digital
"El mercado del cromo se ha adaptado a las nuevas tecnologías y son muchos los complementos digitales o los extras que ofrecen las colecciones, pero siempre con un suporte físico, tangible, que el coleccionista pueda tocar -afirma Javier-. De lo contrario se pierde la magia, y sin ilusión nada prospera".
"Actualmente hay cromos tridimensionales, adaptados a aplicaciones de consolas y móviles, cromos con chips y con videoinformación, pero todos ellos respetan la esencia de la estampa impresa sobre el papel, que puede intercambiarse por otra repetida. Ese es el secreto. Y por ello han fracasado sofisticadas iniciativas de colecciones virtuales que se circunscriben a una pantalla y un archivo de datos".
El próximo proyecto de Javier también se inspira en la nostalgia: "El año pasado publiqué Una más en la familia, que era un repaso a las series televisivas de los 70, y ahora estoy escribiendo un libro sobre las de los años 80, que se titulará Me encanta que los planes salgan bien.