Coches eléctricos que no necesitan enchufe, solo un cambio de batería
- El fabricante de coches eléctricos Tesla muestra su intercambiador de baterías
- Un mecanismo cambia la batería gastada por otra cargada
- El cambio de batería es incluso más rápido que llenar un depósito con gasolina
El fabricante de coches eléctricos Tesla ha mostrado recientemente su tecnología de baterías reemplazables como método para aumentar la autonomía de sus coches eléctricos sin necesidad de tener que recargar las baterías con un enchufe.
El sistema es similar al desarrollado hace cuatro o cinco años por la compañía Better Place, que proponía la puesta en circulación de coches eléctricos con baterías reemplazables. Precisamente una de las grandes pegas de los actuales coches eléctricos es que necesitan entre media hora y ocho horas para cargar las baterías con electricidad.
El tiempo de carga varía si se utiliza un enchufe convencional (más lento) o uno de potencia mayor que reduce el tiempo de carga. También varía según se trate de hacer una carga parcial, normalmente de un 80 por ciento de la capacidad de la batería, o de una carga completa.
Baterías cargadas en 90 segundos
El Modelo S de Tesla es el primero del fabricante en incorporar la posibilidad de cambiar la batería. Puede utilizarse como otros modelos y como la mayoría de los vehículos eléctricos, enchufándolo para recargar la batería.
Opcionalmente en lugares específicamente diseñados el vehículo puede recibir un cambio de baterías en apenas 90 segundos. Esto es un tiempo similar, incluso inferior, al que requiere llenar un depósito de combustible con gasolina en un vehículo convencional.
Actualmente llenar un depósito de gasolina lleva entre tres y cinco minutos y proporciona una autonomía de entre 500 y 1.000 kilómetros. Cargar un coche eléctrico durante ese mismo tiempo apenas proporciona entre 10 y 15 kilómetros de autonomía, salvo que se trate de un vehículo híbrido o eléctrico con generador eléctrico que utiliza la gasolina para producir electricidad para el motor eléctrico.
El proceso de cambio de baterías desarrollado por Tesla es totalmente automático: solo hay que colocar el coche sobre una plataforma específica y robotizada que se encarga de extraer la batería descargada y de colocar en su lugar una batería totalmente cargada. Después el coche está listo para continuar la marcha.
El cambio de batería junto a las estaciones de carga rápidas debería aumentar el atractivo de los coches eléctricos, o al menos hacer que su uso cotidiano sea más similar en lo que a autonomía y comodidad de uso se refiere al de los vehículos con motor de combustión convencionales. Al menos en las zonas donde estén disponibles estas estaciones.
En cualquier caso e incluso aunque la propuesta de Tesla se desarrolle saludablemente, por ahora y durante mucho tiempo será difícil que ninguna red de estaciones de carga eléctrica se asemeje, siquiera se aproxime, en cuanto a facilidad de uso, número y 'universalidad' a las gasolineras convencionales, pero este sería un comienzo.
El fracaso de Better Place
Con el intercambio de baterías Tesla Motors toma el relevo de la compañía israelí Better Place que comenzó a desarrollar una tecnología similar y basada en el mismo planteamiento allá por 2008. La idea era que los compradores adquirían un coche eléctrico de Renault pero sin batería, que es el elemento más costoso en este tipo de vehículos.
A cambio Better Place era propietaria de las baterías de modo que podía suministrarlas cargadas según las necesitasen los conductores. Un modelo que, simplificando mucho, se asemejaba al del suministro de gas mediante bombonas de butano y en la que los usuarios pagan una cantidad determinada por la energía y por la distribución y gestión del recipiente, pero sin poseer la propiedad de estos.
Ya entonces Better Place desarrolló estaciones de carga rápida y de intercambio de baterías en vehículos desarrollados junto a Nissan-Renault en países como Israel y Dinamarca. Y ya entonces aquella propuesta no estuvo exenta de críticas.
En 2009 un directivo de Mercedes aseguró que ellos ya habían probado esa tecnología de intercambio de baterías en los años 70 y que había concluido en que era peligrosa, con riesgos de electrocuciones e incendios.
La idea de Better Place no acabó de funcionar y la compañía se declaró en bancarrota en mayo de este año, dejando de sus clientes sin reemplazo de baterías. Incluso puede que se queden sin baterías en tanto éstas son propiedad de una empresa en liquidación.