Se dispara el nivel de radioactividad del agua que se filtra en la central nuclear de Fukushima
- Ha aumentado 47 veces en los últimos cinco días
- El agua subterránea se filtra al mar
El índice de radiactividad detectada en el agua subterránea bajo la central de Fukushima se ha incrementado en unas 47 veces en los últimos cinco días, según revelan las muestras extraídas de uno de los pozos situado entre los reactores y el mar, según una información del diario Asahi recogida por Efe.
Los datos obtenidos recientemente por el operador de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), muestran sustancias radiactivas con cerca de 56.000 becquereles por litro en el agua subterránea analizada que, proveniente de las zonas colindantes, se contamina al entrar en los sótanos de los accidentados reactores atómicos. Por el momento, los técnicos de la central desconocen los motivos por los que el agua subterránea ha elevado tan rápidamente sus niveles de radiación.
El pasado 23 de julio la operadora reconoció, por primera vez desde que se decretara la crisis nuclear en marzo de 2011, la filtración al mar de este agua subterránea.
En este sentido, para evitar su salida al mar, TEPCO ha construido unas barreras subterráneas en los sótanos y ha comenzado a principios de esta semana a bombearla y almacenarla en 1.000 tanques contenedores, según ha adelantado la cadena NHK. Parte de esa agua, una vez retirada la sal y las partículas radiactivas, se usa para enfriar los reactores.
A pesar de que TEPCO tenía estipulado comenzar a drenar este agua subterránea a finales de mes, ha decidido adelantar este proceso siguiendo las recomendaciones de la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA), y ante el incremento constante del volumen de líquido detectado en los sótanos de las unidades nucleares. La NRA ha decretado este lunes la situación de emergencia.
Tras el accidente nuclear de Fukushima, el peor desde Chernóbil en 1986, cerca de 3.500 trabajadores luchan a diario en la central japonesa para dar por concluida la crisis atómica, una labor que se estima se prologará durante los próximos 30 o 40 años.