Marruecos rompe el tabú de la pederastia
- La indignación por el indulto a un español refleja una sociedad cambiante
- Las denuncias se multiplican en los últimos años ante las miles de agresiones
- RTVE.es habla con las asociaciones marroquíes que trabajan en este campo
- Marrakech o Tánger atraen a muchos extranjeros que buscan sexo con menores
- Las mafias captan a niñas para prostituirse principalmente en países del Golfo
La infancia en Marruecos
En Marruecos, donde viven 33 millones de habitantes, el 27% de la población no supera los estudios básicos. 300 000 niños no están escolarizados y la tasa de analfabetismo es del 43% entre los menores de 15 años, según datos oficiales de 2004 recogidos por la ONG Bayti.
Se admite que más de 30.000 niños trabajan en tareas domésticas y que el 13,7% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, incluidos entre 1,5 y 2 millones de menores.
Marruecos está tomando conciencia de muchos de sus problemas, y quizá el más lacerante son las agresiones y la explotación sexual a menores, delitos que hasta hace poco eran encubiertos de forma sistemática. No hay apenas cifras, pero sí un consenso: la sociedad ya no tolera que los abusos queden impunes y al mismo tiempo cada vez exige más a las autoridades, como ha demostrado la oleada de protestas tras el indulto real al pederasta español Daniel Galván, en las que se han mezclado las reivindicaciones políticas y las específicas por esta cuestión.
Los marroquíes han empezado a hablar de los abusos a menores en los últimos años. Hasta que en 2004 se funda No Toques a mi Hijo (Touche pas à mon enfant, en francés), ninguna asociación trataba específicamente esta cuestión. Esta ONG es la única que ha puesto cifras al fenómeno: 26.000 niños agredidos sexualmente al año, es decir, más de 70 al día.
No obstante, admiten que es una estimación basada en una extrapolación de un estudio realizado solo en Kenitra, precisamente la ciudad donde cometió sus crímenes el pederasta español, que había sido detenido en 2010 y condenado a 30 años de cárcel, el máximo contemplado por el código penal marroquí para este delito.
“Era la primera condena a 30 años para un pederasta extranjero”, explica a RTVE.es la fundadora de No Toques a mi Hijo, Najat Anwar, una de las personas más activas en la movilización de los últimos días en Marruecos. Ahora espera que sea devuelto para cumplir el resto de su pena en el país y confía en que la cuestión pase a ser una prioridad nacional con la involucración del rey.
Tras su inédito reconocimiento del error, Mohamed VI ha recibido a las familias de las víctimas y les ha prometido todo el apoyo necesario. Con todo, algunos manifestantes siguen disconformes con las explicaciones.
Menos miedo, más protestas
“Estoy aquí como madre y mujer para pedir una investigación completa”, decía a la agencia France Presse Nadia Lamlili, una periodista golpeada el pasado viernes en la manifestación ante el Parlamento de Rabat y que este martes por la noche volvió a protestar en Casablanca junto a unas 2.000 personas, muchas de ellas ligadas al movimiento 20 de Febrero que propagó en 2011 en el país la llamada Primavera árabe.
Y es que, como señalaba este martes en un editorial el periódico Le Monde, cuya distribución en el país ha tenido problemas, se perciben signos de que “el rey ya no es intocable”. Es la otra parte del cambio.
“Desde hace dos años no hay tanto miedo y las posibilidades de protestar son más frecuentes”, explicaba a France 24 el historiador Pierre Vermeren, que también apuntaba factores políticos: “La pedofilia se ha convertido en un tema muy sensible en Marruecos desde asociaciones como No Toques a mi Hijo han conseguido mediatizar el problema, del que además han hecho bandera los islamistas del (gubernamental) Partido Justicia y Desarrollo”.
Sobre el terreno, otra asociación que lleva más de 15 años trabajando con los “niños de la calle” coincide también en que la prensa e incluso las redes sociales han tenido un papel fundamental en este caso.
En conversación con RTVE.es, Amina Lmalih, directora de la ONG Bayti, explica que normalmente “hace falta mucho trabajo y muchas sesiones con piscólogos y profesionales” para que los niños y las familias hablen. Según sus datos, de los 19.500 niños en situación de exclusión que han pasado por sus diferentes programas, un 10% reconocieron ser víctimas de abusos sexuales.
Lmalih dice que a pesar de los anuncios, “hasta ahora el Gobierno no ha hecho gran cosa” en esta materia y señala el hecho de que un solo ministerio se encargue de temas tan variados como la juventud, la mujer, la infancia, las personas mayores, la solidaridad o la cooperación para el desarrollo.
RTVE.es ha contactado con el Ministerio en varias ocasiones, pero no ha conseguido hablar con un interlocutor. En todo caso, el Gobierno destaca que ha puesto en marcha muy diversos programas para combatir algunas causas de esa explotación, especialmente la pobreza. Requerida por este medio, Unicef Marruecos tampoco ha podido ofrecer datos sobre abusos sexuales.
La experta de Bayti recuerda que, más allá de la violencia o el encubrimiento en familias con graves problemas --que requieren de una atención multidisciplinar--, el silencio lleva a la mayoría de las víctimas a considerarse culpables, algo que ha empezado a cambiar cuando los jóvenes y los medios han empezado a denunciar.
Nuevos flujos turísticos y de las mafias
En efecto, ahora casi todos los días la prensa marroquí informa de varios escándalos de pederastia, y lo hace precisamente desde que viera como un colega de profesión, un periodista belga, se viera envuelto en 2005 en el primero de un serie de casos protagonizados por extranjeros.
Desde el exterior, múltiples fuentes señala a Marruecos como destino preferente del denominado turismo sexual, conocido desde hace décadas, pero que parece haber crecido. Le Monde apunta que el tsunami que destruyó parte de las infraestructuras turísticas del sureste asiático en 2004 ha tenido que ver con la llegada de más pederastas a Marruecos procedentes de Europa y también de los países árabes.
Numerosos reportajes atestiguan que en varias ciudades, especialmente en Marrakech, se ofrece a los extranjeros sexo con menores por cinco euros.
En medios marroquíes se señala incluso la complicidad de los funcionarios, sin aportar pruebas. “Los petrodólares han salvado al reino alauí y se ha desplegado una alfombra roja para los que pagan a nuestros funcionarios. Algunos padres se han convertido en chulos y así algunas familias pobres se han enriquecido”, se lee en un magazine digital.
La preocupación llega incluso al Gobierno estadounidense. El Departamento de Estado advierte de que las autoridades marroquíes han hecho “mínimos esfuerzos” en este terreno y apunta a derivaciones globales del problema.
"Algunas pequeñas de zonas rurales, con solo seis años, son llevadas forzosamente a servir en las ciudades (...) y sufren abusos de todo tipo, incluidos sexuales”, señala un informe anual de la diplomacia norteamericana [texto íntegro en inglés en pdf], que apunta además el turismo sexual un tráfico de menores en sentido contrario, hacia los países de procedencia de esos turistas.
"Hombres, mujeres y niños marroquíes son explotados laboral y sexualmente en Europa y Oriente Medio. Las mujeres marroquíes son prostituidas en los Emiratos Árabes, Bahréin, Jordania, Libia, Siria y en países europeos”, advierte Washington.
Miles de turistas sexuales españoles
El turismo sexual es un fenómeno creciente, pero muy difícil de cuantificar. A nivel global, la Organización Mundial del Turismo estimó que de los 700 millones de personas que viajaron en 2005, hasta un 20% reconoció que entre sus fines estaba tener sexo y un 3%, unos 4,2 millones de viajeros, reconocía tendencias pedófilas, según las cifras recogidas por ECPAT, acrónimo en inglés la organización que trabaja para Acabar con la Prostitución Infantil, la Pornografía Infantil y el Tráfico de Niños con fines Sexuales.
En España, Unicef llevó a cabo una encuesta en 2007 según la cual el 10% de los 1.200 encuestados manifestó conocer a alguien que ha viajado al extranjero para tener relaciones sexuales con menores. Save the Children estimó en 2010 que son 40.000 los turistas españoles que cada año buscan sexo con menores, principalmente en Centro y Suramérica.
El antropólogo Franck Michel escribía en Le Monde Diplomatique que el turismo sexual supone “una nueva forma de colonización adaptada al presente, con causas fundamentalmente económicas y relacionadas con el patriarcado. Experto en viajes, señalaba también factores psicosociales y apuntaba que paradójicamente, aunque los pederastas suelen viajar solos, el fenómeno se asocia con las características de un turismo masificado y organizado que fomenta la “irresponsabilidad” de quienes en cuanto llegan al destino se despreocupan de todo.
La rama española de ECPAT está promocionando el código internacional de buenas prácticas que han suscrito ya 13 turoperadores. El listado de adhesiones se puede consultar en su web.