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¿Qué pasa con el agua de la central nuclear de Fukushima?

  • Se baraja la opción de congelar el suelo en torno a la central
  • Hay 300.000 toneladas de agua contaminada depositada en contenedores
  • El objetivo es reducir la filtración al mar a 60 toneladas 

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El profesor Blair Thornton señala un vídeo de la planta nuclear de Fukushima durante una investigación en Tokio
El profesor Blair Thornton señala un vídeo de la planta nuclear de Fukushima durante una investigación en Tokio.

La central de Fukushima, en la costa este de Japón, es escenario del segundo mayor accidente nuclear de la historia, según los organismos internacionales. El terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011 dañaron algunos sistemas de la central, que empezó a sufrir fallos en cadena que condujeron a la fusión de varios del núcleo de varios reactores, lo que provocó una elevadísima radiación al exterior. Casi dos años y medios después se ha declarado una nueva emergencia por un gran vertido de agua radiactiva al mar.

¿De dónde viene el agua contaminada?

Los reactores de las centrales nucleares, donde se genera la energía por la fusión de átomos de los combustibles (normalmente de uranio enriquecido), están diseñados para soportar el calor que generan esas reacciones mediante un sistema de refrigeración con agua. Por eso, todas las plantas están construidas junto a ríos o junto al mar.

El agua usada para enfriar los reactores normalmente forma parte de un circuito cerrado, y solo después de su descontaminación se devuelve a la naturaleza. En Fukushima, el agua procedía del mar, que dista solo unos metros de los reactores.

Tras el maremoto, la instalación se inundó, el sistema falló y los técnicos tuvieron que rebajar la temperatura lanzando grandes cantidades de agua desde helicópteros. Ese agua entró en los reactores fundidos y rebosó las piscinas donde se almacenan los combustibles radiactivos, así que empezó a filtrarse al subsuelo, en principio de forma contenida porque la instalación debía ser impermeable.

Pero el terremoto también causó fisuras en el terreno. Con todo, el gran problema de la inundación no procede del líquido que estaba en el circuito de refrigeración ni del que vertieron desde el aire, sino de una gran filtración de una escorrentía natural que está entrando en los sótanos de Fukushima.

¿Qué se hacía con el agua contaminada?

Durante los últimos meses, el agua radiactiva se ha ido acumulando en cerca de 1.000 tanques dispuestos a lo largo de todo el complejo nuclear, de la que solo una parte se usa para enfriar los reactores.

Otra pequeña parte se descontaminaba y se devolvía al mar, pero la mayor parte no se puede descontaminar tan rápidamente y se ha ido acumulando hasta que los tanques están al límite de su capacidad, con unas 300.000 toneladas de agua a comienzos de agosto de 2013.

Últimamente, la cantidad se ha ido incrementando a un ritmo insostenible estimado en unas 400 toneladas diarias por el agua proveniente de las montañas.

¿Se ha filtrado agua al mar?

En la primera fase de la crisis ya se registraron vertidos de agua radiactiva al mar y algunos estudios científicos informaron de otras filtraciones a lo largo de estos dos años. La propia operadora de la central no descartaba filtraciones, pero hasta finales de julio de 2013 sí negaba una filtración masiva.

Sin embargo, el 7 de agosto, el Gobierno japonés estimó que están vertiendo a diario cerca de 300 toneladas de agua radiactiva al mar. Y aunque esa zona se encuentra semiaislada del océano Pacífico por diques, lo normal es que la contaminación acabe extendiéndose por el mar, lo que supone un riesgo para la naturaleza. En la zona está prohibida la pesca.

¿Qué se pretende hacer ahora?

La solución ideal sería arreglar las fisuras, pero parece imposible porque están en el subsuelo y sumergidas. Así pues, con los tanques contenedores al límite de su capacidad, la eléctrica ha apostado por dos soluciones: bombear agua del subsuelo que se supone aún no está contaminada e intentar crear una barrera de contención para evitar que el conjunto de la masa líquida acabe en el mar mediante la congelación del suelo.

Hasta ahora, la primera medida --que parecía obvia-- no se había llevado a cabo porque se temía que el drenaje del acuífero provocase una fuga hacia afuera del agua de los reactores.

Sobre la segunda medida, "no existe un precedente en el mundo sobre construir a gran escala un muro aislante al agua a través de congelar el suelo", según el Ejecutivo japonés. Para llevarlo a cabo, Tepco instalará tuberías con refrigerante entre los edificios de los cuatro reactores afectados para crear una zona de contención de aproximadamente 1,4 kilómetros de largo.

Y con todo ello, el objetivo es simplemente reducir de las 300 toneladas radiactivas vertidas a diario al mar, hasta cerca de 60.