Berlín quiere borrar la sombra de la Guerra Fría con un pacto de "no espionaje" con EE.UU.
- El Ejecutivo no tiene "el menor indicio" de un "espionaje masivo" sobre Alemania
- La negociación del acuerdo está en marcha a escala de expertos de ambos países
El Gobierno alemán se propone borrar la sombra de la Guerra Fría en sus relaciones con Washington con un pacto de "no espionaje" mutuo, a modo de código de conducta y en medio de las sospechas de observación masiva de EE.UU. a sus aliados. Así lo ha manifestado este lunes el ministro alemán de la Cancillería, Ronald Pofalla, tras comparecer este lunes ante la comisión de control parlamentario.La discusión amenaza con acompañar la campaña electoral hasta los comicios generales del 22 de septiembre en Alemania.
La negociación del acuerdo está en marcha a escala de expertos de ambos países, ha afirmado este lunes el ministro alemán en medio del goteo de revelaciones sobre el espionaje de Estados Unidos. La última ronda de estas informaciones, difundidas el fin de semana pasado por el semanario Der Spiegel, apuntaba a que Alemania, como otros países de la Unión Europea, estaba tipificada como "objetivo a espiar" por parte de la Agencia Nacional estadounidense de Seguridad (NSA).
El Ejecutivo alemán no tiene "el menor indicio" de que se haya producido un "espionaje masivo" sobre Alemania ni tampoco de que las acciones de la NSA hayan vulnerado "las leyes alemanas" en territorio germano, aseguró Pofalla.
“Casos excepcionales y concretos”
Existe una transferencia de datos entre la inteligencia de uno y otro país limitada a "casos excepcionales y concretos", ha añadido Pofalla tras su comparecencia a puerta cerrada ante esa comisión, convocada a instancias de la oposición.
"Solo puedo decir que, gracias a la cooperación por otro lado habitual entre los servicios de inteligencia de dos países aliados, se han impedido entre tres y cuatro atentados semanales contra las tropas en Afganistán", ha resaltado Pofalla.
El proceder es correcto, la colaboración impecable y no hay huella de que se haya generado un ciberespionaje masivo a millones de ciudadanos alemanes a través de mails, teléfonos móviles ni otros formatos, ha mantenido el ministro.
Desde esa "certeza absoluta", el responsable de la coordinación de los servicios secretos alemanes y de la cooperación entre éstos con los equivalentes extranjeros pasó a anunciar el pacto de "no espionaje", como pauta de conducta a seguir entre aliados.
La campaña electoral
La revelación de la existencia del programa de espionaje masivo estadounidense -PRISM- o su homólogo británico ha hecho resurgir en Alemania los fantasmas del pasado de Berlín, símbolo aún de la Guerra Fría por las décadas en que quedó dividido por el Muro.
Con el acuerdo de "no espionaje" parece buscarse zanjar una discusión que amenaza con acompañar toda la campaña electoral, hasta los comicios generales del 22 de septiembre en Alemania. Inicialmente, los efectos del escándalo planeaban sobre el Gobierno de Angela Merkel, en tanto que responsable de los servicios secretos y de la cooperación con los aliados.
Desde el mismo Ejecutivo se aclaró, días atrás, que el memorando que rige la cooperación con la NSA lo suscribió el Ejecutivo socialdemócrata-verde de Gerhard Schröder (1998-2005). "Entiéndanme bien: yo mismo hubiera suscrito el memorando, correcto desde todo punto de vista y adecuado a las prácticas entre aliados", ha dicho Pofalla, en relación a lo pactado, en 2002 por el entonces ministro de la Cancillería, Frank-Walter Steinmeier.
Los intentos socialdemócratas por explicar por qué se selló ese memorando y el alcance de sus términos quedaron abortados por las filas gubernamentales. A Steinmeier -ministro de Exteriores en la primera legislatura de Merkel y actualmente jefe del grupo parlamentario socialdemócrata- no se le autorizó a declarar este lunes, con el argumento de que Pofalla tenía que responder a más de un centenar de preguntas.
El jefe de la comisión de control parlamentario, el también socialdemócrata Thomas Oppermann, ha expresado su satisfacción por ese acuerdo de "no espionaje", a su parecer fruto de las presiones ejercidas desde la oposición.
Por su parte, el diputado verde Hans Christian Ströbele, miembro de esa comisión y de prácticamente todos los órganos de control parlamentario de la última década y media, recordaba que queda mucho por aclarar en relación al servicio de inteligencia alemán BND y la NSA. Sólo en diciembre de 2012 el cómputo de transferencia de datos entre ambos servicios secretos se situó en 417 millones de datos, cuya procedencia está por especificar.