Claves para convertir una idea en una empresa
- Emprender supone tomar las riendas de tu futuro
- La idea es la primera piedra de todo el proceso
- Emprender solo o acompañado es una de las decisiones más difíciles
- Asociaciones e instituciones responden a las dudas del emprendedor
"Tengo una idea y curiosamente no tengo ni idea de cómo ponerla en marcha". Éste es uno de los temores de muchos emprendedores. Convertir una idea en empresa no es tarea fácil. Por esta razón, distintas administraciones y asociaciones disponen de centros de orientación para ellos.
Sin entrar en el debate de si los emprendedores nacen o se hacen, todos ellos deben dar respuesta a numerosos interrogantes.
¿Cómo puedo encontrar una idea y transformarla en mi empresa?
“La idea es la primera piedra del proceso de todo emprendedor”, afirma María José Landaburu, secretaria general de UATAE (Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores). Para saber diferenciar una idea leonina de una buena idea “es necesario conocerse uno mismo o al grupo de personas con los que vas a emprender”, asegura Francisco Díaz Bretones, profesor de psicología de la Universidad de Granada y consultor de emprendedores. La idea debe encaminarse a la respuesta a ¿qué se hacer mejor?
Un emprendedor tiene que conocer el sector donde se enmarca la idea para que ésta tenga éxito. “Esto se consigue teniendo experiencia en el sector porque permite conocer si la idea cubre alguna necesidad”, analiza Joaquín Ruiz de Castroviejo, presidente de SECOT (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica) en Madrid y añade una de las características que deben compartir las ideas innovadoras: “tiene que ser un proyecto que se diferencie del resto, planteado sobre un escenario realista que evite posibles desengaños”. Por ejemplo, "abrir una agencia inmobiliaria no sería una buena opción actualmente" comenta Ruiz de Castroviejo.
¿Cómo debo madurar una idea emprendedora?
Toda idea debe ir superando una serie de etapas. La primera es realizar una prospección en el mercado para conocer si hay demanda. “Este proceso se puede realizar con los amigos y familiares. Conocemos si su opinión coincide con la nuestra, vemos si responde a una necesidad social y si el precio de nuestra actividad tendría buena acogida”, explica Díaz Bretones.
Si nuestro producto o servicio se basa en una idea innovadora “no será posible testearlo porque es algo nuevo” pero si la idea innova sobre un producto o servicio ya existente “se puede anticipar la reacción de los posibles clientes observando cómo reaccionan ante productos similares para tener una visión panorámica del escenario”, remarca Ruiz de Castroviejo.
Pilar Sánchez trabaja como técnica de innovación del Punto de Activación Empresarial de Cáceres y añade que “es muy importante ser consciente de los sectores emergentes en cada región”.
Una vez hecho esto, la siguiente fase es buscar la diferenciación frente a la competencia.
¿Por qué quiero emprender?
“Ser emprendedor es tomar las riendas de tu futuro, y con los pies en el suelo, iniciar una actividad de la que vamos a vivir en el futuro asumiendo todos sus procesos”, asegura Landaburu porque “el emprendedor no es una raza ni una condición, es una expresión del trabajo que cualquiera puede asumir con la debida dosis de ilusión”. De hecho, la ilusión debería ser el contrapeso a las dudas de muchos emprendedores y “al miedo a equivocarse”, uno de los factores que provocan que muchas personas no emprendan según Ruiz de Castroviejo.
En la decisión de emprender confluyen tanto decisiones personales como económicas y familiares. “Las motivaciones son varias: tener una buena idea, la juventud o desarrollar un proyecto en el que ya hemos trabajado. Hay muchos que emprenden como solución a la falta de oportunidades o porque tienen claro que quieren poner en marcha una idea. Lo importante es saber qué quieres hacer”, asegura Sánchez.
¿Qué características debo tener como emprendedor?
“Los emprendedores son personas a las que les gusta cierto nivel de riesgo, se fijan metas desafiantes, no les gusta lo fácil, les gusta alcanzar el éxito, les gusta el cambio y apuestan por la innovación y tienen necesidad de logros y objetivos”, destaca Díaz Bretones. En el ADN de la conducta emprendedora destacan “la innovación, la autoestima y la imaginación”, unas características que comparte Sánchez, quien siempre recomienda dejarse aconsejar “sobre los riesgos que pueda tener su proyecto”.
¿Soy consciente de lo que supone ser emprendedor?
La vida de un emprendedor cambia totalmente tanto a nivel económico como personal. “A nivel personal se gana en autoestima, confianza en uno mismo y en libertad tanto individual como social. Además, cuando un individuo se convierte en emprendedor la percepción social hacia la persona mejora” sostiene Díaz Bretones.
¿Qué debo hacer para saber gestionar mi empresa?
En resumen, hay tres escalones clave que hay que seguir sea cual sea el proyecto emprendedor. Sánchez explica que el primero de ellos es “elaborar un plan de viabilidad”; después trabajar el grupo de “conceptos clave de nuestra empresa” que definen el proyecto y en “los trámites administrativos”. En esta fase se encuentran las respuestas a numerosas preguntas. “¿Qué voy a hacer? ¿Tengo la formación suficiente para llevarla a cabo? ¿Dispongo de la financiación mínima no solo para empezar, sino para aguantar aunque no tenga ingresos durante al menos 9 meses? ¿Qué obligaciones laborales, fiscales, de seguridad social, administrativas etc., asumo?”, asegura Landaburu.
Finalmente, el último paso es fundar la empresa donde se fija si el emprendedor decide iniciar este viaje solo o con socios. Díaz Bretones sostiene que en su fase inicial “el objetivo debe ser crear y desarrollar una idea, aprender y de paso ganar dinero”.
¿Un emprendedor debe ser también un gestor?
"Para ser emprendedor hay que tener una idea y dominar lo que quiero hacer sin intentar saber un poco de todo. Un emprendedor no tiene que ser un gestor, porque para ello ya existen las gestorías. Lo que un emprendedor debe tener claro es conocer lo que ofrece, cómo lo hace y cómo llegar de la mejor forma al cliente", afirma Sánchez.
¿Debo emprender solo o acompañado?
Ésta es una de las preguntas que más se escuchan en las oficinas y centros de atención al emprendedor. Sánchez asegura que “es una decisión que depende al 100% del emprendedor porque hay que valorar diferentes aspectos desde las capacidades del propio emprendedor, la magnitud del proyecto, las áreas de actividad que abarca o las necesidades de inversión o financiación”. El consejo de Ruiz de Castroviejo es que “emprender solo o acompañado depende del nivel de desarrollo de la idea” y que “hay quien empieza solo y luego necesita financiación o desarrollo y busca un socio”.
Emprender siempre es algo novedoso y muchos prefieren iniciar este viaje acompañados. Saber elegir a otras personas debe ser una decisión pausada y pensada. Díaz Bretones recomienda “emprender con personas con perfiles que nos complementen”.
La ventaja de emprender solo es que la toma de decisiones depende únicamente del emprendedor pero tener socios puede aportar otro tipo de cosas y opciones.