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Volar en el bombardero que derrotó a los nazis

  • El Bombardero B-17 decidió la victoria aliada en Europa
  • Se construyeron más de 12.000 durante la II Guerra Mundial
  • Sólo un B-17 realiza exhibiciones y vuelos abiertos al público

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El bombardero que derrotó a los nazis vuelve a surcar los cielos

En Estados Unidos se le conoce como el avión de la libertad. Es el Boeing B-17 Flying Fortress, más conocido como B-17, la fortaleza volante, un alarde tecnológico para su época. Con sus bombas destrozó la industria bélica nazi en Francia y Alemania durante la II Guerra Mundial.

Sólo se conservan diez B-17 en el mundo.

Uno de estos aparatos, el Aluminum Overcast, sigue volando todavía 68 años después del final de la II Guerra Mundial. En la actualidad esta fortaleza volante está realizando una gira por Estados Unidos, que terminará los días 15 y 16 de octubre en Trenton, en Nueva Jersey. Después volverá a su Museo, en Wisconsin, donde será revisado y puesto a punto antes de empezar una nueva gira por Estados Unidos, que suele coincidir con la primavera.

Este B-17 realiza exhibiciones aéreas y, lo más importante, sirve como bautismo del aire para todos aquellos que quieran formar parte de su tripulación. Tiene su propia web, un foro para veteranos y entusiastas de la aviación de todo el mundo.

"Más gas, más gas"

Transportaba en su interior un máximo de 8 toneladas de bombas. Un total de 13 ametralladoras le protegían de los cazas enemigos, mucho más rápidos. Sus cuatro motores de 1.200 caballos tenían que elevar 60 toneladas, el peso del avión a plena carga. Un reactor actual multiplica fácilmente por cuatro ese peso.

El despegue era un momento especial crítico. No eran aviones a reacción ni turbohélices como los actuales. Estamos hablando de motores de pistón, que se ponían al rojo cuando los pilotos,- "más gas, más gas"- pedían máxima potencia para emprender el vuelo.

Volar en condiciones extremas

Dos tercios de las tripulaciones de los B-17 nunca regresaron.

Viajaban en el interior del B-17 diez tripulantes: dos pilotos, un ingeniero, un operador de radio, un navegante-artillero, un bombardero y 4 artilleros. No resultaba cómodo el viaje. No eran aviones presurizados como los actuales. Su personal combatía las bajas temperaturas con pesados monos de abrigo y una máscara de oxígeno.

El B-17 volaba a una altura máxima de 9.000 metros. Un Airbus, el reactor más moderno de nuestros días, vuela a unos 13.000 metros, a más de 900 kilómetros /hora, el doble de la velocidad que podía desarrollar un B-17.

William Wyler, a bordo

William Wyler, el director de cine que recibió 3 Óscar de la Academia, por La señora Miniver (1942), Los mejores años de nuestra vida(1946) y Ben Hur (1959), fue un veterano de guerra que acabó la II Guerra Mundial con el grado de teniente coronel y una medalla al valor. Wyler dirigió dos documentales de propaganda. El primero se llamó Memphis Belle. A story of a Flying Fortress. Fue rodada en Inglaterra y en cielo alemán en 1943.Reflejaba la última misión de su tripulación antes de ser licenciada. El Memphis Belle fue el el primer bombardero B-17 estadounidense en completar 25 misiones, equivalentes a una vuelta completa a la Tierra.

Se estrenó un año después, en 1944, en Estados Unidos. Se convirtió así en un icono para vender bonos de guerra. En nuestros días inspiró la película `Memphis Belle´(1990) que dramatizó esa última misión.

El segundo documental, Thunderbolt! fue rodado en otro frente aéreo: el de las acciones de ametrallamiento y bombardeo que los cazas P- 47 Thunderbolt llevaron a cabo en los primeros meses de 1944, en Italia, con el Ejército alemán, derrotado y en plena retirada.

El B-17 con sus piezas originales

El Aluminum Overscast es el único B-19 que vuela con todos sus elementos originales. Apenas entró en combate. En 1946 fue vendido por el Ejército por 750 dólares. En su nueva etapa civil llegó a realizar más de un millón de kilómetros. En 1978 un grupo de inversores, entre los que se encontraban Hill Harrison, lo compró para evitar su final como chatarra, pero no pudieron afrontar el elevado coste de su restauración.

Fundaciones salvadoras

Hill Harrison y su grupo de inversores decidió en 1983 donar el avión a la EAA ( Experimental Aircraft Association), fundación con más de 178.000 socios en Estados y en otros países. La Asociación costeó un amplio programa de restauración y conservación del B-17 Aluminum Overcast, que se prolongó durante diez años en el que intervinieron veteranos de guerra y donantes anónimos.

En España tenemos otro entidad similar a la EAA norteamericana. Nos referimos a la Fundación Infante de Orleáns, que en 25 años de exhibiciones aéreas sólo ha tenido un accidente mortal. Fue el 5 de mayo de 2013 cuando el comandante Ladislao Tejedor se estrelló con su Saeta, un reactor nacional de los años cincuenta. Mientras se esclarezcan las causas de este suceso, las exhibiciones están suspendidas, aunque sigan los entrenamientos oficiales en Cuatro Vientos (Madrid).

De gira por Estados Unidos

Desde el año 1994 este avión B-17, Aluminum Overscast, sale del museo, donde se exhíbe,en Wisconsin, para hacer un gira anual por Estados Unidos. Desde entonces más de doscientas mil personas han podido volar en esta pieza única de la aviación, pagando un precio prohibitivo, que no baja de 358 euros por una hora en el aire. Si no podemos, nos queda la posibilidad de un vuelo virtual en internet para viajar a la II Guerra Mundial y tocar el cielo.No quedarán defraudados.