Johnny Depp y Gore Verbinski naufragan en el desierto de 'El Llanero Solitario'
- Director y actor intentan repetir el éxito de 'Piratas del Caribe'
- Pero fracasan con una película excesiva en todos los aspectos
- 'El Llanero Solitario se estrena este miércoles, 21 de agosto
¿Qué tiene que ver El Llanero Solitario con Los piratas del Caribe? En la teoría nada, en la práctica todo. Piratas del Caribe fue una estupenda película que nos devolvía la magia de los films de aventuras de toda la vida, pero sus secuelas se volvieron cada vez más espectaculares, increíbles y, desgraciadamente, rutinarias, repetitivas y cansinas. El Llanero Solitario se ha saltado esos primeros momentos brillantes para ir directamente al espectáculo puro y duro y, como decimos en el título, ha naufragado en todos los aspectos, siendo el fracaso más sonado del año en la taquilla norteamericana.
Uno de los problemas puede ser que el público joven, que es el que va al cine en EE.UU., desconoce quién era El Llanero Solitario. Muy lejos quedan el serial de radio (este años se cumplen 80 años de su debut, en 1933) y la serie de televisión. Además el western está de capa caída y la gente parece haberse cansado de la fórmula de mezclar la comedia y la acción más espectacular que era marca de la casa de la saga de Piratas y también de este Llanero Solitario.
Tampoco han acertado con la caracterización de los personajes, que no tienen demasiado interés hasta el final de la película. Y Johnny Depp cede demasiado protagonismo a Armie Hammer. Sin mencionar la excesiva duración de la película, más de dos horas y media, que provoca que sea muy irregular. Empieza muy lenta, llegando a ser aburrida en determinados tramos, y al final es como un caballo desbocado, pero ese caballo llega cuando ya llevamos más de dos horas de película. Lo mejor es ese clímax, pero el camino hasta llegar se nos puede hacer muy pesado.
En fin que todo es más espectacular y más grande pero más aburrido. Se especula con que la película ha podido costar 250 millones de dólares, pero ese presupuesto luce muchísimo menos que en cualquier entrega de Piratas. Una película desértica en muchos sentidos.
Caballos, trenes y Johnny Depp
Una de las curiosidades de El Llanero Solitario es que el indio (al que interpreta Johnny Depp) se llama "Tonto", aunque aquí lo conocimos como "Toro", por el significado de la palabrita en español y que da lugar a un chiste en la película. Pues bien, Tonto es el encargado de recordar cómo conoció al Llanero Solitario y cómo, a pesar de caerse bastante mal al principio, se convertirán en los mejores alíados.
Por el camino harán amigos como Red, la madame del prostíbulo del pueblo (una estupenda, como siempre, Helena Bonham-Carter) y enemigos como el magnate Latham Cole (Tom Wilkinson), que esconde oscuras intenciones relacionadas con el ferrocarril y que usa, como lacayo, al malvado Butch Cavendish (William Fitchner). Sin olvidar a Silver, el caballo blanco del Llanero Solitario.
Y muchas escenas de acción protagonizadas por los caballos y el tren de vapor. Precisamente, Depp confiesa que su mayor inspiración para interpretar a "Tonto" fue Buster Keaton, con su habitual "cara de palo". Y no olvidemos que una de las obras maestras de Keaton, y de la historia del cine, es El maquinista de la General. Toro también nos recuerda a Jack Sparrow y sus divertidas gesticulaciones, pero en este caso Depp se luce menos porque su cara está cubierta por un grueso maquillaje.
A pesar de que se había anunciado que la película contaría con elementos mágicos, estos se han reducido en la versión final a unos absurdos conejos caníbales, la naturaleza espiritual de Silver y la posible resurrección del personaje de Arnie Hammer (tras una emboscada), que le lleva a convertirse en El Llanero Solitario.
En fin, una película a la que pierden sus propios excesos. Y parece que Depp, antaño uno de los actores más arriesgados y respetados, se ha instalado en la comodidad de las secuelas, ya que está preparando ya la quinta entrega de Piratas del Caribe.
Un personaje nacido en la radio
A pesar de que todos le conocimos gracias a los cómics y, sobre todo, a la serie de televisión, El Llanero Solitario nació (al igual que La Sombra) en los seriales de radio de los años 30 (concretamente en enero de 1933, por lo que este año celebra su 80 aniversario), cuando miles de hogares americanos se paralizaban alrededor del aparato de radio para escuchar la famosa frase “Hi-yo, Silver, away!” (“¡Arre, Plata, adelante!”).
El personaje inspiró a miles de niños, sobre todo a raíz de esa mítica serie de televisión (149-1957) de la que se emitieron más de 200 episodios. Su fama traspasó fronteras como nos demostró Quino en las tiras de Mafalda, donde Felipe era el mayor fan de El Llanero Solitario.
La Obertura de Guillermo Tell, de Rossini, como leitmotif musical del Llanero Solitario fue uno de los grandes aciertos de los seriales originales de radio de los años 30 y de la serie de televisión de los 50; y está íntimamente asociada al personaje. Y, por supuesto, está presente en la banda sonora de Hans Zimmer para la película, aunque también tenemos que esperar un par de horas para poder escucharla.
En fin, un gran espectáculo que se ahoga en sus propios excesos.