La NSA tiene capacidad para espiar el 75% del tráfico de Internet de Estados Unidos
- The Wall Street Journal ha hablado con funcionarios que construyeron el sistema
- Diversos programas filtran la información y en algunos casos la almacenan
- La NSA defiende la legalidad de las prácticas y afirma que respeta las comunicaciones
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos cuenta con una red de vigilancia que tiene capacidad para alcanzar el 75% del tráfico de Internet del país norteamericano, según ha revelado el diario The Wall Street Journal (TWSJ) a partir de las declaraciones de funcionarios y exfuncionarios que han ayudado a construir los sistemas o a proveerlos de datos.
El sistema tiene capacidad para espiar comunicaciones de extranjeros y estadounidenses; en algunos casos conservar el contenido escrito de los correos electrónicos enviados entre ciudadanos dentro de EE. UU. y también filtrar llamadas de teléfono nacionales realizadas con tecnología de Internet.
Según afirma el diario, esta filtración de la NSA se habría llevado a cabo con la colaboración de las compañías de telecomunicaciones. El objetivo es buscar información en las comunicaciones que pasan por Estados Unidos, aunque sean extranjeras o su origen o destino sea un país extranjero.
Los funcionarios han explicado que la filtración se lleva a cabo en más de una docena de lugares en los principales nodos de Internet en EE. UUprincipales .
La NSA ha defendido estas prácticas como legales y ha manifestado ser respetuosa con la privacidad de los estadounidenses. Según la portavoz de la Agencia de Seguridad, Vanee Vines, si las comunicaciones de EE. UU. se "recogen accidentalmente durante las actividades de inteligencia legales de la NSA", la agencia sigue "procedimientos de minimización que aprueba el fiscal general de EE. UU. y que están diseñados para proteger la privacidad de los habitantes de Estados Unidos".
Programas que filtran la información de Internet
Asimismo, se han podido conocer los programas usados para filtrar y recopilar la información de las empresas de telecomunicaciones: Blarney, Fairview, Oakstar, Lithium o Stormbrew, entre otros. Por ejemplo, Blarney se emplearía en la multinacional AT&T, quien ha declinado hacer comentarios.
Estos programas usan algoritmos complejos que funcionan como filtros por los que pasa la información, explica el TWSJ. Tras los ataques terroristas de 2001, la NSA amplió los filtros para capturar más información.
Los documentos publicados por el exanalista de la NSA, Edward Snowden, describían de forma más exhaustiva estos programas, como los registros telefónicos de millones de estadounidenses -que el propio Gobierno de EE. UU. reconoció haber recopilado-, o el programa de vigilancia electrónica de alto secreto PRISM, que espía los datos almacenados en las empresas de Internet.
Los programas de la NSA son aprobados y supervisados por la Corte Extranjera de Vigilancia de Inteligencia, que pide a la NSA que destruya la información de los norteamericanos que no se ajuste a las excepciones de información relevante para la inteligencia, cifrada o que sea evidencia de un crimen.
Publican un informe con actividad de los servicios secretos
La semana pasada, el diario The Washingon Post publicó datos de una auditoría interna de la NSA que revelaban que la agencia de seguridad violó las normas de seguridad o se extralimitó en sus funciones de los programas de vigilancia miles de veces al año desde 2008.
El medio independiente de EE. UU. ProPublica ha colgado en su web una versión para exposición pública de un informe de auditoría semestral que envía el Gobierno al Congreso estadounidense para controlar a los servicios de inteligencia.
Según recoge ProPublica, el documento describe que la NSA viola normas en torno a la Ley de Enmiendas FISA, una de las principales leyes que rigen los programas de vigilancia de la agencia de seguridad, incluyendo programas como PRISM.
La sección titulada Los datos estadísticos relativos a incidentes de cumplimiento (página 25 del informe) habla de información estadística recogida por los servicios de inteligencia de EE. UU. que deberían examinarse con mayor profundidad para establecer "patrones, tendencias o causas subyacentes con más amplias implicaciones".
El documento es de mayo de 2010 y se liberó después de que la Unión por las Libertades Civiles de América (ACLU) archivara una demanda por la libertad de información. Los propios miembros del Congreso de Estados Unidos pueden leer una versión de los informes sin editar, pero en un cuarto con seguridad especial, sin poder tomar notas o hablar públicamente de lo que leen, concluye ProPublica.