MSF confirma más de 3.600 casos de personas con síntomas neurotóxicos tras el ataque en Siria
- Acudieron a los hospitales tres horas después del supuesto ataque químico
- 355 de las personas atendidas perdieron la vida, según la organización
- El Observatorio Sirio de Derecho Humanos habla de 54 niños muertos
La ONG Médicos sin Fronteras ha informado este sábado de que tres hospitales con los que colabora en Siria recibieron, tres horas después del supuesto ataque químico del miércoles en los alrededores de Damasco, a más de 3.600 personas con síntomas asociados a un agente neurotóxico, de las cuales 355 acabaron perdiendo la vida, según hizo saber la organización en un comunicado.
El equipo de médicos de estos hospitales ha informado a MSF de que, poco después del momento del supuesto ataque, comenzaron a recibir "a un gran número de pacientes con exceso de saliva, problemas respiratorios, visión borrosa, pupilas contraídas y convulsiones", según el director de operaciones de Médicos sin Fronteras, el doctor Bart Janssens.
La ONG recalca que es incapaz de "confirmar la causa de estos síntomas ni establecer quién es el responsable del ataque", pero asegura que el cuadro médico que presentan los pacientes, sumado al patrón epidemiológico de los eventos, y la contaminación que sufrieron los doctores que atendían a los pacientes "demuestran de manera contundente que fueron expuestos a un agente neurotóxico".
"Situación humanitaria catastrófica"
Los pacientes tuvieron que ser atendidos con atropina, una droga empleada precisamente para contrarrestar estos efectos. MSF, proveedora de este material, "intenta ahora reabastecer a estos hospitales con más de 7.000 ampollas adicionales de atropina, y aportar material adicional y consejos para atender a los pacientes".
MSF informó además de que a partir de ahora integrará la atención a pacientes afectados por armas biológicas en el marco de su estrategia general para Siria, y recuerda que el uso de armas químicas constituyen una violación del derecho humanitario internacional.
La organización, finalmente, espera que el equipo de investigación de Naciones Unidas sobre el uso de armas químicas en Siria reciba acceso inmediato al lugar del supuesto ataque para determinar lo sucedido.
"El último ataque y la masiva atención que han requerido sus víctimas se suman a una situación humanitaria ya de por sí catastrófica", lamentó el director general de Médicos sin Fronteras, Christopher Stokes.
Medio centenar de niños muertos
El Observatorio de Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha denunciado la muerte de al menos 322 personas, entre ellas 54 niños y 82 mujeres, en el supuesto ataque químico.
En un comunicado, el OSDH afirmó que entre los fallecidos también hay decenas de rebeldes, mientras que 16 cadáveres no han podido ser identificados.
Esta ONG acusó directamente al régimen sirio de perpetrar esta matanza, aunque las autoridades han negado que hayan utilizado armamento químico y han acusado a los rebeldes de haberlo empleado hoy contra sus soldados en la localidad de Yobar, en la periferia de Damasco.
El OSDH, que cuenta con una red de activistas en todo el país, explicó que ha recopilado la información de informes médicos y de testimonios de doctores que aseguraron que la mayoría de esas personas perdió la vida por exposición a gases tóxicos.
Asimismo, el observatorio utilizó para su investigación material audiovisual en el que se ve los cuerpos de los muertos sin rastro de sangre por ninguna parte, lo que confirma que fueron asesinados por armas no convencionales.
La Coalición Nacional Siria (CNFROS), la mayor alianza opositora, ha negado que los rebeldes posean armas químicas en su lucha contra las fuerzas del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y pidió la intervención de la comunidad internacional para frenar la "maquinaria de guerra" del Gobierno de Damasco.
Mientras, la representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Angela Kane, ha llegado a Damasco para intentar persuadir a las autoridades sirias de que permitan a una misión de expertos el acceso inmediato a la zona del supuesto ataque con armas químicas.