Ascienden a 31 los presos muertos en una reyerta en la cárcel boliviana de Palmasola
- La disputa entre los presos surgió en el sector de máxima seguridad del centro
- Las cárceles bolivianas tienen serios problemas de conflictividad y hacinamiento
- Durante la trifulca explotó una garrafa de gas provocando un incendio
- Hay, además, otros 37 reclusos heridos de gravedad
Son ya 31 los presos que han muerto durante un enfrentamiento entre presos en la cárcel boliviana de Palmasola, en el departamento de Santa Cruz , al este del país, tras el fallecimiento este sábado de uno de los reclusos por las graves quemaduras que sufría.
La reyerta tuvo lugar la madrugada del viernes por disputas por el poder entre los presos en Chonchocorito, el sector de máxima seguridad del centro penitenciario, según la agencia estatal ABI, que cita un informe del comandante de la Policía, Alberto Aracena.
Además, durante la pelea se declaró un incendio en la prisión debido a la explosión de una garrafa de gas, ha informado la televisión estatal.
Hay otros 37 heridos de gravedad en los hospitales de Santa Cruz, la mayoría con graves quemaduras que en algunos casos abarcan entre el 60 y 90 % de sus cuerpos, según los medios de comunicación.
La mayoría de los presos perdieron la vida el viernes calcinados debido a que sus agresores hicieron explotar dos bombonas de gas y usaron otras como lanzallamas.
Los agresores también atacaron a sus rivales con machetes, cuchillos y palos y posiblemente también con armas de fuego porque en el lugar del choque se encontraron casquillos de bala.
Un bebé entre las vícitmas
Entre los fallecidos hay un niño de año y medio que era uno de las decenas de menores que viven en Palmasola con sus padres, una práctica aceptada en las cárceles de Bolivia cuando no tienen otros familiares que los acojan.
El Gobierno ha reconocido que en muchos casos los internos mandan en la penitenciarias bolivianas porque el sistema carcelario no tiene el suficiente control de parte del Estado.
La mayoría de las cárceles funciona con un régimen abierto, sin celdas propiamente dichas, sino con viviendas que muchas veces son construidas por los mismos reos y alquiladas o vendidas a otros presos, lo que motiva desigualdades entre los internos.
Las cárceles presentan serios problemas de conflictividad y hacinamiento debido, entre otros factores, a que el 83 % de los más de 13.800 reclusos está en prisión preventiva sin sentencia y sus casos sufren el crónico retraso en la administración de justicia del país.
El Gobierno presidido por Evo Morales aprobó a finales de 2012 un indulto masivo para tratar de aliviar esta situación, una medida que ahora estudian ampliar para afrontar los problemas que se registran en los penales.
Además, en los últimos meses tuvo lugar una polémica por la masiva presencia de niños en las cárceles, en las que el número de menores que vivían allí con sus padres llegó a más de 2.000, una situación inédita en el mundo, según la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
A ello se sumaron varias denuncias sobre presuntos abusos sufridos por niños dentro de las instalaciones, en algunos casos a manos de sus propios familiares.
Las autoridades comenzaron en junio pasado a evacuar a parte de los pequeños que vivían en las cárceles tras llegar a un acuerdo con los padres de los menores.