Una turbulenta región de formación de estrellas en la Nebulosa de Orión A
- Estas protoestrellas son las semillas de las nuevas estrellas
- Las estrellas emiten una intensa radiación ultravioleta
- Sobre la Nebulosa de Orión hay un anillo de polvo y gas
Una de las últimas imágenes obtenida por el observatorio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) muestra una turbulenta región de formación de estrellas llamada Orión A, igual que la nebulosa a la que rodea. Se encuentra a unos 1.500 años luz de la Tierra, en la ‘espada de Orión’, justo debajo de las tres estrellas que forman el ‘cinturón’ de esta constelación.
En la imagen que acompaña a esta noticia, la nebulosa en la que se forman las estrellas se corresponde con la región brillante del centro, iluminada por las estrellas del Cúmulo del Trapecio que se oculta en su núcleo, ha informado la ESA.
La intensa radiación ultravioleta emitida por las estrellas recién nacidas arrastra el polvo y el gas de la nube en la que se gestaron, tallando las formas etéreas que podemos ver en la imagen.
En las regiones donde el proceso de formación de estrellas es más intenso se pueden ver delicados tirabuzones alejándose de la nube principal, en contraste con los pilares de material más denso, que serán capaces de soportar la abrasadora radiación durante más tiempo.
Sobre la Nebulosa de Orión podemos ver un anillo formado por grandes brazos de polvo y gas, al final de una espina de material más frío que zigzaguea a través de toda la imagen.
En el interior de los filamentos rojos y amarillos se pueden distinguir varias fuentes puntuales: son protoestrellas, las semillas de nuevas estrellas que pronto se encenderán e inundarán la región con su intensa radiación.
Las regiones oscuras en la parte superior de la imagen y en la esquina inferior derecha parecen estar vacías, pero en realidad emiten una radiación mucho más débil que no se ha resaltado durante el procesado de la imagen.
Las ‘islas’ rojas en la esquina inferior derecha también son un efecto del procesado, ya que en realidad están conectadas a la nube principal por una emisión mucho más débil. Los ‘ojos’ brillantes en las dos islas de mayor tamaño indican que sus pilares ya han colapsado y están empezando a formar estrellas.