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El diálogo con ELN y FARC pone a Colombia ante la perspectiva del fin del conflicto armado

  • La Iglesia ha mostrado su apoyo al proceso de paz con el ELN
  • Analistas defienden que el ELN debería liberar antes a todos los secuestrados
  • Consideran el anuncio como "maniobra de distracción" ante las huelgas

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El posible e inminente proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), unido a las negociaciones que mantienen en La Habana con las FARC desde el pasado mes de noviembre, sitúan a Colombia ante la posibilidad del fin de un conflicto armado que ha costado decenas de miles de muertos.

La oferta del presidente Juan Manuel Santos de negociar con el ELN, segunda guerrilla del país, con unos 1.500 combatientes en sus filas, empezó a gestarse hace unos meses y tomó fuerza con la liberación el pasado martes del geólogo canadiense Gernot Wobert, secuestrado por ese grupo durante más de siete meses.

Santos, que reconoció recientemente haber establecido contactos con el ELN, había exigido a la guerrilla la liberación de todos los secuestrados como condición necesaria para iniciar unas eventuales conversaciones de paz.

El anuncio de Santos coincide con el primer aniversario de la confirmación de conversaciones para iniciar el diálogo de paz con las FARC, que finalmente arrancaron el 20 de noviembre en La Habana.

Conversaciones separadas con FARC y ELN

La Iglesia católica, que siempre ha defendido una salida negociada al prolongado conflicto colombiano, ha manifestado este jueves que dialogar con el ELN es "imperativo" porque de lo contrario el país seguiría sufriendo la violencia, aunque se llegue a un acuerdo para el fin del conflicto con las FARC.

"Desde siempre habíamos dicho que no era suficiente el mantener un diálogo con las FARC sino que era también necesario e imperativo un diálogo con el ELN que tuviera sus características propias porque son dos guerrillas muy diferentes y en este momento la situación de las dos es muy diferente", ha explicado el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, cardenal Rubén Salazar.

El Episcopado considera que las negociaciones son una demostración  "de que los conflictos en el país se solucionan por medio del diálogo,  por medio de la concertación", según el cardenal Salazar, que ha reiterado  la disposición de la Iglesia católica a ayudar para que las dificultades  que surjan en el camino no impidan un acuerdo de paz.

En agosto de 2012, cuando Santos anunció los "acercamientos" con las  FARC, invitó al ELN a sumarse bajo esas mismas condiciones, pero después  de nueve meses de diálogos con la primera guerrilla, los especialistas  consideran que se deben mantener negociaciones separadas con ambos grupos.

Aunque "desde luego sería muy beneficioso llegar a incluir a todos los grupos ilegales" en un acuerdo de paz, "sería muy arriesgado incorporar (al ELN) a una negociación que ya es de por si compleja y en la que ya se han logrado avances", ha dicho la presidenta del International Crisis Group, Louise Arbour, a Efe en Bogotá, donde ha presentado este jueves el informe "Los procesos de paz en Colombia y la justicia transicional".

Reticencias sobre el proceso de paz con ELN

Pese al entusiasmo que pueda generar un posible proceso de paz con el ELN, analistas políticos consideran que el Gobierno se puede haber precipitado al anunciar que está listo para otro proceso de paz sólo por la puesta en libertad del canadiense.

"Hay que recordar que el ELN tiene secuestrados a decenas de ciudadanos colombianos y me parece que ese gesto del ELN no es suficiente para que el Gobierno inicie negociaciones con ese grupo terrorista", ha dicho a Efe el director del Centro Seguridad y Democracia de la Universidad Sergio Arboleda, Alfredo Rangel.

Según Rangel, el anuncio de Santos puede haber sido un recurso para "distraer a la opinión pública" en momentos en que su Gobierno enfrenta una seria crisis social que se manifiesta en la huelga del sector agropecuario que dura ya dos semanas en el país y que este jueves ha sido motivo de marchas de apoyo a los campesinos en todo el país.

"Este anuncio tiene sin duda, como propósito, distraer a la opinión púbica de la oleada de paros, de protestas y de anarquía que ese presenta en muchas regiones del país", manifestó.

No han trascendido, por el momento, las condiciones y escenario en que se desarrollaría un diálogo de paz con el ELN, pero Rangel considera que si se concreta el inicio de las negociaciones es necesario "que haya verdad, justicia y reparación a las víctimas" de esa guerrilla.