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La estratosfera, al alcance de los aficionados

  • Usan sondas de construcción casera diseñadas para obtener imágenes y datos
  • Son proyectos no demasiado caros ni complicados pero muy educativos
  • La reducción de horas dedicadas a la tecnología hace temer por su futuro

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La Tierra fotografiada por la sonda Meteotek08
La Tierra fotografiada por la sonda Meteotek08

Los miembros del Proyecto Daedalus de la asociación AstroInnova acaban de conseguir hace unas semanas un hito histórico al hacer volar uno de sus instrumentos en una misión de la NASA.

Y es que son un grupo de aficionados a la astronomía que llevaban ya algún tiempo lanzando sus sondas amateurs, amateurs en el mejor sentido de la palabra.

El instrumento en cuestión era el Image Recording for Sunrise, Grabador de Imágenes para Sunrise, y ha volado en el Sunrise II, un globo aerostático lanzado por la NASA con un telescopio solar a bordo que ha volado desde el Centro Espacial de Esrange en el norte de Suecia hasta la Península de Boothia en Canadá.

IRIS, que llevaba tres cámaras de vídeo de alta resolución, obtuvo imágenes y vídeo durante los seis días de la misión, lo que incluye la primera secuencia de vídeo en alta resolución del Ártico tomada desde la estratosfera.

Larga tradición

El lanzamiento de IRIS en la misión Sunrise II no es, por supuesto, sino fruto de años de trabajo del equipo del Proyecto Daedalus, que es uno de los que sin salir de España llevan ya tiempo diseñando y lanzando sondas estratosféricas 'caseras'.

Probablemente el primero de estos proyectos en España fue Meteotek08, que el 28 de febrero de 2009 conseguía que su sonda alcanzara los 30.677 metros de altura.

Meteotek08 era una iniciativa de de Martí Gasull, Gerard Marull, Jaume Puigmiquel y Sergi Saballs, cuatro alumnos del instituto La Bisbal, en el Bajo Ampurdan, Cataluña, que en aquel momento contaban con entre 18 y 19 años, y que contaron con la ayuda de su profesor Jordi Fanalls.

Otras iniciativas similares son los Limasat del I.E.S. Santa Rosa de Lima de Córdoba, los Izar Galaktik del colegio Hirukide de Tolosa, Guipúzcoa, o la de la C.H.A.S.A. , la CHAminade Space Agency, la Agencia Espacial del colegio mayor Chaminade en Madrid.

La característica común a todos ellos es que son proyectos no excesivamente caros ni muy complicados, y que el principal elemento que necesitan es una buena dosis de entusiasmo por los alumnos que los quieren sacar adelante y de sus profesores, generalmente de la asignatura de Tecnología, aunque lamentablemente esta va a quedar muy reducida con la más reciente reforma educativa propuesta por el ministro Wert.

Básicamente consisten en montar una góndola en corcho blanco con unas cámaras e instrumentos de medida, cada vez más a menudo controlados mediante una tarjeta Arduino, y lanzarla con un globo de los que se usan para sondeos atmosféricos. Una vez que este revienta al irse dilatando según sube un paracaídas se encarga de que la sonda vuelva a tierra sana y salva.

Un receptor GPS y un emisor que se sigue desde tierra, además de unos carteles con instrucciones colocados en el exterior por si acaso, se encargan de permitir su localización y recuperación al final de la misión.

Pero aún en el caso de que un lanzamiento no salga como estaba previsto los profesores que apoyan este tipo de iniciativas consideran que lo importante de un proyecto de este tipo es lo que se aprende acerca de la elaboración de un proyecto a largo plazo, tanto en cuanto a tecnología como física, química, y meteorología como en cuanto a trabajo en grupo.