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Hollande y Gauck se dan la mano en el escenario de una de las mayores masacres nazis en Francia

  • En un gesto "histórico" que conmemora el 50 aniversario del Tratado del Elíseo
  • En Oradour-sur-Glane murieron 642 personas, entre ellas 205 niños

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El presidente francés y su homólogo alemán escenifican la amistad de ambos países en uno de los escenarios de la masacre nazi
El presidente francés y su homólogo alemán en la iglesia de la localidad francesa de Oradour-sur-Glane donde se produjo una de las mayores masacres nazis.

Los presidentes de Francia, François Hollande, y Alemania, Joachim Gauck, han escenificado la reconciliación franco-alemana tras la Segunda Guerra Mundial con una visita a la pequeña localidad francesa de Oradour-sur-Glane, donde en 1944 se produjo una de las mayores masacres nazis en territorio francés.

En su segundo día de la visita de Estado a Francia, el presidente germano quiso mostrar un gesto destinado a borrar las huellas de la invasión nazi de Francia.

Un gesto "histórico" con el que las autoridades de los dos países han querido culminar el año franco-alemán que conmemora el 50 aniversario del Tratado del Elíseo, firmado por Konrad Adenauer y Charles de Gaulle, y en vísperas del 70 aniversario de la liberación de Europa del yugo nazi y del centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial.

Oradour-sur-Glane, en el centro de Francia, es un elocuente ejemplo de la barbarie nazi, puesto que el pueblo permanece en el mismo estado en el que lo dejaron los alemanes, que protagonizaron una masacre en la que murieron 642 personas, entre ellas 205 niños.

Una visita que "rompe el silencio"

Gauck y Hollande recorrieron sus fantasmagóricas calles agarrados de la mano, un guiño al gesto que en 1984 tuvieron François Mitterrand y Helmut Kohl en un lugar de conmemoración de la Primera Guerra Mundial.

"Todavía escucho el grito de dolor de Oradour, un grito que escucharé siempre que haya masacres en el mundo", ha asegurado Hollande, que busca estos días respaldo a una intervención militar en Siria.

El presidente francés ha calificado como "excepcional" la visita de un presidente alemán a este lugar de memoria histórica porque "rompe el silencio" y "muestra una Alemania que hoy es capaz de mirar al frente a la barbarie de ayer".

"El horror de la guerra puede volver"

Su homólogo germano ha manifestado su emoción y dolor por visitar un "escenario de un crimen terrible cometido por soldados alemanes" y lo consideró "un gesto de reconciliación".Gauck reconoció que Alemania no ha entregado a todos los responsables de esa masacre y dijo entender el dolor de los familiares de las víctimas, pero pidió "mirar al futuro".

"Francia y Alemania han entendido que el horror de la guerra puede volver en cualquier momento. Frente a ello, han querido construir una Europa que avanza apoyada en la libertad, la dignidad y la solidaridad", ha señalado el presidente alemán, antes de fundirse en un emocionado abrazo con Hollande.

Oradour-sur-Glane, convertido en un memorial de gran afluencia turística, pretende recordar la dureza sufrida por el pueblo francés durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Sus calles, jalonadas de edificios destruidos por los efectos de la contienda, guardan el testimonio de uno de los episodios más sangrientos de ese periodo de la historia.

Cinco hombres y una mujer sobrevivieron

Una patrulla de la SS alemana que se dirigía hacia el frente de Normandía para contrarrestar el desembarco aliado se detuvo en la localidad el 10 de junio de 1944.

Los hombres fueron separados de las mujeres y los niños, recluidos en la iglesia del pueblo. Los primeros fueron fusilados en una explanada y, posteriormente, los soldados incendiaron la iglesia.

Cinco hombres y una mujer sobrevivieron a la masacre, que el general De Gaulle quiso mantener viva en la memoria cuando tras la liberación ordenó que se mantuviera el pueblo en el estado en el que había quedado tras la tragedia.

Jean-Marcel Darthout y Robert Hébras, los dos únicos supervivientes de aquella masacre que siguen con vida, participaron en la visita de Hollande y Gauck.

Desde su llegada al cargo en marzo de 2012, el presidente alemán, antiguo pastor que tras la reunificación dirigió la comisión federal encargada de estudiar los archivos de la "Stasi", la policía política de la República Democrática Alemana, se ha dedicado a visitar lugares simbólicos de la barbarie nazi.

En la República Checa estuvo en la localidad de Lidice, ciudad borrada del mapa por los nazis en 1942, mientras que durante un viaje a Italia pasó por Sant'Anna di Stazzema, localidad toscana en la que 560 aldeanos fueron masacrados por una patrulla de la SS en agosto de 1944.