Un método terapéutico reduce el daño cerebral tras un accidente cerebrovascular
- El procedimiento consiste en reducir la concentración de glutamato
- Se hace a través de una diálisis peritoneal en los primeros momentos
Aún tienen que llevarse a cabo pruebas clínicas del método
Un equipo de neurocientíficos ha diseñado un método para aminorar el daño cerebral tras un accidente cerebrovascular. El nuevo procedimiento, publicado en la revista Journal of Clinical Investigation, se basa en reducir el daño cerebral de forma significativa reduciendo la concentración de glutamato, el agente neurotransmisor excitador usado por las neuronas para comunicarse con el cerebro.
Los accidentes cerebrovasculares, como el ictus, se encuentran entre las primeras causas de muerte e incapacidad en todo el mundo, pero aún no existen medidas terapéuticas efectivas. El daño cerebral es ocasionado por la salida incontrolada al exterior celular de glutamato, que en grandes cantidades resulta muy tóxico para las neuronas, según ha informado el CSIC, participante en el estudio.
La propuesta terapéutica, probada en animales, se basa en la reducción de los niveles de glutamato en la sangre mediante una diálisis peritoneal, empleada, por ejemplo, para tratar la insuficiencia renal. El resultado es una bajada de los niveles de este agente tóxico en el líquido intersticial del cerebro. Según los investigadores, la diálisis peritoneal tiene la ventaja de que puede implementarse cuando el paciente llega al hospital.
“Aunque ahora son necesarias las pertinentes pruebas clínicas, la sencillez y efectividad de esta estrategia terapéutica hace que su traslado a la práctica clínica diaria pueda llegar a ocurrir en poco tiempo”, afirma Juan Lerma, investigador del CSIC en el Instituto de Neurociencias de Alicante, un centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández.
“Reduciendo los niveles de glutamato en la sangre podemos llegar a drenarlo de las zonas cerebrales donde se haya elevado”, señalan los directores del trabajo José Sánchez-Prieto, del Hospital Universitario de La Princesa, e Ignacio Lizasoaín, de la Universidad Complutense de Madrid.