El G-20 cierra su primera jornada con una "clara divisiEl G-20 cierra su primera jornada con una "clara división" respecto al conflicto Sirio
- Obama y Putin, que anularon su reunión, no han podido ocultar la tensión
- Enrico Letta, presidente italiano, ha escrito en Twitter que la división era "clara"
La primera jornada de la cumbre del G20 celebrada en San Petersburgo, Rusia, ha finalizado con tensiones sin resolver por las diferencias respecto a la posible intervención militar internacional en Siria como respuesta a la supuesta utilización de armas químicas que EE.UU. atribuye al régimen de Bachar Al Asad.
Aunque el conflicto sirio no figuraba incialmente en la agenda del encuentro, los veinte mandatarios han conversado al respecto durante la cena, tal y como ha propuesto el anfitrión, el presidente ruso Vladimir Putin. El Primer Ministro británico, David Cameron, ha anunciado que Londres posee nuevas pruebas del uso de armas químicas en Siria.
Por otro lado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, han acudido al encuentro con el objetivo de recabar apoyos internacionales a favor y en contra, respectivamente, de la posible intervención.
La división entre los países ha quedado patente a lo largo de la jornada. De hecho, el presidente del Gobierno de Italia, Enrico Letta, ha expresado en su cuenta de Twitter que, al finalizar la sesión, se ha comprobado la división sobre Siria.
A lo largo de toda la primera jornada de la cumbre en la que se reúnen las veinte primeras potencias mundiales, los máximos mandatarios han intentado, sin embargo, mantener las apariencias delante de las cámaras.
Cordialidad "forzada"
Putin, anfitrión de la cumbre, y Obama, principal promotor de la intervención en Siria, se han encontrado y saludado en la cumbre, mantenido el gesto sonriente durante el intercambio de palabras que han compartido delante de las cámaras, a pesar de haber cancelado el encuentro bilateral que tenían previsto para esta fecha.
El encuentro entre ambos ha dado cierta imagen de cordialidad forzada, especialmente en comparación con otros saludos como, por ejemplo, el que se ha producido entre el propio Vladimir Putin y la canciller alemana Angela Merkel.
La relación entre los dos mandatarios se ha deteriorado sustancialmente debido a los choques surgidos en los últimos meses por el Caso Snowden, a quién Rusia concedió asilo político, y las diferencias respecto al conflicto en Siria.
La tensión ha llegado hasta tal punto que Obama llegó incluso a ironizar con que Rusia estaba retomando una actitud de "Guerra Fría".
Pese a todas las tiranteces entre ambos, Putin ha recibido a sus invitados en mansiones de lujo, con fuegos artificiales y fragmentos de 'La Traviatta' en la noche del jueves. Las voces críticas interpretan toda esta pomposidad como un gesto "artificial".
Búsqueda de aliados
Con el voto a favor del Comité de Exteriores del Senado de EE.UU. a la intervención, y a falta de la aprobación definitiva por parte de Senado y Congreso, la administración Obama parece tener claro el ataque a Siria.
El presidente Obama ha llegado a San Petersburgo con la intención de buscar aliados internacionales para este ataque, para el que, por el momento, cuenta con el apoyo de François Hollande.
Hollande ha asegurado que, para que haya "progreso político" en la cumbre, es muy importante "que los países europeos presentes en el G-20 se manifiesten en la misma posición y condenen el uso de armas químicas".
EE.UU. cuenta también con el apoyo de Turquía, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Dinamarca y el primer ministro británico, aunque David Cameron solo lo respaldará en el terreno diplomático, no en el militar, después del rechazo de su parlamento.
Por el momento, los líderes de los países BRICS (Brasil Rusia China India y Sudáfrica), han trasladado a Putin su preocupación sobre las repercusiones de una intervención militar en Siria sobre la economía global, según un portavoz del presidente ruso en declaraciones recogidas por Reuters.
Putin ya se ha reunido con el mandatario chino, su máximo aliado en la oposición a la intervención militar en Siria, que ha asegurado que una operación así dañaría la economía global y dispararía los precios del petróleo.
Además, el ministro de Exteriores sirio prevé viajar a Moscú este lunes para encontrarse con Serguéi Lavrov, su homólogo ruso.
Obama y Putin, que no celebrarán la reunión bilateral, cancelada tras la concesión de asilo político de Rusia a Snowden, tratarán de convencer a una mayoría de países indecisos: los que condenan el uso de armas químicas pero son reacios a una respuesta militar si no tiene el aval de la ONU.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, han sido los primeros en hablar en el marco de la cumbre y han condenado el supuesto uso de armas químicas.
Van Rompuy ha calificado el ataque de "atroz crimen contra la humanidad" y ha pedido a la comunidad internacional que no deje impunes actos como este. "Esperamos que el informe de los inspectores esté lo antes posible", ha añadido.
Barroso, por su parte, ha pedido a la comunidad internacional que logre un consenso sobre la solución al conflicto sirio y ponga fin a la guerra civil.
La ONU busca agotar la vía diplomática
El enviado especial de la ONU Siria, Lajdar Brahimi, ha acudido a la reunión en un último intento de agotar la vía diplomática para solucionar el conflicto en el país árabe. Allí ha informado de que Ban Ki-moon, desvelará "de inmediato los resultados de la investigación de los expertos de la ONU al Consejo de Seguridad y a todos los países miembros".
El Secretario General de la ONU ha calificado de "horrible" el ataque del pasado 21 de agosto y ha asegurado que los expertos inspeccionaron tanto las áreas afectadas, como los hospitales donde las víctimas son tratadas.
Ban ha agradecido también la colaboración de los países que aportaron pruebas, como la cooperación ofrecida por el Gobierno sirio y las gestiones diplomáticas llevadas a cabo por el papa Francisco para evitar la intervención militar de Estados Unidos.
Además, ha advertido que "todas las acciones que se vayan a tomar deben enmarcarse en la Carta de la ONU" y ha insistido en la necesidad de "poner fin a la guerra" mediante vías diplomáticas.