Mueren ocho civiles y seis talibanes en un bombardeo de la OTAN en Afganistán
- El ataque, dirigido a los talibanes, afectó también a una furgoneta
- Entre los civiles fallecidos hay tres mujeres y tres niños
Al menos ocho civiles, entre ellos tres mujeres y tres niños, y seis talibanes han muerto en un bombardeo de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) en la provincia oriental afgana de Kunar, según ha infromado una fuente policial.
El suceso tuvo lugar en la tarde del sábado en el distrito de Watapur, cuando el ataque de la OTAN a un todoterreno en el que viajaban varios talibanes afectó también a una furgoneta con civiles, dijo el portavoz de la policía regional, Habib Kheli.
Una portavoz de la ISAF, Annmarie Annicelli, ha confirmado el ataque, aunque ha asegurado que solo se produjeron víctimas mortales entre las fuerzas insurgentes, que ha elevado a 10, y ha negado que hubiera habido bajas civiles por la operación aérea.
El portavoz policial ha detallado además que entre los muertos civiles se encuentran el conductor de la furgoneta y el revisor, y que entre los talibanes fallecidos había tres extranjeros de origen árabe.
Los insurgentes han elevado el número de civiles muertos a 14 y, aunque su portavoz Zabiulá Muyahid ha confirmado que también se produjeron bajas entre sus filas, no ha podido aportar el número exacto de fallecidos.
Los episodios con muertes de civiles en operativos de las tropas extranjeras suelen causar una gran fricción con las autoridades locales.
El presidente afgano, Hamid Karzai, ha pedido de hecho en numerosas ocasiones que se limiten las acciones aéreas aliadas o incluso que se supriman por completo.
La actividad contrainsurgente de la ISAF en Afganistán ha ido descendiendo gradualmente desde que en 2011 las fuerzas internacionales comenzaran su retirada y a transferir el control de la seguridad al Ejército y Policía afganos.
Esta transición debe concluir el año que viene, si se cumplen los plazos previstos, y sobre el horizonte planean muchas dudas acerca de la capacidad real del aparato de seguridad afgano para hacer frente a la insurgencia talibán.
El conflicto afgano se halla en uno de los momentos más sangrientos desde la invasión estadounidense que propició la caída del régimen integrista talibán hace ya más de once años.