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Sebastián Piñera culpa a Allende de "quebrantar la legalidad" antes del golpe de Estado de 1973

  • Izquierda y derecha recuerdan separados el golpe
  • Bachelet: "Los crímenes son responsabilidad de quienes los cometieron"
  • 1.200 personas permanecen aún desaparecidas

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Chile recuerda dividido el golpe de Estado de 1973

El Gobierno derechista y la oposición de centroizquierda de Chile recordaron este lunes de forma separada el golpe militar de Augusto Pinochet, del que se cumplen 40 años el 11 de septiembre.

Los políticos de ambos lados del espectro coincidieron en pedir verdad y justicia pero mostraron sus divisiones sobre la responsabilidad que cada bloque tuvo en las circunstancias previas al golpe.

El presidente del país, Sebastián Piñera, celebró un acto en el Palacio de La Moneda ante integrantes de los partidos oficialistas, que reúnen a sectores que estuvieron junto a Augusto Pinochet y aún lo defienden.

Piñera, que eludió hablar de dictadura al referirse al periodo de Pinochet, señaló que el Gobierno democrático del socialista Salvador Allende (1970-1973) "quebrantó la legalidad y el Estado de derecho".

"El resquebrajamiento de la democracia y las malas políticas públicas fueron generando un creciente caos político, económico y social", dijo Pinera.

"Ello no significa, por supuesto, que todas las responsabilidades sean equivalentes, pero sí que fueron mucho más compartidas de lo que algunos todavía sostienen", afirmó.

Según Pinera, "algunos quisieran creer que toda la responsabilidad recae en quienes cometieron u ordenaron cometer las violaciones a los derechos humanos (...) también tienen responsabilidad aquellos que no respetaron el Estado de derecho y promovieron la intolerancia, el odio y la violencia".

Piñera, no obstante, ha advertido que "ninguno de los hechos, causas, errores o responsabilidades que condujeron al quiebre de nuestra democracia justifican los inaceptables atropellos a la vida y la integridad de las personas".

Michel Bachelet: "Los crímenes son responsabilidad de quienes los cometieron"

Dos horas antes del acto de la derecha, Michelle Bachelet, exgobernante (2006-2010) y candidata presidencial, se reunía en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos con representantes de la oposición que había rechazado participar en el acto oficial.

Bachelet reconoció que es "justo hablar de la agudización del conflicto social" durante el Gobierno de la Unidad Popular.

"Lo que no es justo es hablar del golpe de Estado como un destino fatal e inevitable. No es justo afirmar que hubiera una guerra civil en ciernes, porque para dar continuidad y respaldo a la democracia se requería más democracia, no un golpe de Estado", recalcó.

"Las responsabilidades de la implantación de la dictadura, los crímenes cometidos por agentes del Estado, la violación de los derechos humanos no son justificables, no son inevitables, y son responsabilidad de quienes los cometieron y los justificaron", subrayó.

Bachelet, que fue torturada y cuyo padre -un general leal al presidente Allende- falleció en prisión, advirtió además de que sin verdad y justicia no habrá reconciliación en el país.

"La verdad, porque tenemos necesidad de conocer lo que vivieron las víctimas y qué pasó con ellos (...). Y la justicia, porque allí donde la justicia se niega, la impunidad ocupa su espacio ahondando las fracturas de un pueblo", subrayó.

Bachelet se medirá en noviembre a la candidata oficialista Evelyn Matthei, hija de un general que integró la Junta Militar.

Las secuelas del golpe

El golpe de Estado contra Allende dejó más de 3.000 fallecidos, entre ellos 1.200 desaparecidos, y 38.000 víctimas de represión política y tortura.

Los tribunales tramitan aún 1.250 procesos, por los cuales han sido juzgados 911 exagentes de las fuerzas del orden, de los que 263 han recibido sentencia condenatoria definitiva -aunque solo 66 cumplen pena efectiva- y el resto espera aún el resultado del juicio.