El Gobierno británico privatiza el servicio de correos Royal Mail y prepara su salida a Bolsa
- Se trata de la venta más importante de una empresa pública desde los 80
- Ni siquiera Margaret Thatcher se atrevió a privatizar "la cabeza de la reina"
El Gobierno británico ha confirmado la privatización del histórico servicio de correos Royal Mail, fundado en 1516, con su próxima salida a Bolsa, lo que se considera la venta más importante de una empresa pública desde los años 80.
En un comunicado remitido a la Bolsa de Londres, el Ejecutivo de coalición -formado por conservadores y liberaldemócratas- informó de que el servicio cotizará en el parqué en las próximas semanas y que se ofrecerá una participación mayoritaria.
La entrega a manos privadas del emblemático Royal Mail, un servicio que ni la exprimera ministra Margaret Thatcher se atrevió a vender, será posible tras la aprobación en 2011 de la ley de Servicios Postales, que daba el visto bueno a la privatización.
Ola de huelgas
La venta, ya adelantada el pasado julio en el Parlamento por el ministro británico de Empresa, Vince Cable, presagia una ola de huelgas por parte de los trabajadores de correos. El Sindicato de Trabajadores de las Comunicaciones (CWU, siglas en inglés) ha indicado que planea consultar a sus miembros sobre la convocatoria de una medida de fuerza, posiblemente en octubre.
Aunque el Gobierno no ha adelantado la cantidad que saldrá a Bolsa, se estima que será de al menos un 41%, y las acciones serán ofrecidas a inversores institucionales y ciudadanos durante el presente año fiscal, que termina en abril de 2014.
El Gobierno de David Cameron tiene intención de ofrecer acciones gratuitas a unos 150.000 empleados del Royal Mail y, además, podrán adquirir más títulos por un valor mínimo de 500 libras (585 euros), mientras que los ciudadanos podrán comprar títulos por un mínimo de 750 libras (877 euros). El valor de cada acción se fijará una vez que la empresa empiece a cotizar.
El Royal Mail, cuyo valor está estimado en 3.000 millones de libras (3.510 euros), tiene intención de proponer un dividendo el próximo julio de 133 millones de libras (155 millones de euros).
No incluye a las oficinas de Correos
La venta del Royal Mail, encargado de clasificar y distribuir cartas y paquetes, no incluye a las oficinas de correos Post Office, responsables de la atención al cliente. En virtud de la ley de 2011 sobre servicios postales, el Post Office quedó separado del Royal Mail en abril de 2012, por lo que no forma parte de esta operación de privatización.
Al confirmar la venta, el ministro ha afirmado que es un día importante para "el Royal Mail, sus empleados y clientes", pues las medidas buscan "asegurar un buen futuro para la compañía". Sin embargo, el portavoz laborista de Empresa, Chuka Umunna, cree que el Gobierno no ha atendido la "profunda preocupación" sobre el impacto que puede tener la privatización para clientes, negocios y comunidades.
El rendimiento financiero del Royal Mail mejoró el año pasado al incrementar su beneficio bruto un 60% hasta 324 millones de libras (379 millones de euros), pero los precios de los sellos subieron considerablemente.
Thatcher no se atrevió
El Royal Mail, con sus camionetas rojas y la figura de la reina Isabel II, es uno de los servicios más reconocidos en este país, hasta tal punto que la misma Thatcher, que en su día privatizó numerosas empresas estatales, no se atrevió a venderlo. La "dama de hierro" llegó a declarar en una oportunidad que no estaba dispuesta a "tener privatizada la cabeza de la Reina".
Otros ministros de Comercio posteriores, entre ellos el conservador Michael Heseltine y el laborista Peter Mandelson, tampoco pudieron poner el Royal Mail en manos privadas debido a la fuerte oposición de los diputados.
Ante la inquietud de los sindicatos sobre el futuro del servicio una vez privatizado, el CWU tiene planes para pedir al Partido Laborista que vuelva a nacionalizar el Royal Mail si la formación gana las elecciones generales de 2015.