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El Parlamento Europeo aprueba el nuevo papel del BCE como supervisor común europeo

  • Tras haber alcanzado un acuerdo al respecto con la autoridad monetaria
  • El BCE acepta más transparencia y más mecanismos de control  parlamentario
  • Mario Draghi: "Marca un paso adelante real hacia la unión bancaria"

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Eurodiputados durante un pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia)
Eurodiputados durante un pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).

El pleno de la Eurocámara ha aprobado este jueves de forma  definitiva las normas que convertirán al Banco Central Europeo (BCE)  en supervisor común de la banca europea, primer paso hacia la unión bancaria, tras lograr que  el BCE acepte una mayor transparencia y nuevos mecanismos de control  parlamentario en su función de supervisor.

El BCE tiene previsto asumir sus nuevas tareas de supervisor a lo largo de 2014, pero antes realizará una revisión de la calidad de los   activos de los principales bancos de la eurozona y dirigirá, junto  con  la Autoridad Bancaria Europea, una nueva ronda de test de  estrés.

El voto favorable del Parlamento ha sido posible al aceptar el pasado martes el BCE la petición de la Eurocámara de   publicar "el acta completa y coherente de los procedimientos" del   futuro consejo de supervisión de la entidad.

El BCE se había resistido alegando que se trata de información sensible que podría poner  en  riesgo la supervivencia de los bancos. "Para garantizar una  excelente supervisión bancaria europea,  debíamos lograr que fuera  responsable democráticamente", dijo entonces el  líder del grupo liberal, Guy Verhofstadt.

Más control sobre el supervisor

El sistema común de supervisión, pilar de la unión bancaria, implica la transferencia de los poderes de supervisión desde los órganos nacionales a la nueva autoridad europea. La Eurocámara ha insistido en que esa transferencia de competencias debe ir acompañada "de un mecanismo claro de responsabilidad que garantice el control democrático del nuevo supervisor".

El acuerdo deja claro que hay que hacer una división estricta dentro del BCE entre el personal dedicado a la política monetaria y el del supervisor, con el fin de asegurar la rendición de cuentas por parte del brazo supervisor del Banco. Además, prevé mejor acceso a los documentos, tanto por parte de la autoridad supervisora de la UE, con respecto a la información de los bancos como por parte de los parlamentos nacionales en relación a la autoridad supervisora.

También un papel reforzado para los parlamentos nacionales, que organizarán las audiencias con el presidente y el vicepresidente del órgano supervisor y podrán solicitar respuestas escritas al brazo supervisor del BCE. Asimismo, una mayor rendición de cuentas para el supervisor al PE, que será el encargado de aprobar los nombramientos del presidente y del vicepresidente del órgano supervisor, así como su posible despido.

"Gran paso para restaurar la confianza"

El Banco Central Europeo (BCE) ha dado este jueves la bienvenida a  la decisión del Parlamento Europeo. "Se creará un nuevo sistema de supervisión bancaria, estableciendo  un mecanismo común de supervisión en la eurozona. Esto representa un  gran paso adelante en la restauración de la confianza en el sistema  bancario europeo", ha señalado la entidad en un comunicado.

En este sentido, el BCE ha expresado su disposición a iniciar  formalmente todas las actividades preparatorias al respecto en cuanto  la nueva regulación entre en vigor, lo que sucederá tras su  publicación en el Diario Oficial de la UE, para asumir sus nuevas  funciones en un plazo máximo de 12 meses. "Marca un paso adelante real hacia el establecimiento de una unión  bancaria, lo que supone un elemento clave de una genuina unión  económica y monetaria", ha destacado el presidente del BCE, Mario Draghi.

A este respecto, el banquero italiano se ha comprometido a realizar  todo lo que esté en la mano del BCE para llevar a cabo todos los  requerimientos organizativos con el fin de asumir las  responsabilidades de supervisión un año después de que la nueva  legislación entre en vigor. "Espero trabajar junto con las autoridades nacionales para  contribuir a restaurar la confianza en el sector bancario", ha añadido.

Para el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, este es "el primer pilar de la unión bancaria, el proyecto más importante para la integración económica tras la creación del euro, señaló". Para Barnier, este paso significa que "los ciudadanos dejarán de pagar la factura de las crisis bancarias en el futuro, lo que devolverá la confianza en Europa".

Diseño del supervisor

El diseño final del supervisor común europeo estableció su control directo solo sobre los 200 mayores bancos de los 6.000 bancos de la zona del euro y de los otros Estados miembros que deseen participar, y que dejó fuera, por ejemplo, a las cajas de ahorro alemanas. En concreto, el BCE vigilará de forma directa a los bancos cuyos activos superen los 30.000 millones de euros o el  20% del PIB del país en el que estén establecidos, y también de  aquellos que hayan recibido fondos del MEDE.

Según los cálculos del Gobierno, el 95% de la banca española  quedará bajo control del BCE. Además, el órgano presidido por Mario  Draghi tendrá derecho a asumir en cualquier momento el control  directo de un banco pequeño si lo considera necesario.

Para separar la política monetaria de las nuevas tareas de  supervisión, se creará un nuevo consejo de supervisión en el BCE en  el que se garantiza además la igualdad de trato a los países de fuera  del euro. No obstante, la última palabra la seguirá teniendo el Consejo de Gobierno de la autoridad monetaria, donde solo están  representados los países euro, porque así lo marca el Tratado.

Por lo que se refiere al reparto de poder en el seno de la  Autoridad Bancaria Europea (EBA), que seguirá siendo la responsable  de elaborar los estándares técnicos para todos los bancos de la UE,  Reino Unido ha logrado su propósito de tener derechos especiales para  no quedar siempre en minoría frente a los países del euro. El  Ejecutivo comunitario espera que todos los países de fuera del euro  se sumen al mecanismo de supervisión, excepto Reino Unido,  Suecia y República Checa.