Nace el Teatro Quevedo, una sala íntima en el centro de Madrid
- Hablamos con Luis Antonio Rodríguez, su joven director
- Moncho Borrajo estrena Las Cortesanas el próximo jueves
Para muchos será un martes cualquiera, pero para el mundo del teatro –y para el de la cultura en general– será un día de fiesta. Este martes 17 de septiembre echa a andar el Teatro Quevedo, una nueva sala dedicada a las castigadas artes escénicas.
Está en Madrid, en la calle Bravo Murillo, y hasta él hemos ido para saber quién ha sido "el loco" que se ha atrevido a abrir, en estos tiempos que corren, nada menos que un teatro.
Se llama Luis Antonio Rodríguez, tiene 26 años y ha producido dos funciones. La última ha sido El amor es para siempre, la historia de un reencuentro entre un hombre y una mujer 30 años después de separarse. Sin contar con ninguna subvención y aportando de su bolsillo cerca de 500.000 euros, este amante del teatro ha convertido un antiguo concesionario de coches en un teatro con más de 120 butacas.
¿Y por qué Quevedo? “Pues, por un lado, porque está cerca de la Glorieta de Quevedo. Pero, por otro, porque Quevedo era de Madrid y nunca un teatro ha llevado su nombre”, nos cuenta su director.
Rodríguez admite que es atrevido por su parte abrir una nueva sala, pero confiesa que tiene muchísima ilusión. “Es genial poder poner esto en marcha y encima en el centro de la ciudad”, afirma.
Toneladas de ilusión y un padrino, Moncho Borrajo
Tal vez no tenga mucha experiencia, pero este joven emprendedor cuenta, además de con toneladas de ilusión, con un padrino de lujo, Moncho Borrajo, que un día antes de la apertura del teatro ha confesado su admiración por Rodríguez.
“Luis ama el teatro, y le da igual el tamaño del escenario”, ha explicado. “Y yo, que soy muy normal, prefiero estrenar aquí Las Cortesanas porque sé que va a ser verdadero teatro”, ha añadido.
Borrajo se refiere a la obra que ha escrito y que va a dirigir a partir del próximo jueves, una “farsa” –así lo dice el propio autor y director– sobre los entresijos de una monarquía de cualquier época.
Las Cortesanas –que es estreno absoluto– es una función divertida e irónica, perfecta, según Borrajo, para “un teatro íntimo, entre lo alternativo y lo comercial, en el que el público está a un metro del escenario”.