La autopista de peaje R-2 entre Madrid y Guadalajara suspende pagos de forma voluntaria
- La deuda de Henarsa con los bancos supera los 400 millones de euros
- En la concesionaria participan Abertis, ACS, Acciona y Bankia
La autopista de peaje entre Madrid y Guadalajara, la R-2, se ha declarado en concurso voluntario de acreedores, según publica el Boletín Oficial del Estado (BOE), con lo que es la quinta radial de Madrid que se declara en quiebra.
Henarsa, la sociedad concesionaria de la R-2 y participada por Abertis, ACS, Acciona y Bankia, negoció el pasado enero con las entidades financieras aplazar uno de los pagos del principal de la deuda, que en su conjunto supera los 400 millones de euros.
La R-2 discurre entre la madrileña M40 y Guadalajara a lo largo de 62 kilómetros y consta de dos tramos.
Henarsa se constituyó en 2000 y en 2001 se hizo con la concesión para la construcción, conservación y explotación de la R-2 en la que se han invertido más de 500 millones de euros. La empresa también gestiona la circunvalación de la M-50 (subtramo entre la A1 y la A2).
Más autopistas en bancarrota
La R-2 ha entrado en bancarrota pero antes lo hicieron las autopistas de peaje R-3, R-4, R-5, AP-41, radiales que conectan Madrid con Arganda, Ocaña, Navalcarnero y Toledo. Además suspendió pagos la prolongación de la R-4, la AP-36 Ocaña-La Roda y la AP-7, Cartagena-Vera arrastradas por una deuda conjunta de más de 3.500 millones.
El origen del desfase de las autopistas está en que se financiaron con un alto nivel de endeudamiento, desembolsaron un 10% de la inversión, y ahora sus ingresos no llegan ni para pagar los intereses de la deuda. Además se dispararon los costes de las expropiaciones y erraron con una estimación excesivamente optimista del volumen de tráfico que ha bajado un 30% con la crisis.
El Ministerio de Fomento negocia desde hace tiempo con constructoras, concesionarias y entidades financieras la creación de una entidad similar a la extinta Empresa Nacional de Autopistas (ENA).
Inicialmente, estaba previsto que el valor residual de estas concesiones representase el 20% del capital de la empresa, en tanto que el 80% restante será controlado por la Sociedad Estatal de Infraestructuras de Transporte Terrestre (Seittsa). Sin embargo, las concesionarias han reclamado a Fomento controlar más del 40% del capital de la sociedad. Por el momento, no se ha llegado a un acuerdo.
A cierre del primer trimestre del año, el tráfico en las autopistas de peaje españolas se desplomó el 7,7% hasta contabilizar una media diaria de 13.357 vehículos, volumen que se remonta a los niveles que se registraban hace 16 años.