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Goya, conejillo de indias en el siglo XVIII de una "máquina eléctrica" para curar su sordera

  • El pintor aragonés se sometió a un tratamiento experimental de electroterapia
  • Lo desvela la conservadora de Goya en el Boletín del Museo del Prado

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El tres de mayo de 1808 en Madrid, de Francisco de Goya
El tres de mayo de 1808 en Madrid, de Francisco de Goya

Año 1793. Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828), pintor de Cámara del Rey Carlos IV desde 1789, padece una grave enfermedad durante su primer viaje a Andalucía que le deja sordo. La Casa Real no escatima en gastos con su gran pintor y le paga un tratamiento experimental de electroterapia con lo que vienen en denominar como "la máquina eléctrica".

El tratamiento parece que no funcionó, porque Goya murió sordo, pero ahora se ha descubierto que se sometió al método más moderno de la época en Europa para intentar curarlo de su dolencia. Así se revela en la última edición del Boletín del Museo del Prado, en un artículo publicado por la conservadora del Departamento de Pintura del siglo XVIII y Goya de la pinacoteca madrileña, Gudrun Maurer.

Maurer ha rescatado un documento datado en 1794 y conservado en el Archivo General de Palacio en el que se revela que los médicos prescribieron la electroterapia para Goya: "D.n Fran.co de Goya Pintor de Camara de S. M. ha presentado la adjunta instancia exponiendo la sordera que padeze y que para aliviarla le mandaron los facultativos en Medicina le era preciso electrizarse: que a este efecto le franqueo vm la Maquina Electrica (...)", reza la misiva.

Se trata de una carta, anónima, escrita por un oficial de la Real Casa el 18 septiembre de 1794 desde el Real Sitio de San Ildefonso. En la carta se detalla, además, que la "máquina eléctrica" había sufrido una avería y se instaba a su pronta reparación.

El destinatario de la carta, y persona que había facilitado la máquina a Goya, era Pierre François Chavaney (1754-1842), químico, físico y matemático francés y uno de los pocos científicos extranjeros que desarrollaron sus investigaciones en España y que fue nombrado director de la Real Casa de la Geografía y Gabinete de Historia Natural y director del nuevo Real Laboratorio de Química.

La máquina eléctrica alemana

La máquina era una invención del físico alemán Otto von Guericke de 1663 y fue el único generador de electricidad que existió hasta la invención de la pila voltaica de Alejandro Volta en 1800. Se utilizaba para aplicar la electroterapia, que servía para tratar dolencias como la gota o la sordera, en este último caso aplicando electrodos en el oído.

Según explica la conservadora en el artículo, la electroterapia contra la sordera era "de carácter experimental" y tuvo "poco efecto por la falta de conocimiento de las causas exactas que provocaban la disfunción y porque no se sabía cómo equilibrar la cantidad de carga eléctrica a las señales acústicas que rodeaban al paciente".

"Se desconoce el efecto exacto que produjo el tratamiento en la sordera de Goya, sin embargo, de acuerdo con los documentos, no se pudo recuperar su oído", señala Maurer en el artículo y recuerda que, en 1797, Goya dimitió de su cargo de director de Pintura de la Real Academia de San Fernando por motivo de la "sordera tan profunda que absolutamente no oye nada, ni aun los mayores ruidos".

Pese a que la confianza de Goya en los avances de su tiempo no le reportó la curación que esperaba, el pintor aragonés, con su sordera, siguió demostrando su genio hasta su muerte en 1828, dejando antes para la posteridad obras maestras como El tres de mayo (1808).