José Luis Rebordinos: "Está desapareciendo el cine español menos interesante"
- El director del Festival de San Sebastián cumple su tercera edición al frente
- Su objetivo es convertir el certamen en punto de encuentro entre Europa y Latinoamérica
La crisis económica, la mengua de financiación pública, el descenso de producción y el hundimiento de exhibición, podrían echar a llorar a cualquier organizador de un festival de cine de categoría A. Especialmente si tienes a tu cargo Zinemaldia, “el más grande de los pequeños” como le gusta definir a José Luis Rebordinos. El director del Festival de cine de San Sebastián cumple su tercer año al frente con su habitual energía y afabilidad. Su imagen de ‘hombre de negro’ que ejerce de anfitrión es ya un icono del festival. “He cambiado y este año voy de azul”, avisa.
La labor de Rebordinos continúa en la edición número 61 con sus dos líneas maestras: convertir Zinemaldia en el punto de encuentro entre la industria europea y latinoamericana y, en segundo lugar, lucir como escaparate del mejor cine español del año.
El festival se enfrenta al ‘efecto bajón’ en la comparación con el año pasado. La edición 60 contó con una Concha de Oro reconocida por crítica y público (En la casa), la presencia de la ganadora del Oscar a Mejor Película (Argo) y cinco Premios Donostia. “Obviamente en cuanto a glamour y presencia salimos perdiendo seguro, pero lo sabíamos ya desde el año pasado. Era el 60 aniversario teníamos dos opciones: hacer una gran fiesta como en el 50 aniversario para la que no teníamos dinero o hacer un esfuerzo muy grande para traer gente y salió una edición muy espectacular”.
Con todo, Rebordinos defiende la presente edición. “El año pasado se dijo que todo era maravilloso y a mí me pareció que teníamos una muy buena sección oficial pero hubo algún año anterior que me parecía que teníamos una sección oficial mucho mejor y nos dieron muchos estacazos. Todos es muy relativo” dice.
Una apuesta por la industria
Metidos en cifras, el presupuesto del Festival se queda en 7.280.000 euros perdiendo 200.000 euros respecto al año pasado. “Aunque pueda parecer poco hay que tener en cuenta que este festival está ya en los huesos: en los últimos 10 años perdimos un 24% de capacidad de gasto porque el IPC fue subiendo y el festival se fue congelando. Estamos muy justos de dinero”.
El crecimiento de las partidas técnicas (Futbolín y El extraordinario viaje de T. S. Pivet se proyectarán en 3D) y, el gasto destinado a convertir Zinemaldia en un foro industrial, reduce el margen para las partidas tradicionales del festival. La programación continúa en la línea de ser el eco europeo de las premieres mundiales de Toronto. “Ningún festival se puede plantear competir con Toronto, porque vas a tener lo que Toronto no quiera. Jugamos a tener la premiere europea y es un esquema que nos está funcionando muy bien y que nos interesa”.
San Sebastián, puerta de Latinoamérica
Rebordinos no ha dejado de insistir en la necesidad de consolidar el foro de coproducción entre Europa y América Latina que comenzó el año pasado, y que este año pasa de dos a tres días de duración. “Estamos tirando la casa por la ventana, invirtiendo más en industria, que aunque es algo que se ve menos de cara a la galería, es muy importante para consolidar el festival en el panorama internacional. Los festivales tendemos a parecernos mucho y para traer a gente tienes que jugar a ser diferente y toda la vida el festival ha sido una buena puerta para el cine latinoamericano. El foro del año pasado fue un gran éxito, muy por encima de lo que esperábamos, sinceramente, porque éramos nuevos en este tema. Y al mismo tiempo, por el lenguaje común y, por todo el interés que tiene América latina en España y España en América latina, nos hemos dado cuenta de que podemos convertiros en el lugar en el que cualquier crítico, agente de ventas, fondo de inversión o televisión quiera saber que está pasando con el cine español y el latinoamericano”.
Un sorprendente año de cine español
El director del certamen afirma que el descenso de producción del cine español no se ha reflejado en la calidad de las películas que han recibido (Futbolín, Las brujas de Zugarramurdi, Caníbal, La herida, Enemigo y Vivir es fácil con los ojos cerrados, forman la presencia española en sección oficial). “Obviamente hay muchos menos títulos en el cine español en general, pero lo que ha desaparecido es el cine menos interesante, se ha condensado la calidad en menos. Teníamos mucho miedo, sinceramente pero estamos encantados y podía haber habido más”.
Incluso, en el pesimismo reinante, encuentra lecturas positivas. “El cine español lo está pasando muy mal y se está notando en dos cosas: una negativa, cada vez se hacen producciones con menos dinero, la producción grande es mediana y la mediana es pequeña. Y en otra, que creo que a la larga va a ser positiva: el cine español comienza a hacer muchas coproducciones. Inauguramos con Futbolín (Argentina-España) y tenemos Enemigo (Canadá-España), y Caníbal, que es de las realmente importantes del año, es una coproducción entre España Rusia Francia y Rumanía.”
El futuro de los festivales
En un mundo en el que cada vez se consume más cine en casa y en el que la información en la red ha privado a los festivales del aura de primicia que tenían antiguamente, ¿cuál es su futuro en un plazo medio? “Los festivales no van a desaparecer por varias razones. Si se va perdiendo la presencia de la gente en salas, aunque yo estoy convencido que las salas se van a revalorizar, los festivales se han convertido en un circuito alternativo de exhibición. Los festivales que ofrezcan una programación creíble llevarán a gente porque van a proponer cosas. Tú vas a la red y tienes que elegir, pero los festivales te van a proponer por anticipado una serie de propuestas y creo que van a funcionar como sitio donde ver cosas nuevas. Y, por otra parte, no es casualidad que nos estemos rearmando a nivel industrial. Yo creo que los festivales grandes, que cuestan dinero y que tienen un impacto económico fuerte en su territorio, o tienen actividad industriales o irán perdiendo poco a poco el camino. Las actividades de industria van a ser cada vez más importantes en los festivales grandes”, sostiene.
Aparte de los grandes nombres de sección oficial y perlas, le pedimos el esfuerzo de rebuscar joyas ocultas en otras secciones de la programación.
“Voy a recomendar dos de de Zabaltegi. Una es Traffic Departament, una película polaca que ha ganado todos los premios del cine polaco, que no está en competición porque se estreno en enero en Polonia, y que nos entusiasma. Es una película sobre la corrupción con un nervio brutal, muy dura y muy potente. Y la otra sería Cutie and the boxer, un documental, que estuvo en Sundance y que tuvo algún premio, sobre un pintor japonés ya mayor y su relación con su pareja, dibujante de cómics. Me parece llena de alma”.
En la recta final, Rebordinos se prepara para dos semanas intensas, tras la que llegará un merecido descanso. “M i vida normal empieza a partir de noviembre pero en cuanto me quiera dar cuenta estaremos buscando dinero aquí y allá porque el año que viene será muy complicado".