La masacre de Washington lleva a EE.UU. a replantearse la seguridad y el control de armas
- Obama y Hagel han ordenado revisiones en los sistemas de seguridad
- Ataques como el 11-S o la matanza de Fort Hood conllevaron reformas
- El FBI aún no ha conseguido esclarecer la motivación de Alexis para atacar
Estados Unidos ha dejado ver, una vez más, graves grietas en sus sistema de seguridad, tras la matanza que se llevó a cabo este lunes en Washington DC, centro neurálgico y militar de Estados Unidos, cuyo presunto autor ha sido identificado por el FBI como Aaron Alexis, un trabajador con acceso a sus instalaciones más restringidas.
El ataque de este lunes en Washington es el cuarto tiroteo más mortífero en Estados Unidos desde 2009, cuando el comandante Nidal Malik Hasan acabó a tiros con la vida de 13 personas en la base de Fort Hood (Texas), y el más grave desde la matanza de Newtown, que se cobró las vidas de 20 niños y seis profesoras en diciembre.
El atentado del 11 de septiembre de 2001 y posteriormente la tragedia de Fort Knox en 2009 dieron lugar a reformas en los sistemas de seguridad que, a pesar de todo, parecen insuficientes, ya que tiroteos y masacres se suceden en el país cada cierto tiempo, a menudo en lugares públicos y a manos de individuos que esquivaron los controles de seguridad o de acceso a las armas.
Tras la tragedia de Fort Hood, el Pentágono revisó los procedimientos de seguridad de las instalaciones militares en todo el país, así como las revisiones de antecedentes tanto de miembros de las Fuerzas Armadas como del personal externo contratado.
Los controles de seguridad "se han debilitado"
Parte de lo ocurrido este lunes "se debe a que hemos ido perdiendo y perdiendo (fuerza) en los procedimientos de seguridad", ha explicado a Efe el experto en seguridad nacional del centro de estudios "Heritage Fundation", Steve Bucci.
El especialista agrega que, según su experiencia, para entrar en las instalaciones de la Armada en Washington atacadas este lunes, uno apenas tiene que mostrar un documento válido de identificación, y añade que ni siquiera las bolsas o mochilas son registradas.
Pero aparte de estos procesos, Bucci considera que aunque sea complicado evitar un episodio como este, las agencias federales deben incrementar las revisiones de antecedentes de sus empleados.
"El autor de la masacre de este lunes entró de manera legal a las instalaciones. Y pese a todos sus problemas con las armas, con las fuerzas de seguridad y sus ya obvios problemas mentales, continuaba teniendo acceso a una instalación de ese tipo", ha apuntado.
Además de reabrir el debate sobre el control de armas, la matanza ha cuestionado los estándares de seguridad estadounidenses, y ha recordado, según apunta Bucci, "que hay que permanecer vigilantes".
"Alguien debió haber parado su expediente en algún momento", ha insistido el especialista en seguridad nacional.
Obama reitera la necesidad de aumentar el control sobre armas
El presidente de EE.UU., Barack Obama, no ha tardado en vincular ese hecho con su campaña para reforzar el control de armas, y este martes ha subrayado su preocupación por la reticencia del Congreso a aprobar esa legislación cuando "cada tres o cuatro meses" hay un tiroteo masivo.
"El hecho de que no tengamos un sistema lo suficientemente firme para la revisión de antecedentes es algo que nos hace más vulnerables a estos tipos de tiroteos masivos", ha dicho Obama en una entrevista con la cadena televisiva Telemundo.
"A pesar del horror de estas matanzas, parece que no estamos dispuestos a tomar algunas acciones básicas", ha reprochado el mandatario, en referencia al rechazo del Senado a su propuesta de aumentar el control sobre la venta de armas. Algo que apoya, según Obama, la mayoría del pueblo estadounidense e incluso "un gran porcentaje de republicanos", pero en lo que "seguimos siendo bloqueados".
Tal y como hizo tras la masacre de Fort Hood, Obama ya ha ordenado una revisión de los métodos de los seguridad que se siguen para el acceso a las agencias federales.
Por su parte, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, ha ordenado medidas similares para todas las instalaciones militares estadounidenses en todo el mundo.
Y es que, según una auditoría del Inspector General del Pentágono, cuyos resultados se publicarán en los próximos días, al menos 52 criminales convictos han tenido acceso indebido a instalaciones militares en años recientes, algo que para EE.UU. se está convirtiendo en más que una asignatura pendiente.