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La MBFWM baja el telón pero el drama no termina

  • Los diseñadores presentan ropa fácil de llevar, fácil de vender
  • Todos intentar salir fuera en busca de nuevos mercados
  • Siguen los concursos de acreedores; ahora, Sita Murt.
  • Todo sobre la pasarela MBFWM en el especial de rtve.es

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Desfile de Ana Locking.
Desfile de Ana Locking.

Podemos decir que esta edición de la MBFWM, la número 58, ha estado llena de aciertos, errores, estupideces, pocas novedades y muchos rumores.

Hemos visto corrillos entre prensa y creadores hablando, bajito, sobre lo necesario de un cambio de concepto de esta pasarela, sobre los diseñadores que atraviesan un momento delicado, sobre quién va a salir a flote, sobre la ausencia de David Delfín, sobre el auge de MFSHOW, sobre el futuro de Cibeles.

Está claro que hace falta revisar la estructura, la forma y el contenido de las pasarelas, de renovarse antes de morir y, sobre todo, de hacerse fuerte ante la crisis que viven el sector y la marca España, curiosamente, dentro de España.

Sabemos que algunos diseñadores han recibido ofertas de otras pasarelas, que se plantean cambiar la frialdad de Ifema por escenarios más relacionados con la cultura (como los que utiliza la MFSHOW) y que otros, además, creen que quizá es mejor salirse de calendario y hacer el desfile por su cuenta y riesgo, como hace la casa Alvarno.

Cada uno por su lado

Parece que Sevilla va a tener su propia pasarela. No es normal que haya tantas ( MBFWM, MFSHOW, 080, Valencia Fashion Week) y no está bien que cada una de ellas tire hacia un lado, el suyo, para estirar el débil tejido de la moda española porque así solo se va a conseguir romperla; algo fácil, dado lo resquebrajada que está.

¡No será mejor unir esfuerzos, remar todos en la misma dirección, sumar!. En mi humilde opinión es nuestra única tabla de salvación.

Y hablando de salvación. Todos los diseñadores de Cibeles (aprovecho para proponer que la pasarela de Madrid se celebre en el Palacio de Cibeles y en otros escenarios cercanos) tienen las esperanzas puestas en el exterior, en mercados de Latinoamérica, Rusia, países árabes…

La esperanza está ahí fuera

Ana Locking dice que acaba de abrir una puerta de Los Ángeles y que McGuffin, su colección de otoño 2013, está funcionando bien allí “porque es muy americana”.

EEUU es uno de los mejores clientes de Etxeberría. Sus piezas, las más caras, se venden en tiendas de lujo de Nueva York. Su producto tiene un precio, aúna diseño (del bueno) y calidad. Solo es asequible para bolsillos abultados como los de Rusia y de ciudades como Sorrento (conquistada por los rusos).

Victorio&Lucchino se van ahora a Colombia para presentar su colección y Maya Hansen a Puerto Rico. Su propuesta es más comercial, con menos corsés y, por primera, vez con ropa de baño. Una moda que fácilmente puede gustar allá. Hansen vende además en Miami, Los Ángeles, Brasil, Polonia y Kuwait. 

De Rusia a Kuwait

Rusia es uno de los mejores clientes de la moda española. Juan Vidaltriunfador en esta edición, ha participado en la Semana de la Moda de Rusia y vende en una lujosa tienda de Moscú. Pensando en las rusas y las señoras de los países árabes ha hecho la colección Hannibal Laguna.

Su colección de otoño e invierno 2012/13 iba toda en color negro, su color favorito, pero fue un fracaso, no se vendió. La de ahora está marcada por el color y los borddos dorados, armas con las que quiere convencer a esas clientas.

También hace vestidos que llevan flores pintadas y bordadas a mano. Mucha costura. “Si veo algo que se puede industrializar, lo quito”, dijo refiriéndose a que muchas cosas que se presentan en Cibeles terminan, semanas después, en los escaparates de las grandes cadenas de moda.

Laguna hace solo vestidos de fiesta, cuando el resto de sus compañeros prefiere centrarse en la ropa de calle, el prêt-à-porter. Una moda más real, porque la mayor parte de la gente no tiene una agenda como la de Carmen Lomana. 

“Yo estoy encantado”, dice el venezolano, “así vendo más”.

Diferenciarse, conocer al cliente

Torretta, que ha celebrado 30 años de profesión, opina lo mismo. Pero Juanjo Oliva -que ha cumplido diez años en esta pasarela- ha cambiado de registro. Tras varias colecciones centradas en las clientas de atelier se pasa ahora a la ropa de calle y ha presentado una colección “con menos vestidazos”, dice, “no hay tantos momentos para lucirlos”.

Hay quien vende moda y quien vende marca. Ágatha Ruiz de la Prada tuvo 56 salidas, de ellas tan solo 10 son de la colección de primavera y verano 2014. El resto, 46, son fantasía, show, espectáculo.

La diseñadora vende su imagen, su firma. Quizá no coloque muchos vestidos pero vende de todo lo demás: papelería, ropa de hogar, perfumes, vajillas… Lo mismo ocurre con Montesinos o Devota&Lomba; tienen nombres muy reconocidos y muchas licencias. 

El relevo está ocurriendo. Moisés Nieto, Rabaneda, Juan Vidal, Sara Coleman y Etxeberría hablan otro lenguaje, ven las cosas de otra manera y trabajan pisando moqueta. Saben que es su turno y lo están aprovechando.

Dime como eres....

Los diseñadores y sus socios están haciendo un esfuerzo increíble, como muchísimos españoles, por mantenerse. Por capear. Muchos, la mayoría, han venido con humildad, contando cómo es su situación, pidiendo ayuda y agradeciendo el apoyo.

Otros, los menos, llegan con un aire prepotente, esquivando, ocultando la mirada tras unas enormes gafas de sol.

Son actitudes diferentes y sus trabajos lo son. Contrasta la forma de recibir a los periodistas de unos y de otros. Unos te describen con pasión su colección y su trabajo, y mirándote a los ojos te cuentan si las ventas van bien o “simplemente van”. Otros, los menos, te hablan con una desgana brutal, como si les diera lo mismo lo que cuelga de los percheros. Pasando, literalmente, de todo.

Entre los primeros destaco a Ana Locking, Laguna, Oliva, Sardá, Ailanto, Helbig- que ha traído un trabajo excelente- Escoté y…Carlos Díez.

Si algo no se vende, fuera

María Escoté solía sacar a pasarela ropa súper llamativa pero en esta ocasión, conociendo lo que quiere el cliente, ha preferido también mostrar camisetas, vestidos y pantalones que son más fáciles de vender. Eso sí, con su sello personal.

Destaco a María por su colección, su pasión por lo que hace, su actitud y su amistad con Carlos Díez. Se quieren, se ayudan. Este compañerismo es un ejemplo que deberíamos seguir todos: diseñadores, prensa, pasarelas, instituciones.

Díez ha regresado tras un parón de seis meses. Lo ha hecho con una colección festiva, para bailar, para celebrar que está aquí. Sobre su pasarela hemos visto arañas y el Smiley, el icónico símbolo del acid house. Recuerdos que rescata para agradecer a sus "colegones" la ayuda.  

También ha presentado bodys para chico. Algo genial. La horrible moda de los pantalones caídos hace que cada día, en un restaurante, en la oficina, en la máquina del café o en el autobús tengamos que ver las “huchas” de la gente. ¡Algunas hacen daño a la vista!

Tapemos nuestras huchas. Ahorremos en esfuerzos, subvenciones, gastos y unamos el trabajo de todos para coger fuerza. Solo sobreviviremos siendo fuertes, y vendiendo una sólida marca de España, un made in Spain potente.

Retales y una puntada

Ha sido una edición sobria y apenas hemos visto complementos. Destacan los de Ailanto y los de Moisés Nieto. Los primeros se hacen en metal de carácter escultórico, en 3D. Los segundos recrean los patios andaluces con flores, insectos y aves.

Se trabajan los laterales de los vestidos para seducir también de perfil.  Amaya Arzuaga, con sus cortes atrevidos, y Teresa Helbig, con unos originales bolsillos, son un claro ejemplo.

Los tejidos más sorprendentes son los de Martin Lamothe. Elena, la diseñadora, trabaja en un laboratorio para crear nuevas texturas y despus patentarlas.

Las inspiraciones más repetidas son el espacio, la tierra y el agua. Lo vimos en Sardá, Hansen y Lamothe. También el arte, para Amaya Arzuaga y Ailanto. La literatura marca a Juan Vidal y la música, concretamente Miguel de Molina, a Montesinos.

Aprender de los errores

Se apuesta por intercambiar códigos femeninos y masculinos. También por mezclar: tejidos, colores y estampados.

No podemos terminar sin hablar de EGO. Esta edición, la 16, ha tenido un nivel muy alto. Pepa Salazar ha ganado, por segunda vez consecutiva, el premio a la mejor colección. Eva Soto Conde, de nuevo, ha deslumbrado con un trabajo muy cercano a la alta costura.

La mexicana Lorena Saravia ha conquistado con su personalidad, su trabajo y su visión de negocio. Heridadegato dice que ha aprendido de los errores. En febrero hicieron una colección con ropa de segunda mano y se les etiquetó. “Ahora hemos hecho algo diferente, teníamos un reto”, dicen, “queremos profesionalizarnos”. Ahí está la clave. La moda es una profesión, no es un juego.