Los peritos confirman que el vídeo del Faisán tiene tres minutos menos y dos cortes
- Uno de 2 minutos y 46 segundos y otro de 15 segundos
- En la cinta se ve al inspector Ballesteros en el local cuando se hizo el chivatazo
Los peritos de la Guardia Civil han confirmado en el juicio del caso Faisán que la cinta de vídeo que muestra al inspector José María Ballesteros en el bar Faisán, en el momento en el que se produjo el chivatazo a ETA, tiene dos cortes y tres minutos y un segundo menos.
Los peritos se han ratificado en su informe sobre la cinta del equipo policial que investigaba la red de extorsión de ETA y el bar Faisán de Irún (Guipúzcoa), cuyo dueño, Joseba Elosua, colaboraba presuntamente con él entregando dinero del impuesto revolucionario.
Según las acusaciones, esta cinta recoge en sus imágenes a Ballesteros entrando y saliendo del local justo cuando el entonces jefe superior de Policía del País Vasco, diera el chivatazo a Elosua a través de un teléfono que le entregó Ballesteros.
Hay un corte de 2 minutos y 46 segundos y otro de 15 segundos
Los peritos han confirmado que no han encontrado "nada" que les haga sospechar que se trata de una copia. Además, han asegurado que tiene dos cortos, uno de 2 minutos y 46 segundos y otro de 15 segundos, tiempo que ha desaparecido de la grabación.
No obstante, han respondido que no hay cortes ni manupación entre las 11:14 y las 11:30 horas, cuando Elosua estuvo en el bar y recibió la llamada.
El fiscal Carlos Bautista ha preguntado si han "detectado manipulación en el horario y fecha de la cinta", a lo que han respondido que no.
En cuanto a los cortes, han explicado que en uno de ellos se podría haber sacado la cinta y volverla a meter para comenzar de nuevo a grabar y, de forma menos plausible, pararla y dar luego al botón de grabar. Esto último pudo haber ocurrido en el caso del otro corte.
Otros peritos de Criminalística de la Guardia Civil se han referido la versión del ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies de que ese día se iba a reunir con un confidente en el sur de Francia y que mandó a Ballesteros a la zona del bar Faisán no para dar el chivatazo, sino para comprobar el área.
"Nos llamó la atención que un confidente o fuente fuera tratado o manipulado por una autoridad como es un jefe superior", han asegurado respecto a Pamies.
Además, han explicado que tanto la Guardia Civil como los servicios de información internacionales y europeos estipulan que siempre se hace de esta manera y que, además, una tercera persona valora la información del confidente para "asegurar la objetividad".