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Merkel rechaza gobernar en solitario e inicia contactos con los socialdemócratas

  • No tiene prisa por formar gobierno: "Necesitamos un Ejecutivo estable"
  • Cada vez que un partido gobierna con ella se estrella en las urnas
  • La canciller intepreta los resultados como un voto a favor de su política europea

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Merkel inicia los contactos para buscar socio de Gobierno

Más sonriente que de costumbre, Angela Merkel, ha reaparecido un día después de su arrolladora victoria en las elecciones de este domingo, para anunciar su intención de formar un gobierno de coalición. "Necesitamos un Ejecutivo estable", ha declarado.

La canciller  ha rozado la gloria, pero le faltan cinco escaños para la mayoría absoluta y ya ha iniciado los primeros contactos entre sus pretendientes. El jefe de los socialdemócratas ha sido el primero en recibir la llamada de la canciller, que ha advertido, que también contactará con los Verdes.

El escenario está tan abierto que esta mañana la propia Merkel bromeaba con los periodistas. "Esta mañana no sabía qué chaqueta ponerme, si la roja o la verde, y al final me he decidido por una neutral", ha afirmado, según informa el corresponsal de TVE en Berlín, Miguel Ángel García.

Merkel ha advertido que no tiene prisa. "No se trata de obtener mayorías numéricas sino coaliciones con ideas programáticas comunes. Esto hay que trabajarlo. Los electores han hablado, pero debe salir algo para Alemania que responda la voto de los electores y que nos dé la posiblidad en cuatro años de mejorar esta situación", ha señalado.

La duda es quién se atreverá a pactar con ella porque, dados los precedentes, gobernar con Merkel puede ser más un castigo que un premio.

Una mantis religiosa a la caza de aliados

La canciller ha engullido como una mantis religiosa a sus dos últimos socios en las urnas. Los socialdemócratas pagaron sus cuatro años de alianza con los cristianodemócratas con el peor resultado electoral de su historia en las elecciones de 2009.  Ahora, los liberales, un partido histórico  que ha marcado la pauta de la política exterior alemana casi  ininterrumpidamente, en 17 de los 22 gobiernos federales, se han quedado  sin representación parlamentaria tras perder 10 puntos y no superar la valla electoral del 5%.

“Hacer un gobierno con Merkel es como meterse en la jaula de tigre”, advierte el corresponsal de TVE en Berlín, Miguel Ángel García. Sin su aliado tradicional, a Merkel se le abre un espinoso escenario: gobernar en solitario o con rivales incómodos. “En cualquier caso la gobernabilidad se da por descontada”, añade.

Merkel ha interpretado el resultado electoral como un fuerte voto a  favor de su política europea. "Nuestra política europea impulsa la  integración y desde el punto de vista de la CDU no hay motivo alguno  para cambiarla", ha subrayado ante las insistentes preguntas de los  periodistas sobre su política en Bruselas.

Nunca un partido ha gobernado en solitario en Alemania y esta es una opción que no casa con el carácter de Merkel,  quien, tras el apoyo de un 4,7% de los alemanes a los euroescépticos en  las urnas, debería tratar de buscar una mayoría fuerte para evitar  bloqueos el parlamento en las votaciones sobre nuevos rescates europeos y  otros importantes retos como la unión bancaria.

En la CDU dan por hecho un pacto de gobierno. "Tenemos dos  posibilidades, el SPD y Los Verdes, y ahora en la  dirección vamos a  decidir cómo van a ir las negociaciones", ha señalado Volker Kauder,  jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristianodemócrata  (CDU) en  una entrevista en el canal de noticias alemán  "n-tv" recogida por Efe.

Seguro que las conversaciones van a ser "difíciles", ha reconocido   Kauder, ya que hay "diferencias" notables en algunos temas clave, pero   se ha mostrado convencido de que finalmente Merkel logrará formar un   "buen  gobierno".

Gran coalición

Ningún partido ofrecería más estabilidad que los socialdemócratas, la otra gran formación germana que ha conseguido subir 3 puntos respecto a 2009, pero que aún así se ha quedado en un raquítico 25,6%.

"La pelota está ahora en el tejado de Merkel. Ella debe ver cómo hace para lograr una mayoría”, ha desafiado Peer Steinbrück, el candidato socialdemócrata a la canciller tras felicitarle por su éxito.

Steinbrück ha descartado, además, aliarse con la Izquierda (8,6%), y los Verdes (8,4) para formar una alternativa a Merkel, así que la única opción de los socialdemócratas para entrar en el Gobierno pasa por volver a estar al servicio de los cristianodemócratas.

Según todas las encuestas, esta “gran coalición”, que tiene su último precedente entre 2005 y 2009, es la opción preferida por dos tercios de los alemanes, que consideran que esta alianza ha sido el período más fructífero para la historia del país. Merkel se aseguraría así la mayoría en el Bundestag y en el Bundesrat, la Cámara de los Länder, donde la izquierda es mayoría.

Coalición roji-verde

Sin embargo, nadie descarta que Merkel prefiera optar por los Verdes como un socio más manejable. Sería una alianza inédita a nivel federal, aunque en la ciudad estado de Hamburgo y el land de Sarre han gobernado con resultados bastante discretos.

Al revocar su decisión de prolongar la vida útil de las centrales nucleares, Merkel derribó la principal barrera que les separaba. Además, el bacatazo de los ecologistas, que aspiran a un 20% de votos y se han quedado en un 8,4%, puede que les haga ser más sensibles a abandonar algunos de sus postulados, sobre todo en materia de política fiscal, que tan pocos votos les han traído.

"Con Los Verdes es con seguridad muy difícil, con la  orgía de impuestos que han propuesto", ha asegurado en otra  entrevista, esta vez con el canal público nacional "ARD", Volker Kauder.

Los comicios han dejado clara la capacidad de la canciller para movilizar a un electorado, al parecer convencido de que su liderazgo garantiza una Alemania fuerte y blindada ante tempestades que sacuden a otros países. Merkel se ha vuelto a coronar como la reina de una Europa que hasta ahora había castigado sin excepción a todos los líderes que han gestionado la Gran Recesión.