Decenas de detenidos en el sexto día de protestas en Sudán
- Los manifestantes piden "la caída del régimen"
- Las protestas comenzaron por la supresión de los subsidios a los carburantes
- El Gobierno contabiliza 33 muertos y los activistas más de un centenar
La policía sudanesa ha dispersado este sábado con gases lacrimógenos una manifestación de miles de personas en Jartum, la capital, que llamaba al derrocamiento del régimen de Omar Hasan al Bashir, y ya es el sexto día que los sudaneses salen a la calle en una de las mayores oleadas contestatarias en Sudán.
Para poner fin a la marcha, que ha logrado avanzar unos dos kilómetros, las fuerzas de seguridad han disparado al aire y han detenido a una veintena de personas, según han contado activistas y testigos.
La manifestación comenzó tras el funeral de un farmacéutico, fallecido anoche de un disparo en la capital durante las protestas contra el Gobierno sudanés por la eliminación de los subsidios a los combustibles.
Unas 5.000 personas acudieron a las exequias de Salah Benhuri, que fue sepultado en el cementerio de Burri, ubicado en el este de Jartum.
"El pueblo quiere derrocar al régimen"
A la salida del camposanto, los participantes en la marcha han coreado consignas como "libertad, libertad", "el pueblo quiere derrocar al régimen", y "un millón de mártires como sacrificio para Sudán".
Los activistas han responsabilizado a las fuerzas de seguridad de la muerte del farmacéutico, mientras que la policía acusa en general a desconocidos de disparar contra las protestas.
Las protestas comenzaron el pasado lunes contra la supresión de los subsidios, pero los lemas han derivado en ataques directos contra el gobierno y Al Bashir, en el poder desde 1989.
Este sábado, varios miembros del gobernante Partido Nacional del Congreso han pedido al presidente Al Bashir que revoque las medidas de austeridad ante la presión en la calle y para intentar frenar las protestas.
Mientras que la oposición denuncia que más de un centenar de personas han muerto en la represión policial de las manifestaciones, las autoridades minimizan lo ocurrido y atribuyen los disturbios a "vándalos".
Decenas de muertos
El ministro del Interior, Ibrahim Mahmud, ha explicado en un comunicado que los hospitales han certificado el fallecimiento de 33 civiles y agentes del orden durante esta semana de protestas, y han indicado que se lleva a cabo el recuento de otros casos; sin embargo, varios activistas aseguran que la cifra se eleva a un centenar.
Mahmud ha acusado a "elementos infiltrados de causar el caos y sabotear la propiedad pública y privada" y ha culpado a la coalición rebelde Frente Revolucionario de Sudán de estar detrás de los actos de violencia.
El ministro ha negado que las fuerzas de seguridad sean responsables de esas muertes y ha agregado que hay pruebas contundentes de que esas acciones violentas son similares a las llevadas a cabo por los rebeldes.
También precisó que decenas de gasolineras, tiendas, comisarías y sucursales bancarias han sido atacadas.
Por su parte, el asistente de la Presidencia, Nafea Ali Nafea, ha asegurado que Sudán no permitirá el descontrol y el asesinato bajo ningún pretexto o lema.
Nafea ha insistido, asimismo, en que son los infiltrados los que asesinan a manifestantes y ha negado que la policía use munición real para dispersar las protestas.