Siria acepta acudir a las negociaciones de Ginebra sin "precondiciones"
- El ministro de Exteriores niega que haya una guerra civil sino "guerra contra el terrorismo"
- Ante la ONU compara el escenario en Siria con el ataque del 11-S
El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid Al Mualem, ha afirmado este lunes ante la ONU que el Gobierno de su país acepta acudir a una conferencia de paz en Ginebra "sin precondiciones" para resolver el conflicto, al que ha denominado una "guerra contra el terrorismo" y ha llegado a comparar con el 11-S.
"El cese de las políticas agresivas contra Siria es el primer paso hacia una solución en mi país. Cualquier solución política, en vista del continuo apoyo al terrorismo, ya sea proporcionando armas, financiando o entrenando, es una mera ilusión y equívoco", ha dicho el ministro ante el pleno de la Asamblea General.
El ministro de Exteriores sirio ha negado que en su país haya una guerra civil. "No hay guerra civil en Siria, sino una guerra contra el terrorismo ", ha insistido en la que está involucrada Al Qaeda, informa Efe.
"Siria ha dicho varias veces que apoya una solución política a la crisis, ahora le toca a quienes dicen apoyarla también que cesen las hostilidades", ha añadido el ministro y ha matizado que Siria rechazará cualquier intento de interferencia exterior y derrotará a los "partidarios del sectarismo, el extremismo y el terrorismo".
Comparación con el 11-S
"El pueblo de Nueva York ha sido testigo de los estragos de terrorismo, y se quemó con el fuego y el derramamiento de sangre del extremismo, de la misma manera que estamos sufriendo ahora en Siria ", ha dicho el ministro de Exteriores sirio en una clara referencia a los ataques del 11 de septiembre, según Reuters.
Muallem ha vuelto a denunciar que los rebeles lanzaron un ataque químico en Jan Al Asal, y ha acusado a Estados Unidos de impedir que expertos de la ONU investigaran quién utilizó las armas químicas en ese caso.
"Siria ha dicho varias veces que apoya una solución política a la crisis, ahora le toca a quienes dicen apoyarla también que cesen las hostilidades", ha puntualizado el ministro, quien también ha añadido que Siria rechazará cualquier intento de interferencia exterior y derrotará a los "partidarios del sectarismo, el extremismo y el terrorismo".
Este sábado, en una nueva entrevista concedida a la cadena de televisión italiana RaiNews24, el presidente sirio Bachar Al Asad manifestó que su país respetará los acuerdos de Naciones Unidas sobre el uso de armas.
Las declaraciones se produjeron un día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara por unanimidad una resolución que exige la erradiación de las armas químicas de Siria pero que no amenaza con una acción punitiva automática contra el Gobierno si este no la acata.
El acuerdo entre EE.UU. y Rusia ha eludido una posible intervención militar del país norteamericano contra el Gobierno de Asad, motivada tras un ataque químico el pasado 21 de agosto contra la población civil en un suburbio de Damasco. En régimen sirio y Rusia culpan a los rebeldes de este ataque.
Expertos de la ONU llegan a Beirut para viajar a Siria
Mientras, el equipo de expertos de la ONU encargado de verificar el arsenal químico de ese país ya ha llegado al aeropuerto internacional de Beirut y emprenderá por tierra el viaje al país vecino para iniciar este martes sus tareas, según ha informado la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN).
La misión de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), compuesta de veinte personas, ha llegado a la capital libanesa a bordo de un avión privado procedente de los Países Bajos.
Está previsto que los expertos comiencen este martes la operación para contabilizar, controlar y posteriormente destruir las armas químicas sirias, de cuyo empleo contra civiles se acusan mutuamente el Ejército y la oposición armada.
Se trata de los primeros pasos para la aplicación de un plan acordado por la comunidad internacional y ratificado por la ONU para destruir el arsenal sirio durante la primera mitad de 2014.
La labor de la primera fase del proceso consiste en verificar los datos aportados por Siria en cuanto a la cantidad de armamento químico, seguido de la destrucción de las instalaciones de producción y la eliminación del armamento mismo durante la última fase.