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Los expertos de la ONU comienzan su misión para el desarme químico de Siria

  • Hasta Damasco ha llegado la nueva misión de inspectores de la ONU
  • Deberán verificar la información proporcionada por el régimen sirio

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Siria ha comenzado este martes el proceso que concluirá con la destrucción de todo su arsenal químico, al recibir a la misión de expertos de la ONU que, en una primera fase, deberá verificar la información proporcionada por el régimen de Bachar Al Asad. Los inspectores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) han entrado en Siria por carretera, procedentes del Líbano, a través del puesto fronterizo de Masnaa.

El convoy en el que viajaba el equipo, compuesto por 17 vehículos, ha cruzado la frontera tras cumplir los trámites burocráticos para poder entrar, después de sufrir un pequeño retraso.

En el paso fronterizo, las autoridades sirias revisaron un total de 34 pasaportes de la ONU, que les fueron entregados antes de permitirles el acceso. Ya en territorio sirio, los expertos internacionales fueron escoltados por una decena de automóviles de la seguridad siria hasta el hotel "Four Seasons" de Damasco, adonde llegaron a la media tarde local.

La misión de la OPAQ, que llegó el lunes a Beirut a bordo de un avión privado procedente de Holanda, está compuesta por una veintena de expertos de ese organismo, que tiene su sede en La Haya.

Primeros pasos del plan

Se trata de los primeros pasos para la aplicación de un plan acordado por la comunidad internacional y ratificado por la ONU para destruir el arsenal sirio durante la primera mitad de 2014, tras el acuerdo alcanzado "in extremis" por Estados Unidos y Rusia para evitar una intervención militar.

La Convención para la Destrucción de Armas Químicas establece que sus Estados parte (Siria se adherirá el próximo 14 de octubre) son responsables de la seguridad de los investigadores de la OPAQ, como también de los costes de la destrucción del armamento.

Tras su llegada a Damasco, los expertos comenzarán la operación para destruir las armas químicas en Siria, que en su primera fase se centrará en la verificación de la dimensión del arsenal.

Posteriormente, se destruirán las instalaciones de producción y finalmente se procederá a la eliminación del armamento en una última fase. La fase de verificación, explicaron fuentes de la OPAQ, implica tanto conversaciones a alto nivel político como la visita a las instalaciones y el apoyo técnico a Siria en la elaboración de informes, que tienen que cumplir con unos requisitos formales marcados por la Convención de Destrucción de Armas químicas.

De acuerdo con los plazos acordados en el marco de la ONU, la destrucción de las instalaciones de producción, mezcla y rellenado tendrá que estar finalizada para el comienzo de noviembre.

Un “documento consensuado”

Tras una semana sobre el terreno, se cotejarán datos e informaciones y se creará un "documento consensuado" sobre el arsenal químico sirio, subrayó el organismo. A partir de ahí, expertos de la OPAQ partirán con otro equipo más numeroso para proceder a la destrucción de las instalaciones de producción y de mezcla de sustancias para fabricar armas químicas.

En la siguiente fase de destrucción de las instalaciones y las armas, que en parte se hará con la ayuda de unidades móviles, la OPAQ necesitará "decenas" de investigadores, que van desde "ingenieros químicos, expertos en municiones químicas, seguridad a la hora de proceder a la destrucción y personal sanitario", según dijeron en La Haya fuentes de ese organismo internacional.

La llegada de la nueva misión se produce solo un día después de que el anterior equipo de inspectores de la ONU que investigaba el uso de armas químicas en el conflicto sirio abandonase el país el lunes.

El portavoz de la ONU, Martin Nesirky, ha explicado que los expertos pusieron fin a seis días de investigación, para comenzar a elaborar su informe final. Nesirky confirmó que la misión de expertos "no visitó" sobre el terreno la localidad de Jan Al Asad, en la provincia de Alepo, donde el régimen de Bachar al Asad denunció un ataque químico de los rebeldes en marzo pasado.

En todo caso, Nesirky ha asegurado que los inspectores han podido "hacer su trabajo", consistente en recoger pruebas y hablar con supervivientes y el personal médico, "y ahora procederán a completar su informe final".