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El jefe anticorrupción de los Mossos dice que los burdeles de Castelldefels sobornaron a policías

  • Los Mossos fueron testigos de dos entregas de sobres al inspector acusado
  • Las defensas cuestionan la investigación tras un interrogatorio maratoniano

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Varios de los acusados en el banquillo de la Audiencia de Barcelona, en una imagen del 16 de septiembre.
Varios de los acusados en el banquillo de la Audiencia de Barcelona, en una imagen del 16 de septiembre.

El subinspector jefe de anticorrupción de la Comisaría General de Investigación Crimimal (CGIC) de los Mossos d'Esquadra, Antoni Salleras, ha tildado de "creíble" el relato del supuesto confidente Manuel G.C. de que los dueños de los burdeles Riviera y Saratoga, en Castelldefels, pagaban a policías por avisarles de redadas en los locales.

En su declaración como testigo este martes en la Audiencia de Barcelona durante casi seis horas y media dentro del juicio del caso de los prostíbulos, ha asegurado que comprobaron "visualmente" en dos ocasiones -junio y noviembre de 2008- que el encargado del Saratoga Carmelo S. entregaba un sobre al inspector de la Policía Nacional Andrés O. , ambos imputados en la causa.

Pese a que los Mossos solo vieron físicamente dos veces estas entregas en restaurantes, su jefe anticorrupción se basa en intervenciones telefónicas y otros indicios para dar por buena la versión de Manuel G.C. -que destapó el caso y este lunes reafirmó su versión en el juicio como testigo- de que estos pagos, de unos 6.000 euros, se hicieron cada mes de 2002 a 2006, y que unas veces recogía Andrés O. y otra ocasiones el comisario también imputado, Luis G.

Aunque las defensas han puesto en cuestión que esos sobres contuviesen dinero, el jefe anticorrupción ha concluido que por las conversaciones telefónicas, la forma de los sobres y la discreción con que eran entregados apuntan a que se trataba de dinero en efectivo, pese a que se ocultaba en las conversaciones con "eufemismos" como intercambio de catálogos o relojes.

Salleras ha avalado también el relato del supuesto confidente de que se compraron en la joyería Rabat de Barcelona relojes como parte del soborno, y de que incluso los dueños de los prostíbulos pagaron presuntamente una operación en la clínica Quirón a la hija del inspector Andrés O.

Imputado en otro caso

Durante el interrogatorio al jefe anticorrupción de la Policía catalana, varios abogados de las defensas han puesto en cuestión la gestión de las llamadas telefónicas intervenidas por parte de la unidad de Salleras, que ha declarado como testigo

Salleras está imputado junto a otros mossos por el juez de Barcelona que investiga el caso Macedonia, que sospecha que pudieron haberle ocultado pinchazos telefónicos para proteger a un grupo de narcotraficantes, entre los que podría encontrarse el supuesto confidente, Manuel G.C., clave en esta investigación del caso de los prostíbulos.

Tras el maratoniano interrogatorio al jefe anticorrupción de casi seis horas y media que ha ocupado la mañana y buena parte de la tarde, han comparecido este martes también como testigos otros dos mossos que se encargaron de varias inspecciones administrativas tanto al Riviera como al Saratoga.

Los dos agentes han coincidido en que no encontraron irregularidades en la situación de las prostitutas, si bien han aclarado que se limitaban a solicitar documentación y preguntarles si tenían algún problema.

El motivo es que ese control no era responsabilidad de su unidad, pero lo hacían a mayores, pues su labor era el control administrativo sobre cuestiones como las salidas de emergencia, sanitarios, pólizas, y cuestiones de esta índole, con lo que no se detenían en esto, que es responsabilidad de otra sección.