La ESA vigila el deshielo de Groenlandia, la isla que más contribuye al aumento del nivel del mar
- Los satélites de la ESA controlan la velocidad del deshielo
- La costa de Groenlandia pierde anualmente hasta un metro de espesor
- Los icebergs del Atlántico Norte son una grave amenaza para los barcos
Parece una imagen fantasmagórica de un lúgubre bosque, pero nada más lejos. Son largos fiordos del sur de Groenlandia, difuminados por las nubes, en una imagen tomada por el satélite Landsat-8 el pasado 30 de mayo y difundida por la Agencia Espacial Europea (ESA).
Con una superficie de dos millones de kilómetros cuadrados, Groenlandia es la isla más grande del mundo y acoge la segunda capa de hielo más grande después de la Antártida. Según apunta la ESA, es tan grande que si se derritiera, el nivel del mar subiría unos siete metros, por lo que es importante controlar la masa de las capas de hielo así como la velocidad del deshielo.
Los satélites son la herramienta destinada a hacer esa tarea. Sus radares son "especialmente adecuados" para hacer un seguimiento de las regiones polares porque pueden obtener imágenes bajo cualquier tipo de condición meteorológica, ya sea de día o de noche.
En un estudio publicado en 2012, los científicos utilizaron datos de diez misiones de satélites diferentes para elaborar el estudio más preciso que se ha hecho nunca sobre la pérdida de hielo de Groenlandia y la Antártida. Así descubrieron que está aumentando la tasa de capas de hielo derritiéndose.
El estudio mostró que muchas áreas de Groenlandia, sobre todo a lo largo de la costa, están perdiendo anualmente hasta un metro de espesor de hielo y es una de las principales causas de la subida del nivel del mar. Entre 1992 y 2012, Groenlandia contribuyó a que el nivel del mar global se incrementara siete milímetros.
En la parte inferior de la imagen (ampliar para ver), hay unos puntos blancos que salpican el océano Atlántico Norte. Son icebergs que, aunque apenas se aprecian en la imagen, son una grave amenaza para los barcos. Los radares de los satélites hacen reconocimientos aéreos de icebergs para ayudar a alejar a los barcos de una posible colisión.
Los datos de la próxima misión Sentinel-1, desarrollada por el programa Copérnico de la ESA, se usarán para hacer un seguimiento operacional por satélite.