Lucía Puenzo y Alex Brendemühl fabulan con las huellas nazis en Argentina en 'El médico alemán'
- La película ha sido preseleccionada por Argentina para competir en los Oscar
- TVE participa en la coproducción que se estrena el viernes 11 de octubre
FICHA TÉCNICA
País: Argentina-España-Francia-Noruega
Dirección y guion: Lucía Puenzo
Intérpretes: Alex Brendemühl, Natalia Oreiro, Diego Peretti
Duración: 93 m.
SINOPSIS
En 1960, un médico alemán conoce a una familia argentina en una desolada región de la Patagonia y se suma a ellos, en caravana, por la ruta del desierto. Esta familia revive en él todas las obsesiones relacionadas con la pureza y la perfección. En especial Lilith, una adolescente con un cuerpo demasiado pequeño para su edad. Desconociendo la verdadera identidad del alemán, al llegar a Bariloche, Enzo (Diego Peretti) y Eva (Natalia Oreiro) lo aceptan como primer huésped de la hostería que poseen, a orillas del lago Nahuel Huapi. Aunque el extraño personaje les genera a los anfitriones cierto recelo, progresivamente se verán seducidos por sus modos, su distinción, su saber científico y sus ofertas de dinero¿ hasta que descubren que están viviendo con uno de los criminales más grandes de la historia.
“Tener raíces alemanas es algo que te persigue hasta la saciedad”. Alex Brendemühl sabe de lo que habla pero nada le había preparado para aceptar un papel como el de Joseph Mengele, el nazi responsable de los aberrantes experimentos con prisioneros en Auschwitz. “Me dio mucho respeto porque te precede un poco el mito, el monstruo, todo el mundo ha oído hablar algo de este personaje y de pronto te toca a ti ponerle cara”.
El actor catalán interpreta en El médico alemán al líder nazi (apodado 'El ángel de la muerte') durante su poco documentada estancia en Bariloche (Argentina) en 1960 antes de escapar a Brasil, país en el que moriría finalmente a los 67 años. La directora argentina Lucía Puenzo ha adaptado su propia novela Wakolda para construir su tercer largometraje. De momento, tres semanas después de su estreno, la película permanece entre las tres más vistas dela taquilla argentina, con un crecimiento alentado por el boca a boca y ha sido seleccionada por la Academia de cine argentino para representar a su país en la lucha por el Oscar. Algo que ya es una tradición familiar: su padre Luis Puenzo obtuvo el primer Oscar del cine argentino con La historia oficial en 1985, y la primera película de Lucía, XXY, también fue preseleccionada por su país.
En El médico alemán, la vida de Mengele aparece imbricada con la ficticia vida de una familia que viaja a Bariloche, en la Patagonia, sin saber que jerarcas nazis se esonden allí escapando de las persecuciones del Mosad. La joven actriz Florencia Bado da vida a Lilith, la hija adolescente de la familia con una estatura y desarrollo pequeños para su edad, que se convertirá en la obsesión de Mengele y sus tratamientos hormonales de crecimiento. Educado y amable, Mengele tratará de convencer a los padres que interpretan Natalia Oreiro y Diego Peretti.
“Ese viaje hacia Bariloche lo hice un montón de veces de chiquita con mis papás, de adolescente mochilera sola, y después, más grande, con mi pareja”, recuerda Puenzo sobre el origen de la novela. “Empecé a escribir el primer capítulo después de ver de nuevo esa larguísima ruta del desierto, pero la entrada a la historia fue más por la familia que por Mengele”.
Tras una duro proceso de documentación, su yo guionista y su yo novelista pactaron (“me divierto y me peleo un poco”, reconoce) una transformación del material. “Con otras novelas es tan disfrutable escribir que tenía como un duelo al terminar. En este caso quería llegar al final porque tenía algo de toxicidad el material, era agradable sacárselo de encima”.
Mengele, el monstruo latente
Alex Brendemühl compone un Mengele inquietante, un monstruo en el exilio en el que el horror está latente. “Es un personaje que se completa con el afuera, con la información que uno carga de ese personaje. Pestañea y significa un montón de cosas”, explica Puenzo.
Su interpretación fue alabada en el último festival de Cannes, en el que El médico alemán se proyecto en la sección 'Una cierta mirada'. “Me dije: no me voy a meter en el personaje hasta que rodemos porque era un material inflamable. Es muy poderoso el lugar que te ocupa un personaje así”, dice Brendemühl. “Requiere una inmersión histórica, estudio, leer biografías y todo lo que es el pasado de este personaje te revuelve el estómago. Hice ese proceso y a partir de un momento hacerlo mío, mi propia creación porque tampoco hay tanta información clara, específica, y fiable de cómo era este hombre”.
Ese vacío es precisamente la razón de ser de El médico alemán. No hay material audiovisual sobre Mengele, apenas unas fotografías. Puenzo admiraba el trabajo de Brendemühl en Las horas del día de Jaime Rosales, donde interpreta a un psicópata. “Alex tiene una mezcla de poder ser muy gélido, muy frío, darte mucho miedo y al mismo tiempo muy seductor, una mezcla muy extraña”, dice la directora. “Y además habla perfecto alemán y habla español". La directora le envío al actor una foto suya junto a otra de Mengele. El parecido era asombroso. “Es una cosa tremenda”, dice mientras ríe. “No era un casting fácil. Tal vez no hay otro”.
“Era la culminación de un camino sin retorno”, bromea el actor sobre los papeles inquietantes de su filmografía. “Cuando tienes un apellido alemán impronunciable, desde niño la gente bromea contigo sobre Hitler, así que fue como: voy a meterme en el peor de todos ellos después de Hitler”. Construir los silencios del personaje fue la labor más enriquecedora como intérprete. “Cómo podían llegar a pensar este tipo de personas realmente es interesante. Mi personaje tiene grandes silencios y vas desarrollando un monólogo interior, cómo estudia a estas personas clínicamente, medicamente, cómo se posiciona por encima, y luego descubrir esa mirada de superioridad camuflada”.
La Argentina germanófila
El médico alemán comparte temática con XXY: la adolescente fascinante cuyo cuerpo no se ajusta a la normalidad, la poderosa relación padre-hija, o el paisaje aislado que enmarca a los personajes. “No lo percibí cuando escribía Wakolda, pero lo vi después muy claramente. Creo que tiene cantidad de ecos con XXY. Incluso Inés Efrón (protagonista de XXY) y Florencia tienen puntos en contacto, reúnen cosas que parecen no ser conciliables en el mismo cuerpo: son muy sexuales y asexuadas; frágiles y muy fuertes”.
El médico alemán puede interpretarse como la historia de la fascinación que la adolescente Lilith siente hacia Mengele. Puenzo y su equipo explicaron la historia a la actriz, 11 años en el momento del rodaje, como un cuento, sin detallar todos los matices del guion. Brendemühl y Bado conectaron rápidamente, un factor que juega favor de la película. “Encontramos una complicidad: yo me hice más niño, ella se hizo más adulta. Iba con miedo porque con niños nuca se sabe”, recuerda Brendemühl. “Ella llegó muy preparada psicológicamente. Sabíamos entrar y salir de la ficción a la realidad. Florencia es inconmensurable”.
Lucía Puenzo desnuda la colaboración que los nazis encontraron en un sector de la sociedad argentina germanófila. “Lo que me parecía más perverso es como estos tipos se camuflaron en mi país durante 30 años, me parecía desconcertante. Pasó cuando encontraron a Erich Priebke (uno de los últimos criminales nazis vivos, detenido en Boriloche en 1994 y extraditado a Italia)”, recuerda Puenzo. “Lo encontraron como director de un colegio alemán, que aparece en la película, y hasta gente no alemana y no pronazi decían era un viejito adorable y lo salieron a defender porque era parte de la comunidad y le querían. A mí eso me parecía tremendo y un punto del que trabajar la película”.