Cristina Fernández será operada este martes de una lesión cerebrovascular
- El vicepresidente argentino ha asumido el poder ejecutivo
- Amado Boudou lo hace cuestionado por varios escándalos de corrupción
- Los analistas creen que esto perjudicará al Gobierno en las elecciones
La presidenta argentina, Cristina Fernández, será intervenida este martes para la "evacuación quirúrgica" del hematoma que le fue diagnosticado el pasado sábado, informaron este lunes fuentes oficiales. El vicepresidente argentino, Amado Boudou, ha asumido ante notario el poder Ejecutivo del país mientras dure el reposo ordenado por los médicos a la mandataria Cristina Fernández, aquejada de una lesión cerebrovascular, según han informado fuentes oficiales.
Fernández ha ingresado en una clínica de Buenos Aires para ser sometida a estudios cardiovasculares pre-quirúrgicos preparatorios para la operación. El equipo médico, que inicialmente había recomendado reposo a la mandataria, decidió intervenirla quirúrgicamente ante una sensación de hormigueo que notó este domingo en su brazo izquierdo.
"Se trata de un proceso bastante sencillo. Lo más común es abrir un pequeño orificio en el cráneo, drenar el hematoma y cerrar", ha comentado el neurólogo Gabriel Persi, especialista del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (INEBA). "Entre las actividades que hacen los neurocirujanos es una cosa bastante sencilla que se hace frecuentemente", ha agregado.
Sensación de hormigueo
La lesión cerebrovascular de la jefa de Estado argentina es una acumulación de sangre entre dos de las tres membranas que recubren el cerebro. El equipo médico de la clínica Favaloro ha anunciado que decidió intervenir a Fernández después de que la mandataria sintiese "una sensación de hormigueo en el brazo izquierdo" y una "transitoria y leve pérdida de la fuerza muscular del mismo miembro superior".
"La sensación de hormigueo o parestesia es una sensación anormal ante una falta de estímulo sensitivo, lo mismo que se siente cuando se duerme una pierna", ha detallado Persi, quien ha señalado que "puede ser un síntoma de que el hematoma está recubriendo las áreas sensitivas".
Mientras, el vicepresidente argentino, Amado Boudou, ha asumido este lunes ante notario el poder Ejecutivo del país mientras dure el reposo ordenado por los médicos a la presidenta Cristina Fernández. Boudou ha encabezado varios actos de Gobierno en representación de Fernández, aunque todavía faltaba por realizar el trámite oficial tal y como señala la Constitución argentina, lo que había leventado cierta polémica en el país.
En enero de 2012, el vicepresidente argentino asumió ya temporalmente la Presidencia cuando Fernández, que padece problemas de tensión que periódicamente la obligan a guardar reposo, se sometió a una operación en la que le extirparon la glándula tiroidea, lo que la mantuvo tres semanas apartada de su actividad habitual.
Salpicado por la corrupción
Boudou asume el poder en un momento en el que se encuentra profundamente cuestionado por su presunta vinculación con escándalos de corrupción, lo que según la prensa local y los analistas, podría afectar negativamente al sector gubernamental en plena campaña para las elecciones legislativas del próximo 27 de octubre.
El protagonismo de un dirigente con un fuerte deterioro en su imagen pública podría hacer aún más difícil la victoria de los oficialistas, que afronta los comicios más difíciles en 10 años.
A Boudou se le relaciona con un supuesto uso de influencias en beneficio de la imprenta Ciccone, ahora Compañía de Valores Sudamericana, cuando era ministro de Economía (2009-2011) durante el primer Gobierno de Fernández.
Diputados opositores le acusan de haber intercedido entonces ante la Administración Federal de Ingresos Públicos para pedir el levantamiento de la quiebra de la imprenta y facilitar su compra por el fondo de inversión The Old Fund, dirigido por el empresario Alejandro Vandenbroele.
En abril pasado el fiscal Jorge Di Lello imputó a Boudou en el marco de una denuncia por enriquecimiento ilícito, que también involucra a Vandenbroele.
El vicepresidente argentino ha asegurado que es objeto de una campaña ideada por opositores y firmas competidoras de Ciccone que pretenden afectar al Gobierno.