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Una política migratoria común, otra frontera europea por derribar

  • El control y vigilancia de fronteras sigue en manos de cada Estado
  • Frontex apoya las labores de vigilancia pero no tiene medios propios
  • Los países no fronterizos podrían limitar el Espacio Schengen
  • ACNUR recuerda que muchos de los que llegan son refugiados

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Soldados italianos llevan el cuerpo de uno de los inmigrantes muertos en Lampedusa, Italia
Soldados italianos llevan el cuerpo de uno de los inmigrantes muertos en Lampedusa, Italia.

NÚMERO DE INMIGRANTES IRREGULARES (estimado, enero-junio de 2013, fuente: Frontex)

- Ruta del Mediterráneo occidental (desde el Norte de África hacia España): más de 4.000

- Ruta del Mediterráneo central (hacia las islas italianas de Sicilia y Lampedusa): más de 31.000

- Ruta del Mediterráneo Oriental (desde Turquía a Grecia y Bulgaria): más de 15.000

- Oeste de los Balcanes: más de 15.000

INMIGRANTES DE LARGA DURACIÓN (2011, fuente: Eurostat):

Reino Unido: 566.044

Alemania: 489.422

Italia: 385.793

Francia: 267.367

Suiza: 148.799

Grecia: 110.823

Austria: 104.354

ESPAÑA: 371.331 PETICIONES DE ASILO (2012, fuente: ACNUR)

Alemania: 64.500

Francia: 54.900

Suecia: 43.900

Reino UnidO: 27.400

Suiza: 25.900

Bélgica: 18.500

Austria: 17.400

Italia: 15.700

ESPAÑA: 2.579

"Un Estado que no protege su frontera simplemente no lo es. Entonces Europa debe elegir entre ser o no ser". Así se expresaba el viernes el ministro de Interior italiano, Angelino Alfano, tras visitar la isla de Lampedusa donde más de 200 inmigrantes murieron en un naufragio el pasado jueves. 

El gobierno italiano insiste, después de la tragedia, en que la isla es la puerta de Europa, y que por tanto la UE debe colaborar para hacer frente a la oleada de inmigrantes

Pero lo cierto es que la vigilancia y el control de las fronteras, también de aquellas "exteriores" (de la UE con un estado extra-comunitario) sigue estando en manos de cada estado miembro. Es responsabilidad de Italia hacer frente a la tragedia.

"No hemos dejado sola a Italia"

"No hemos dejado sola a Italia, ni la UE tampoco. De hecho, Italia está obteniendo una parte considerable del presupuesto de Frontex y hasta ahora se ha respondido en tiempo y forma a las peticiones de ayuda", asegura a RTVE.es Gil Arias Fernández, subdirector ejecutivo de Frontex, la agencia europea que promueve y coordina el control de las fronteras comunitarias. 

Para llevar a cabo su tarea dispone de 80 millones de euros, un presupuesto que ha ido menguando en los últimos años por la crisis. Arias confía en que si hubiera una situación como en 2011, con una llegada masiva provocada por las revueltas árabesla UE facilitaría medios adicionales.

En el Mediterráneo, Frontex mantiene dos operaciones:  Hermes, en el sur de Sicilia, y Aeneas, en el mar Jónico. Ambas  comenzaron en primavera, con un presupuesto de 6,5 millones de euros, y siguen en marcha.

A pesar de eso, según reconoce Arias, el flujo de llegadas a Italia es superior a 2012, cuando la principal puerta de entrada de extracomunitarios fue Grecia (37.220 llegadas). Según estimaciones provisionales, 50.000 inmigrantes irregulares han llegado a la UE hasta junio de 2013más de 30.000 de ellos a las costas italianas. 

"El mar Mediterráneo es un mar de 2,5 millones de kilómetros cuadrados. Es un área inmensa, es imposible que haya una vigilancia total", subraya Arias.

Horas después de estas declaraciones del subdirector ejecutivo de Frontex, la  comisaria de Interior, Cecilia Malstrom, anunciaba una propuesta para poner en marcha un operativo "de seguridad y rescate" desde Chipre a España.

Las limitaciones de Frontex

Arias reconoce que "hay espacio para aumentar la financiación de la agencia y mejorar las capacidades de reacción" ante sucesos como el de Lampedusa.

Mientras tanto, algunos estados han desarrollado iniciativas propias de colaboración. Un ejemplo es el proyecto Seahorse, que España lideró entre 2006 y 2008 y que implicó a las fuerzas de seguridad de Portugal y de los países africanos de la costa atlántica.

El objetivo era limitar la llegada de cayucos que en aquellos momentos arribaban a las costas de Canarias. De 31.000 inmigrantes interceptados en el año 2006 se pasó a 332 en el año 2012, según datos de la Guardia Civil.

Un proyecto similiar, el Seahorse Mediterráneo, acaba de nacer con la participación de España, Francia, Italia, Malta, Portugal, Chipre, Grecia y Libia.

No obstante, como advierte Arias, "no hay soluciones mágicas". "Hay que actuar en los  países de origen de estas personas para que no se aventuren a salir en  situaciones poco favorables que acaben en tragedias como las de  Lampedusa, y también en países de tránsito, como Egipto y Libia".

Peligro para el Espacio Schengen

Si Europa no lo afronta en común, la llegada constante de extracomunitarios a sus fronteras puede tener un efecto desestabilizador en el espacio de libre circulación europeo, según explica Elena Sánchez Montijano, investigadora del CIDOB de Barcelona y experta en políticas migratorias.

"Si la UE no controla sus fronteras y no apoya a Italia, Grecia o España,  podríamos acabar viendo como se recorta la movilidad dentro del Espacio Schengen", advierte. 

Esto ya ocurrió en 2011, cuando ante la llegada masiva de tunecinos Francia cerró su frontera con Italia durante algunas horas, causando un incidente diplomático.

"Los países miembros se han resistido a ceder a la UE las políticas respecto a la entrada de inmigrantes de larga duración, tanto regulares como irregulares. El control de sus fronteras siempre ha sido una cuestión de soberanía nacional", asegura en declaraciones a RTVE.es. 

En su lugar, los estados optaron en la primera década de este siglo por una política de "externalización de fronteras": acuerdos con países de tránsito, como Marruecos o Turquía, para retener y deportar a los inmigrantes al otro lado de la valla.

Ahora, sin embargo, algunos de estos países que antes cooperaban sufren inestabilidad política, y otros tienen menos incentivos para colaborar  con una UE debilitada por la crisis económica. "Lo que pasa es que esta política ha estallado, ya no funciona", afirma Sánchez.

¿Inmigrantes o refugiados?

No todos los que llegan a las costas comunitarias llegan buscando trabajo. Muchos han huido para salvar la vida. Los ocupantes del barco hundido en Lampedusa provenían de Somalia y Eritrea, países con conflictos armados o persecuciones, por lo que son potenciales solicitantes de asilo y refugio

"Hay inmigrantes y hay refugiados - explica la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en España, María Jesús Vega, - y deben ser encauzados por la vía correspondiente: la vía de extranjería o la vía del asilo. Para eso hay que hacer un análisis de las necesidades de la personas cuando llegan y de qué podría ocurrir si devuelves a esa persona a su país". 

"A Italia han llegado 7.500 sirios. Si se les devuelve a su país pueden morir", advierte Vega en declaraciones a RTVE.es 

"Los países han estado armonizando sus políticas de asilo y se han aprobado directivas, pero la realidad es que hay grandes diferencias entre unos países y otros en el trato a los solicitantes y a la concesión de asilo", asegura. 

Existe un Sistema Europeo Común de Asilo y una Oficina Europea de Ayuda al Asilo que podría eventualmente poner en marcha mecanismos para repartir a los solicitantes entre los países miembros

"Son los países de la UE los que toman la decisión de en qué momento un país está desbordado. Por ejemplo, con Malta se tomaron medidas para descongestionar la isla y derivar a los solicitantes de asilo a otros países de la UE", concluye Vega. 

En cualquier caso, sean inmigrantes económicos o refugiados, este no es un problema de meras políticas migratorias. "No es solo un barco - dice Elena Sánchez - se trata de mafias y trata de personas. Antes que nada, es una cuestión de derechos humanos".