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La sonda Juno vista hoy por la Tierra por última vez de camino a Júpiter

  • Lleva dos años de viaje y aún le quedan casi tres más
  • La gravedad de la Tierra le dará el impulso definitivo
  • Una vez en su destino su misión recogerá datos durante al menos un año

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Impresión artística de Juno sobre uno de los polos de Júpiter
Impresión artística de Juno sobre uno de los polos de Júpiter.

Esta noche, un poco antes de las 21:30 del miércoles, hora de España, la sonda Juno de la NASA, lanzada el 5 de agosto de 2011 con destino Júpiter, pasará a solo 590 kilómetros de la Tierra para poner definitivamente rumbo al planeta gigante.

Ha pasado estos dos años yendo hasta un poco más allá de la órbita de Marte para volver a emprender camino hacia la Tierra mientras iba acelerando, con el objetivo de que la gravedad de nuestro planeta termine por curvar su trayectoria y darle el acelerón necesario para poder alcanzar Júpiter, ya que su cohete lanzador no tenía la potencia necesaria para ponerla en un rumbo directo a este.

Este tipo de maniobras de asistencia gravitatoria, usando la Tierra u otros planetas, o incluso una combinación de sobrevuelos de varios planetas, a veces en varias ocasiones, llevan años usándose, y si bien añaden años al recorrido que debe hacer una sonda, muchas veces son la única opción para llegar a donde queremos ir.

La maniobra de la noche del miércoles permitirá a Juno llegar a Júpiter en agosto de 2016

En el caso de Juno, si todo va según lo previsto, la maniobra de la noche del miércoles le permitirá legar a Júpiter en agosto de 2016, momento en el que una maniobra de frenado deberá colocarla en órbita alrededor de este.

Durante el viaje se habrá convertido en la nave espacial más rápida de la historia, con una velocidad máxima de casi 258.000 kilómetros por hora, lo que le obligará a disparar su motor durante 30 minutos para frenar lo suficiente y que la gravedad de Júpiter la capture.

Aún así su primera órbita alrededor del planeta durará 107 días, órbita que irá ajustando poco a poco hasta alcanzar su órbita programada de sólo 11 días.

Será una órbita polar, y será también la primera vez que una sonda use este tipo de órbita para el estudio de uno de los gigantes gaseosos de nuestro sistema solar, con una altura mínima de 4.300 kilómetros pero que se alargará hasta más allá de los 1.880.000 kilómetros de la órbita de Calisto para proteger en la medida de lo posible los sistemas de a bordo evitando que permanezcan demasiado tiempo dentro de los cinturones de radiación del planeta.

Juno cuenta además con un escudo de titanio de un centímetro de grosor que pesa 18 kilos para proteger su electrónica más delicada.

Con estas precauciones, la NASA espera que Juno pueda completar al menos 34 órbitas, de tal forma que la fase de recogida de datos de la misión dure algo más de un año.

Objetivos científicos variados

Pasan por estudiar la proporción de oxígeno frente a hidrógeno en Júpiter, lo que permitirá hacer una estimación de la cantidad de agua que hay en el planeta, y obtener una estimación de la masa del núcleo rocoso del planeta si este existe. Estas dos mediciones permitirán ver cuáles de las teorías acerca de su formación y la del sistema solar parecen más acertadas.

Hará también un mapa de la gravedad de Júpiter, lo que permitirá estimar la distribución de masa en su interior, así como las propiedades de la estructura del planeta y sus dinámicas internas.

Hará otro mapa del campo magnético de Júpiter para estudiar su estructura y origen y ver cuán dentro del planeta se crea este campo. Esto permitirá también saber más acerca de la hipótesis de la dinamo, que intenta explicar cómo los planetas crean sus campos magnéticos.

Hará un mapa de la composición, temperatura, estructura, opacidad de las nubes de su atmósfera hasta una profundidad de unos 550 kilómetros.

Estudiará la magnetosfera polar de Júpiter y sus auroras, y también estudiará algunos efectos previstos por la teoría de la relatividad que la enorme masa de Júpiter pone en evidencia.

Y por supuesto enviará imágenes del planeta gracias a la JunoCam, que en los momentos de máxima aproximación alcanzará una resolución máxima de 15 kilómetros por pixel.

Al final de su misión, que en cualquier caso podría verse extendida si los sistemas de a bordo siguen funcionando lo suficientemente bien y queda combustible suficiente tras esas 33 órbitas oficiales, Juno se precipitará al interior de la atmósfera de Júpiter para evitar chocar con ninguna de sus lunas en el futuro.