Obama podría firmar un aumento del techo de deuda a corto plazo "sin condiciones políticas"
- Los republicanos ofrecen aumentar el techo durante tres meses
- La republicana Susan Collins dice que hay progresos en las conversaciones
- El G20 pide a EE.UU. que despeje la incertidumbre fiscal a corto plazo
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, podría firmar un aumento a corto plazo del techo de la deuda si el Congreso aprueba un proyecto de ley "limpio" sin condiciones políticas, según ha explicado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, este viernes.
"¿Todavía es aceptable una extensión a corto plazo como acuerdo de mínimos? Seguro", ha asegurado Carney. "Si el Congreso aprobase un techo de la deuda limpio, sin condiciones políticas, de corta duración, para evitar la suspensión, el presidente lo firmaría", ha añadido el portavoz.
Obama Carney ha reiterado que el presidente Obama quiere un acuerdo que no afecte a la reforma sanitaria ni implique recortes en programas sociales para reducir el déficit.
La Casa Blanca ha informado este viernes de que no se ha alcanzado un acuerdo con los republicanos del Congreso sobre el aumento del techo de la deuda y la reapertura del Gobierno, aunque las conversaciones han sido "constructivas".
"Obviamente la situación ha mejorado respecto a unos días atrás, pero no se ha llegado a ningún acuerdo", ha asegurado Carney.
Tras la reunión con los líderes republicanos, Obama ha mantenido una conferencia con representantes de los empresarios para ponerles al tanto de los últimos avances en la negociación. Asimismo, se ha dirigido a un grupo de 25 gobernadores para conversar sobre el impacto del cierre sobre los presupuestos de los estados.
Nueva oferta de los republicanos
Barack Obama se ha reunido a puerta cerrada en la Casa Blanca durante una hora y media con un grupo de más de 40 senadores republicanos, que ha presentado una propuesta que contempla la reapertura de la Administración federal y un aumento del techo de la deuda durante tres meses.
Al término de la reunión, la senadora republicana Susan Collins ha calificado el encuentro de "bueno" pero "inconcluso", aunque ha destacado que hay progresos en las conversaciones. El resto de senadores abandonó la Casa Blanca sin hacer declaraciones.
Mientras, el grupo republicano de la Cámara de Representantes entregó este jueves al Gobierno un plan que incluye elevar el techo de la deuda durante seis semanas, hasta el 20 de noviembre, y la reapertura de la Administración la próxima semana.
No obstante, este plan incluye la exigencia de recortes de gastos en algunos programas sociales, entre ellos el Medicare para ancianos y jubilados.Esta propuesta republicana para elevar el techo de la deuda sería votada tan pronto como esta misma tarde en la Cámara de Representantes, de acuerdo con la CNN y The Washington Post.
Por tanto, las negociaciones en EE.UU. para reabrir la Administración, cerrada parcialmente por undécimo día por falta de fondos, y evitar la suspensión de pagos mediante el aumento del techo de la deuda continúan con estas dos propuestas distintas de los republicanos que está evaluando ahora la Casa Blanca.
El G20 pide a EE.UU. una "acción urgente"
Por otra parte, los ministros de Economía y Finanzas del G20 han pedido a EE.UU. una "acción urgente" para despejar la incertidumbre fiscal a corto plazo. "Estados Unidos necesita una acción urgente para hacer frente a la incertidumbre fiscal a corto plazo", señala el G20 en un comunicado al final de su reunión.
Los responsables de las principales economías mundiales han destacado, por lo demás, que "la recuperación mundial ha continuado, con señales iniciales de mejoría en las mayores economías avanzadas pero menor crecimiento en los emergentes". El actual escenario macroeconómico plantea "desafíos", ha dicho el G20, que ha hecho hincapié, sobre todo, en los retos planteados por "tasas de desempleo inaceptablemente altas en muchos países".
El grupo ha señalado, por otro lado, que un crecimiento económico más robusto y sostenido irá acompañado por una "eventual transición hacia la normalización de las políticas monetarias" y ha alertado de la volatilidad de flujos de capital en marcha. Los ministros han coincidido en que para hacer frente a esos desafíos hay que apostar por políticas macroeconómicas sólidas y reformas estructurales.
Se han comprometido, al mismo tiempo, a asegurar que los futuros cambios en la política monetaria se calibren de forma "cuidadosa" y se comuniquen de forma "clara".