La banca española requerirá unos 5.000 millones en provisiones por la refinanciación de créditos
- La cifra manejada inicialmente era de unos 10.000 millones de euros
- Los analistas cifraban la horquilla entre 5.000 y 15.000 millones de euros
La banca española necesitará "en torno a 5.000 millones de euros" en provisiones por la refinanciación de los créditos, según han señalado fuentes del Ministerio de Economía a Efe, que han señalado que esta es la cifra que calcula el Banco de España. Las mismas fuentes han explicado que la cifra "está bajando un poco" desde el máximo de 10.000 millones manejado previamente.
El regulador español restringió en abril las condiciones para clasificar las refinanciaciones como subestándar, ya que, “en muchos casos, las dificultades que se consideraban transitorias han llegado a ser estructurales”. Las entidades tenían hasta el 30 de septiembre para presentar ante el Banco de España la revisión que hubieran realizado con los nuevos criterios de refinanciaciones, renovaciones, renegociaciones o reestructuraciones de créditos y deudas.
Esos 5.000 millones de euros adicionales, que calcula ahora Economía, es la cantidad que las entidades financieras tendrán que dejar apartada para cubrir posibles impagos de esos créditos que hayan prorrogado.
En junio, los analistas consultados por RTVE.es señalaban que, en función de cuántos créditos refinanciados pasen de riesgo normal a dudoso y de normal a subestándar, la necesidad adicional de provisiones en el conjunto del sistema financiero podían oscilar entre 5.000 y 15.000 millones de euros.
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, se mostró a principios de octubre confiado en que la banca española, con los resultados que genere este año, podrá asumir las provisiones que tiene que hacer el sector por la refinanciación de los créditos, que según prevía, alcanzará "cifras moderadas".
Los nuevos criterios del Banco de España
El Banco de España aprobó en abril los nuevos criterios que deben aplicar las entidades bancarias a partir de ahora cuando refinancien, renoven, renegocien o reestructuren créditos y deudas de sus clientes. Su objetivo, que la banca utilice las refinanciaciones de forma prudente y "sin desvirtuar el reconocimiento del deterioro" que suponen ante el riesgo de impago.
En este sentido, ha establecido que las operaciones de reestructuración deben ser clasificadas por las entidades en sus estados financieros como riesgo subestándar, excepto si se dan condiciones que justifiquen su clasificación en como normal o dudoso.
Una operación se considera con riesgo normal cuando no exista un "dilatado" periodo de carencia, las cuotas mensuales no superen un porcentaje significativo de los ingresos recurrentes en el caso de los particulares y que la adición de nuevos avalistas sea con una "indudable" solvencia o nuevas garantías eficaces. Toda refinanciación o reestructuración calificada como normal deberá estar sometida a un programa de revisión semestral e individualizado.
Tendrán la condición de créditos dudosos las operaciones en las que haya una "acusada debilidad en la capacidad del pago del prestatario", teniendo en cuenta factores como la existencia de garantías eficaces, otorgamiento de carencias o refinanciaciones previas.
Entre los criterios generales que deben seguir las entidades a la hora de abordar una operación de este tipo, el Banco de España especifica que deberán apoyarse en un análisis individualizado de la capacidad de pago del deudor a partir de unos ingresos "recurrentes, suficientes y contrastables".
El esquema de pago debe ser "realista", preferentemente mediante cuotas periódicas coherentes con los ingresos del prestatario, y la entidad ha de dotarse de unas estimaciones del valor de las garantías "suficientemente actualizadas" y "adecuadas a las condiciones del mercado".