El CNIO avanza en el estudio del cáncer de vejiga
- Han secuenciado parte del genoma del cáncer de vejiga no infiltrante
- Han hallado nuevas vías genéticas involucradas en la enfermedad
- En España cada año se dan 11.200 nuevos casos de este tipo de tumor
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han realizado la primera secuenciación de una parte del genoma del cáncer de vejiga no infiltrante, el tipo más frecuente de esta enfermedad y del que se registran unos 11.200 nuevos casos cada año en España. El hallazgo supone un nuevo paso para entender la enfermedad y lograr una mejor atención a los pacientes.
En concreto los investigadores han secuenciado el exoma -parte del genoma que contiene la información para la síntesis de proteínas- y los resultados revelan nuevas vías genéticas involucradas en la enfermedad, así como nuevos genes no descritos hasta la fecha, según se publica en la revista Nature Genetics, según ha informado el CNIO.
"Sabemos muy poco sobre la biología del cáncer de vejiga, útil para clasificar a los pacientes, predecir recaídas e incluso prevenir la enfermedad", ha relatado una de las autoras del estudio, Cristina Balbás.
El trabajo, que podría ser "clave" para entender el origen y evolución de la enfermedad, ha consistido, entre otros, en analizar el exoma procedente de 17 pacientes diagnosticados de cáncer de vejiga.
Descubren nuevos genes implicados en el tumor
El jefe del grupo de carcinogénesis epitelial, Francisco Real, ha detallado que el grupo de investigación ha hallado nueve nuevos genes alterados que no se habían descrito en este tipo de tumores. Además, han descubierto que el gen STAG2 está inactivado en casi un 40% de los tumores menos agresivos.
El citado gen está asociado al cáncer desde hace tan solo dos años. "Poco se sabe de él y nada sobre su relación con el cáncer de vejiga", según afirma Balbás. No obstante, los autores de este artículo han constatado, mediante el análisis de tejido tumoral procedente de más de 670 pacientes, que las alteraciones de STAG2 están asociadas, sobre todo, a tumores de pacientes con mejor pronóstico.
El cómo y el por qué de estos fenómenos aún están por describir, pero los científicos han vaticinado que "las mutaciones en STAG2 y otros genes adicionales" que han demostrado alterados podrían proporcionar "nuevas oportunidades terapéuticas en algunos subgrupos de pacientes".
La mayoría de los tumores de cáncer de vejiga tienen un buen pronóstico, con entre un 70% y un 80% de supervivencia a los cinco años del diagnóstico. A pesar de ello, muchos de los tumores recurren periódicamente, lo que exige una estrecha vigilancia mediante citoscopias. Este tipo de seguimientos, según el CNIO, afecta en gran medida a la calidad de vida de los pacientes y representa elevados costes sanitarios.