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David Lynch: "Se hacen películas felices, pero yo me enamoro de lo que me enamoro"

  • El cineasta visita Madrid para promocionar la meditación trascendental
  • No rueda una película desde hace siete años, desde Island Empire
  • "He escrito algo y estoy contento, aunque nada es perfecto", dice de sus proyectos

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David Lynch está en Madrid para participar en el festival Rizoma

"Alguna gente es muy feliz y hace películas muy placenteras y felices, pero yo me enamoro de lo que me enamoro". Así ha defendido este martes su filmografía, frente a los que lo acusan de ser oscuro, el cineasta David Lynch, que hace siete años que no rueda un largometraje -Island Empire (2006) fue el último-, y que está de visita en Madrid para hablar de la meditación trascendental, su gran pasión y dedicación.

El director de culto de títulos como El hombre elefante (1980), Terciopelo azul (1986), Corazón salvaje (1992) o Mulholland Drive (2001) y de la serie televisiva que se adelantó a su tiempo, Twin Peaks (1990-91), solo ha rodado cortometrajes y documentales desde 2006. Pero, aunque esto sea un drama para los cinéfilos del mundo, él es un tipo feliz, muy feliz. Y eso ha venido a contar a España, en el marco del multidisciplinar Festival Rizoma y, a convencernos, de que la meditación trascendental es "la llave" para lograrlo.

Lynch pronuncia este martes una conferencia titulada "Meditación, conciencia y creatividad", en el auditorio del Museo Reina Sofía, y mañana miércoles les hablará también de la técnica creada por el gurú indio Maharishi Malesh Yogui en los años 50 a los alumnos de la Universidad Carlos III y luego dará una Master Class en la Escuela Tai. Un completo programa, que incluye incluso una cena, para ganar adeptos para su causa, para cuyo fomento creó en 2005 una fundación que lleva su nombre para acercar esta técnica "a todo el mundo que la quiera".

Creatividad y felicidad

"La meditación trascendental es una llave que abre una puerta con un gran tesoro detrás. Y sirve para todos los seres humanos y es una bendición. (...) Te permite llegar a la felicidad, al entedimiento, la creatividad, el amor, la energía, la paz... Y la vida se vuelve mejor, mejor y mejor", ha explicado Lynch en una breve rueda de prensa multitudinaria, en la que ha explicado que fue su hermana quien la inició en ella hace 40 años.

Lynch, que, además del cine, cultiva todo tipo de disciplinas artísticas como la música, la fotografía, la pintura o la escultura, entre muchas otras, cree que esta técnica es "muy importante para el artista", ya que "cuanto más feliz es la gente, más creativa es".

"Quería venir a contar esto porque todo el mundo tendría que usar esta técnica. Cuando la pruebes dirás, ¿por qué no lo hice antes?", ha subrayado el cineasta, que ha intentado convencer a los periodistas presentes en la rueda de prensa de que debían de empezar a usar la técnica que él experimentó por primera vez el 1 de julio de 1973: "¿Vais a empezar la meditación mañana?".

"He escrito algo y estoy contento"

"He escrito algo, y estoy contento con el trabajo", ha asegurado el genio de Montana sobre sus próximos proyectos, "pero siempre surge la necesidad de hacerlo mejor". "No sé qué será lo siguiente que haga, pero las ideas fluyen en algún sitio", ha añadido.

Sobre sus películas y, dada su defensa de la meditación trascendental, era lógico preguntar por qué sus películas son tan surrealistas y turbadoras. "La gente tiene muchos problemas con eso porque dicen que mis películas son muy oscuras y yo estoy aquí hablando de la felicidad y todo eso...".

"El artista no tiene que sufrir para mostrar el sufrimiento. Tenlo en la historia, no en la vida. Tienes que entender el sufrimiento, pero no tienes que sufrir. Esa es la clave. Puedes contar todo tipo de historias, y ser muy feliz y tener paz interior y esa energía. Alguna gente es muy feliz y hace películas muy placenteras y felices, pero yo me enamoro de lo que me enamoro", sentencia Lynch.

Sobre la inspiración y la creatividad, ha subrayado la necesidad de que fluyan las ideas y "enamorarse de ellas" para poder hacer cosas en cualquier campo de la vida, incluso para hacer una silla. "Si no tienes una idea, realmente no sabes qué hacer".

"Las ideas son muy importantes para cualquier faceta de la vida. Así que, si consigues ideas de música, fotografía, cine, arte... Y cuando consigues una y te enamoras de ella, te llena de energía e inspiración y entonces haces las cosas", reflexiona.

Las ayudas al cine

A Lynch también se le ha preguntado por las declaraciones del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, quien afirmó que "los problemas del cine no tienen solo que ver con las subvenciones, también con la calidad de las películas que se hacen y con su comercialización", aunque ha evitado pronunciarse por desconocimiento.

"No sé nada de cine. No sé nada del cine yugoslavo, del alemán o del español. Conozco a Pedro Almodóvar. Es mi amigo".

Aunque sí ha criticado la falta de apoyo al cine en Estados Unidos: "Al Gobierno americano no le importa el cine, solo si da dinero. Es vergonzoso que no se apoye".